Ambas cámaras se niegan a responder los pedidos de información pública. Sin embargo, Infobae confirmó que en el Senado los pasajes aéreos ya se cambian por $2.886, más del doble de lo que convalidó Diputados el mes pasado. Quiénes canjean
Ya es hora de que los senadores y diputados argentinos aprueben alguna declaración de homenaje al ignoto funcionario que inventó el sistema de canje de pasajes del mismísimo Congreso Nacional, uno de los curritos (no hay manera más precisa y argentina para definirlo) más creativos, longevos y pluralistas de la administración pública.
Pasan los años, pasan los gobiernos, y esta sutil herramienta con la que los legisladores nacionales se otorgan a sí mismos un suculento sobresueldo libre de impuestos sobre sus ya abultados salarios va creciendo y perfeccionándose.
Todo se hace en sigilo. Tratando de mantener alejado del escrutinio público esta prebenda que comparten fraternalmente las principales bancadas.
Cada tanto, el tema reaperece en público. Pero las autoridades de lgislativas se encargan de taparlo rápido con alguna información mínima, falsa o imprecisa para que la rueda siga girando.
El mes pasado, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, informó que, a pedido de las principales bancadas, duplicaba los "gastos de representación" que se cobran con el sueldo -llevándolos de 10 mil a 20 mil pesos- y aumentaba a $1.350 el valor de canje de cada pasaje de avión y a $650 el de los tramos terrestres. Como cada diputado dispone por mes de 20 tramos aéreos y 20 terrestres, se trataría de un total de $40.000 de sobresueldo si canjearan todos sus pasajes. Monzó nunca hizo pública la resolución oficial. Desde su oficina sólo se filtró a la prensa que la medida era para "equiparar el monto con el del Senado" ya que en la Cámara baja habían quedado retrasados y que de ahora en más el importe del canje estaría "atado al valor de un pasaje Buenos Aires-Córdoba" (imposible de valuar ya que, como todo el mundo sabe, no existe una tarifa única y tiene enormes variantes según el día, la hora y la temporada).
Que estaban retrasados con respecto a la otra Cámara era cierto. Pero si la equiparación se produce, el monto será mucho mayor. Porque aunque en el Senado tampoco existe información oficial, Infobae pudo confirmar con distintas fuentes que el valor actual del canje de cada pasaje aéreo en la Cámara alta (donde el precio supuestamente está atado al del vuelo Buenos Aires-Bahía Blanca) es, en realidad, más del doble del que se habilitó en Diputados. Los senadores se llevan hoy por cada ticket aéreo que canjean 2.886 pesos. Es decir que al devolver los 20 pasajes mensuales pueden obtener $57.720. Y si agregan los diez tramos terrestres -el máximo canjeable en el Senado- a un valor que allí quedó fijado desde 2011 en $240, suman $ 60.120 que cada senador nacional puede llevarse cada mes, adicionales a los cerca de $100.000 que perciben como sueldo neto de bolsillo. Es decir, un sobresueldo del 60 por ciento.
Infobae ya contó en detalle cómo la idea original de otorgar pasajes para que los legisladores del interior pudieran trasladarse a Bunos Aires para su labor parlamentaria se fue desvirtuando a lo largo de los años con resoluciones que ampliaron la cantidad de pasajes, otorgaron la posibilidad de canjear los no utilizados por dinero en efectivo, extendieron su distribución no sólo a los legisladores sino a los secretarios y prosecretarios de la Cámara y de los bloques parlamentarios y finalmente regaron con pasajes adicionales a cada bloque legislativo. Aunque se entregan mensualmente, los vouchers para viajar gratis a cualquier lugar del país valen todo el año y son al portador. Incluso si usted representa a la Capital Federal o vive en el Gran Buenos Aires, también recibe su chequera de tramos aéreos y terrestres.
Los legisladores suelen otorgar los pasajes de ómnibus a militantes de su fuerza y con los de avión quedan bien con familiares y amigos. Y si no, tienen más de un año para convertirlos en cash. En este festival de pasajes que van y vienen, capaz de llenar cada mes 40 Boeing 737 y 153 micros de larga distancia, no es extraño que algunos pasajes oficiales hayan aparecido a la venta en internet.
