Según el Banco Central, los créditos para los productores de cereales, oleaginosas y forrajes tuvieron un alza de 2802 por ciento y para la producción bovina el incremento fue de 4418 por ciento, por encima del resto de la economía.
Los dirigentes de la Sociedad Rural, CRA, Coninagro y Federación Agraria esbozaron a lo largo de los últimos años que la Argentina tendría que importar trigo, carne y leche. Nada de eso sucedió. También acusaron al gobierno nacional de ahogarlos financieramente, ya sea con impuestos o negándoles el acceso al crédito. “Hay pocos productores en condiciones de tomar las líneas de crédito del Banco Provincia para la retención de vientres, y sin financiamiento el panorama productivo de la región se torna muy difícil”, sostuvo Hugo Biolcati, ex titular de la SRA en octubre de 2010. Sin embargo, la expansión del stock de créditos sobre toda la economía fue de 1072 por ciento en el período 2003-2014 y los préstamos hacia el agro crecieron a un ritmo más acelerado. Las erogaciones hacia el sector primario tuvieron un alza de 1899 por ciento. El total de recursos prestados al agro alcanzó en 2014 los 73.419.583.000 pesos de stock. De este guarismo, el Banco Nación y el Provincia otorgaron el 48,5 por ciento de los créditos (ver aparte). El análisis hacia el interior de este rubro es más revelador. Los créditos destinados para los productores de cereales, oleaginosas y forrajes tuvieron un alza de 2802 por ciento, y para la producción bovina, un 4418 por ciento. Toda la información surge de un análisis detallado de la base de datos del Banco Central.
No sólo la banca pública representa casi la mitad de todo lo prestado al agro, lo que desmiente la idea del “ahogo financiero”, sino que los registros de mora e irregularidad en el pago de éstos alcanza a muy pocos productores. Esto da cuenta de que la banca en general, y en particular el Nación y el Provincia, siguen prestando al sector y los productores pueden cumplir con sus obligaciones.
El stock de créditos al sector primario pasó de representar 3.673.250.000 pesos en 2003 a 73.419.583.000 pesos el año pasado. Las erogaciones se multiplicaron por 20, cuando el crédito en general llegó a multiplicarse durante la etapa analizada 12 veces. El total de la expansión supera cualquier índice inflacionario contra el que se lo compare, lo que permite sostener que el stock de crédito creció en términos reales.
El crédito del sistema financiero dedicado al sector primario equivalía al 0,88 por ciento del PBI en 2003, mientras que al final de la serie había saltado al 1,67 por ciento. Casi una duplicación en 10 años. Este comportamiento es lo que explica que el stock de créditos otorgados al agro, sobre su PBI sectorial, haya pasado de representar el 6,65 por ciento del total de préstamos otorgados en 2003 al 11,33 por ciento el año pasado, un crecimiento en la participación relativa del 70 por ciento en el período.
Cereales, oleaginosas y forrajes
Este subsector engloba los principales cultivos del país, trigo, maíz y soja. Entre 2003 y 2014, los préstamos para estas producciones tuvieron un salto de 2802 por ciento. Se pasó de los 732.927.000 pesos en 2003 a totalizar 21.271.727.000 pesos el año pasado. Cuando se analiza la expansión de los préstamos al sector en términos reales, el resultado es exactamente el mismo. La representación del crédito destinado a este subsector pasó de significar el 0,2 por ciento del PBI en 2004 a más que duplicarse para 2014: 0,48 por ciento del PBI, es decir una suba de 141 por ciento en 10 años.
La representación del subsector de cereales, oleaginosas y forrajes dentro del crédito total de toda la economía era en 2003 de 1,33 por ciento, mientras que a fines del año pasado había saltado al 3,28 por ciento, dos veces y media más. En el total de la serie analizada puede apreciarse que los préstamos del sector financiero al agro contribuyeron a la producción primaria, la cual creció de punta a punta un 57,0 por ciento, al pasar de 65,2 millones de toneladas a 102,4 millones.
Producción bovina
El stock de préstamos orientado a la producción bovina es el subsector que da cuenta de los mayores niveles de crecimiento entre 2003 y 2014. Saltó de los 222 millones de pesos al comienzo de la serie hasta los 10.041.167.000 pesos en 2014, un crecimiento acumulado de 4418 por ciento.
Entre 2007 y 2011 se produjo una fuerte reducción del stock ganadero de 10,7 millones de cabeza de ganado (nunca 12 millones como sostienen desde la Sociedad Rural). A partir de 2011, el stock comenzó a recomponerse. La merma se produjo por una combinación de factores, inclemencias climáticas y control de las exportaciones. La fuerte recuperación del stock, hasta alcanzar las 51.646.544 cabezas el año pasado, puede explicarse por el constante financiamiento al sector.
Los años de mayor expansión de los préstamos para la ganadería fueron en 2007, con un incremento de 85,0 por ciento, en 2009, con una suba de 45,0 y en 2013, con un aumento de 40,0 por ciento. En 2003, los préstamos al sector representaron el 0,4 por ciento del total de la economía, mientras que en 2014 fue de 1,55 por ciento, un crecimiento de 285,4 por ciento. De esta manera, el crédito orientado a esta actividad por todo el sistema financiero pasó de representar un 0,05 por ciento del PBI en 2004 a niveles de 0,23 por ciento para 2014, un incremento de 317,0 por ciento.
La producción de cereales, oleaginosas y forrajeras alcanzó su nivel más bajo en el cumplimiento de los pagos hacia el segundo trimestre de 2003, con un porcentaje de irregularidad de 59 por ciento, mientras que la lechería mostró niveles de irregularidad de 49 por ciento en el primer trimestre del 2003. Una situación de quebranto generalizada. Hacia el cuarto trimestre de 2014, sólo el 2,7 por ciento del crédito destinado a la producción primaria estaba en condiciones irregulares. Es decir, nada más que 3 de cada 100 préstamos.
Al desagregar este indicador por las tres actividades analizadas, el peor nivel lo presentaba la producción bovina, donde el 64 por ciento de los productores tenía sus créditos en condición irregular. A partir de 2004, la situación financiera de todos los productores comenzó a mejorar. En 2009 hubo un pequeño retroceso que coincidió con la crisis financiera internacional. En este período la producción de cereales mostró una caída relativa en sus niveles de crédito normal al pasar de 97,0 por ciento de normalidad al 93,9 por ciento. Pero dicho indicador volvió a normalizarse hacia el tercer trimestre de 2010.
Para el último trimestre del año pasado, la producción lechera presentaba una regularidad de 98,3 por ciento, seguido por la producción bovina (97,5) y cereales (97,4).
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