El miércoles pasado, el Gobierno de Erdogan obligó a aterrizar en su territorio a una aeronave siria procedente de Moscú, a la que acusó de transportar material militar.
Turquía confirmó oficialmente el cierre de su espacio aéreo a los aviones de pasajeros procedentes de Siria, poco después de que Damasco anunciase una medida similar aplicable a las máquinas turcas.
El ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, anunció el cierre del espacio aéreo de su país, alegando como motivo el uso de aviones de pasajeros sirios para el transporte de material militar, informó la agencia Anadolu. Ankara ya había informado de la medida a Damasco el sábado.
De hecho, el gobierno sirio ya anunció en la madrugada del domingo su decisión de cerrar el espacio aéreo para aviones de pasajeros turcos. Según Davutoglu, esa medida carece de importancia para Ankara.
El miércoles, Turquía obligó a aterrizar en Ankara a un avión sirio procedente de Moscú, al que acusó de transportar material militar. Según el gobierno ruso, el avión llevaba un cargamento completamente legal de componentes de radar.
El incidente no hizo sino aumentar la tensión surgida en las últimas semanas entre ambos países después de que un proyectil lanzado desde Siria matara a cinco civiles turcos en un pueblo cercano a la frontera siria.
Entre tanto, la oposición siria denunció el hallazgo el domingo de al menos 100 cadáveres cerca de la capital siria, Damasco. Al parecer, las víctimas fueron ejecutadas en la ciudad de Darya, en las inmediaciones de Damasco.
La televisión estatal siria aseguró que el Ejército limpió las afueras de Damasco de "terroristas".
También se registraron enfrentamientos entre tropas fieles al presidente Bashar al Assad y rebeldes en la ciudad de Alepo, según la oposición. Varios barrios de la ciudad fueron atacados por tropas gubernamentales, con un número indeterminados de víctimas mortales.
Además se registró un ataque a un autobús en el que viajaban trabajadores en la provincia de Homs, según informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. En el ataque murió un trabajador y otros cuatro resultaron heridos.
Por su parte, la organización Human Rights Watch (HRW) denunció desde Nueva York que la fuerza aérea siria está utilizando bombas de racimo contra los rebeldes pese a la condena internacional a este tipo de armas.
Videos que se han colgado en la web y las declaraciones de testigos prueban el uso de esa munición, según HRW, que señala que entre otras cosas se lanza desde helicópteros. En 2008 se aprobó una convención que prohíbe el uso de este tipo de bombas, pero Siria nunca la suscribió.
En tanto, el domingo llegó a Teherán el enviado especial para Siria de la ONU y la Liga Árabe, Lakhdar Brahimi, que previamente visitó Turquía y Arabia Saudí.
Brahimi se reunió con el ministro de Exteriores iraní, Ali Akbar Salehi, para abordar la crisis siria. Tras el encuentro el enviado de Naciones Unidas dijo en una conferencia de prensa conjunta que Irán debería ser "parte del fin de la pesadilla en Siria". Por su parte, Salehi dijo que tenía el "completo apoyo" de Irán.
"Creemos que tanto el señor Brahimi como la ONU son neutrales en este conflicto, y queremos el bienestar de Siria", añadió. El ministro iraní, cuyo país es uno de los principales aliados del régimen de Al Asad, advirtió asimismo que la intervención de actores no neutrales no resolvería el conflicto.
El antecesor de Brahimi en el cargo, Kofi Annan, intentó involucrar a Irán en el plan de paz para Siria en dos ocasiones en los últimos meses. Brahimi, un veterano diplomático argelino, tenía previsto viajar el lunes a Irak como parte de su gira por la región.
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