Tras la partida intempestiva del grupo Solimeno, la STIA admite que peligran más puestos de trabajo. Los costos de producción son más elevados que en otras provincias. Reconocen que la estiba del fresco, por ejemplo, cuesta el triple que en Mar del Plata.
El problema de fondo es el mismo por el cual otras empresas también bajaron las persianas en la pesca patagónica, y tiene que ver con la falta de competitividad producto de la desigual variable de costos internos de producción y explotación.
El grupo Solimeno se había hecho cargo de la empresa Pioletti en el año 2007, en tanto, a comienzos de 2013 oficializó la retirada, llevándose los buques pesqueros nuevamente al puerto marplatense, y dejando la planta procesadora en manos de una cooperativa de trabajo. La legislación en Santa Cruz permite este tipo de mecánicas para la contratación de personal, en forma directa Pioletti tiene 30 trabajadores, mientras que por la cooperativa Mar Azul, son 80 las personas que fileteaban en la pesquera de la localidad de Puerto Deseado.
El secretario General del STIA, Víctor Aguilar, admitió la preocupación generalizada que hay en el sector por esta nueva estocada que recibe la pesca santacruceña, y lamentó la falta de reacción por parte del Gobierno Provincial, para tomar medidas que frenen este achicamiento que tiene la actividad producto de la retirada de inversiones privadas.
“El 2012 lo terminamos muy mal en el sector, y el 2013 lo empezamos peor, Solimeno se va definitivamente, y sólo queda una cooperativa que se haría cargo de la planta, pero el problema es que no tiene forma de conseguir materia prima”, explicó a la revista especializada Puerto
Sin solución
El dirigente sindical que esperaba el resultado de un encuentro en Buenos Aires entre el ministro de la Producción, Rafael Gilmartin, y el empresario Luis Solimeno en un intento de persuadirlo para que no se vaya de Santa Cruz, señaló que “estamos atravesando una situación muy difícil en la actividad pesquera. Esta empresa se lleva sus barcos, la planta queda sin posibilidad de funcionar, por otro lado, la expropiada Vieira tampoco ha podido ser normalizada y tiene muy poco trabajo. Si en esta temporada de calamar que se inició no hubiera buenas capturas, vamos a tener gravísimos problemas dentro de poco”, advirtió Aguilar.
“En este momento, si no sale calamar, la pesca en Puerto Deseado muere”, graficó al poner de relieve la gravedad de la situación. “Como van las cosas, creo que en cualquier momento colgamos los guantes y hasta nosotros empezamos a buscar trabajo en otro lado”, reflexionó con aguda sinceridad.
Con la llegada del nuevo subsecretario de Pesca, Raúl Mella, “esperamos que pueda hacer algún tipo de ordenamiento y que se tomen algunas medidas para evitar que más empresas cierren o se vayan”, manifestó el referente sindical del gremio de la alimentación.
Críticas por Vieira
Por otra parte, sobre el caso de la expropiación de la planta de Vieira SA, “no han podido empezar a trabajar como corresponde, no termina de arrancar. Le habíamos propuesto desde el STIA capacitar al 50 por ciento del personal porque no tienen fileteros, pero tampoco se hizo”, lamentó.
“Las empresas que procesan ‘fresco’ plantean que los costos de la estiba y los costos portuarios de Deseado son insostenibles, y están demasiados elevados respecto a otros puertos, por eso todos tendríamos que ver qué hacer, porque si no la pesca se derrumba del todo”, opinó.
Volviendo al caso de la planta de procesamiento Pioletti que controlaba el grupo Solimeno “queda en manos de la cooperativa que no tiene barcos y por consiguiente, no tiene forma de abastecerse para poder trabajar”. Por su parte, “al Gobierno Provincial no se le ve mucho interés por la pesca, están de lleno abocados a la minería y al petróleo. Además, como si fuera poco, el gobierno de Daniel Peralta está en cortocircuito con el Gobierno Nacional, lo que dificulta aún más poder conseguir algún tipo de medidas para la provincia para que se logre enderezar la pesca”, consideró Víctor Aguilar.
Comentá la nota