Silencio oficial
La información sobre el canje de pasajes se guarda bajo siete llaves. Tras varios intentos infrutuosos por acceder a ella, el 3 de marzo pasado Infobae presentó un pedido de acceso a la información pública en ambas cámaras para conocer los pasajes que cada legislador había utilizado y canjeado en 2016 y cuánto se había pagado por ellos. Un mes después, vencidos todos los plazos legales que otorga la nueva Ley 27.275 y sin haber recibio ninguna respuesta, Guillermo Bardón y Helio Rebot, los hombres de confianza de Monzó y Gabriela Michetti en la administración de cada cámara, respondieron por separado a Infobae con argumentos casi calcados: reconocieron que en la gestión de los pasajes habían heredado cierto descontrol, afirmaron estar trabajando para evitar los abusos (aunque cada uno recomendó mirar hacia la otra cámara donde "todo es mucho peor"), pero defendieron el sistema de canje de pasajes porque, aseguraron, los legisladores utilizan ese dinero para "recorrer su territorio", conversar con su electorado y reunirse con sus militantes: la siempre necesaria caja de la política. Es más, sostuvieron que el canje de pasajes significaba un ahorro de dinero para el Congreso porque resulta menos honeroso que el pago a las líneas aéreas por cada boleto utilizado (y en esto no les falta razón, dentro de la insólita lógica cerrada de este sistema). Finalmente, ambos se excusaron por la demora en responder el pedido de información debido a que los datos no estaban "sistematizados" pero se comprometieron a entregarlos algunos días más tarde.
Pasaron los días y las semanas pero ni Bardón ni Rebot atendieron más los teléfonos ni dieron ninguna información.
"La conformación de los sueldos, sus actualizaciones y la asignación de pasajes aéreos o terrestres y su canje por dinero en efectivo tienen el nivel más bajo de transparencia de cualquier país de la región", aseguró a Infobae María Barón, directora ejecutiva de Directorio Legislativo, una organización que pone la lupa en la actividad parlamentaria del continente y que prepara por estos días una presentación judicial ante la falta de respuesta a sus solicitudes de información por parte del Congreso argentino.
Los últimos datos que pudo conseguir completos son los correspondientes al Senado en 2015. Ese año, nueve senadores canjearon todos sus pasajes por efectivo: los kirchneristas Marcelo Fuentes, Sandra Giménez, María Laura Leguizamón y Teresita Luna, el radical Juan Carlos Marino, el bahiense del GEN Jaime Linares, la neuquina del MPN Lucila Crixell y los santiagueños del Frente Cívico Gerardo Zamora y Ada Itúrrez de Cappellini.
Directorio Legislativo relevó cómo se movilizan los legisladores en una decena de países de América Latina. De ellos, sólo la mitad otorga pasajes de avión pagos y en sólo tres se pueden canjear por efectivo: en Paraguay y Ecuador, los legisladores deben presentar comprobantes de sus viáticos terrestres para acceder al canje; y en Perú disponen de apenas cuatro pasajes al mes para usar o canjear. Ningún país tiene un sistema tan generoso y descontrolado como el argentino.
Asi como la Cámara baja oculta toda información que permita identificar la cantidad de pasajes que utiliza y canjea cada diputado, el Senado ha comenzado a subir a su página web copia de las liquidaciones por canje de pasajes. El sistema, muy primitivo en términos informáticos, obliga a rastrear entre cientos de resoluciones administrativas sin permitir una búsqueda por nombre de senador ni saber cuántos pasajes canjeó ni por qué monto cada uno. Pero si se llega al archivo adecuado, al menos se puede ver el importe final liquidado en cada expediente. Algunos de esos documentos de los últimos meses rescatados por Infobae son los que ilustran esta nota.
Allí se puede observar que la pasión por el canje sigue atravesando todo el arco político. El jefe de la bancada del PJ-FPV, Miguel Angel Pichetto, cobró este mes $26.916 al devolver algunos pasajes que le sobraban de 2016 (los de septiembre o anteriores se canjean a $550). La camporista Virginia García, cuñada de Máximo Kirchner, presentó tres expedientes de canje en los últimos dos meses y se llevó un total de $127.510. El macrista Alfredo De Angeli cobró hace pocos días $76.348por pasajes que no usó el año pasado. El randazzista Juan Manuel Abal Medinadevolvió recién todos los de septiembre del año pasado y se llevó $11.000. El radical pampeano Juan Carlos Marino juntó algunos vouchers viejos y en mayo los canjeó por $63.800. Dos empleados de veredas opuestas cerraron la grieta: el kirchnerista Mario Daniele, prosecretario administrativo de la Cámara, se llevó al bolsillo $130.210 extras en los últimos dos meses y el prosecretario del bloque del PRO, Mariano Gerván, se quedó con $67.992.
En tres semanas, los argentinos elegiremos a los 127 diputados y 24 senadores a los que les daremos la posibilidad de sumarse a esta fiesta loca de pasajes y dinero fácil en el Congreso Nacional. Un Fuenteovejuna parlamentario en el que todos participan y nadie se hace cargo. Pagamos nosotros.
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