En los últimos días, debido a la detención de José López, ex secretario de Obras Públicas, detenido en el momento en que intentaba ocultar dinero en un convento de General Rodríguez, el tema de la corrupción estructural se puso sobre la mesa más que nunca. Con esta detención, el kirchnerismo sufrió un golpe demoledor
La Verdad consultó a diversos actores políticos de la ciudad su opinión sobre el tema de la corrupción. Ricardo Petraglia (RP), ex concejal del MID; Lautaro Mazzutti (LM), concejal del Frente para la Victoria; Oscar Peretti (OP), ex presidente del Concejo Deliberante por la UCR y Javier Prandi (JP), concejal por el Frente Cambiemos, no se callaron la boca y dicen lo que piensan.
¿Existe la corrupción estructural? ¿O las corruptas son las personas en sus acciones cotidianas? ¿Por qué se asocia política con corrupción?
RP: Dar una respuesta terminante sería una irresponsabilidad de mi parte. No cuento con información ni pruebas fehacientes, no soy un periodista de investigación. De todas maneras mi percepción es que la corrupción se ha ido incrementando y naturalizando a nivel social abarcando una franja amplia que, a conciencia o no, comete actos de corrupción que va desde pequeñas actitudes cotidianas a cosas más importantes.
Por las denuncias presentadas se sospecha –con bastante probabilidad de certeza- que quienes gobernaron desde 2003 a 2015, ejecutaron actos de corrupción sistemática, con una operatividad que habrían aplicado desde la intendencia de Néstor Kirchner en Río Gallegos, en el 89. Por supuesto, que la corrupción de la clase política no se circunscribe sólo a los miembros de este gobierno, ya que se conocen funcionarios corruptos de todos los estamentos de poder y de diferentes grupos políticos.
LM: Creo que hay sectores del Estado donde la corrupción es estructural, prácticas totalmente nocivas que van mas allá de los gobiernos y de los partidos políticos, donde seguramente se necesitan reformas en los sistemas administrativos, obviamente después los actores son personas, son los López, pero vuelvo a remarcar, hay toda una estructura que facilita estos hechos de corrupción. No obstante esto, también hay corrupción en distintas actividades, en la actividad empresarial, en la sindical, es un problema de toda la dirigencia en su conjunto, obviamente es mucho más visible en la política, y está bien que así sea, porque tenemos una responsabilidad mayor que el resto.
OP: No. Afirmar lo contrario resulta funcional a quienes persiguen justificar u ocultar precisamente los actos de corrupción y/o proteger a los corruptos. De este modo colocan a la corrupción fuera del ámbito de voluntad de las personas, como si fuera algo extraño a éstas. No robar o no matar son mandatos morales y éticos sin los cuales habría sido imposible que se construyera una sociedad civilizada.
Pero eso no significa que no existan ladrones o asesinos enquistados en diferentes niveles o estratos de la sociedad, incluida la política. Lamentablemente se la asocia a ésta con la corrupción y ello porta un grave y peligroso error. Afirmar que la política es corrupta sería como decir que la medicina o la abogacía son corruptas. El problema es que existen los corruptos.
JP: Lamentablemente pareciera que en el gobierno kirchnerista se institucionalizó la corrupción estructural, ya que desde hace años se observó un entramado creado para tal fin, desde las más altas esferas del gobierno, un ejemplo de esto son los casos que salieron a la luz pública en los últimos días, que se suma a la lista de funcionarios corruptos de la gestión del kirchnerismo.
Esto, para los que militamos en la Coalición Cívica no es ninguna novedad, ya que fue la doctora Elisa Carrió, quien comenzó con las denuncias de corrupción en el 2008 mencionando a los mismos personajes, que hoy la sociedad ve con asombro; pero entre la indiferencia y la lentitud de la justicia, propiciada por el propio gobierno de entonces, permitió que se dilapidaran fondos que eran destinados a cubrir tanto las necesidades sociales, para desterrar la pobreza, como para la obra pública que no pudimos ver concretada durante estos últimos 12 años.
¿Para que haya corrupción debe haber un corruptor y un corrompido? ¿Quiéntiene mayor culpa, o son culpas compartidas por igual?
RP: No necesariamente. Corrupción significa romper, hacer pedazos o, en otra acepción, putrefacción. Por supuesto que siempre que sea de a dos (uno que pone sobreprecios y otro que acepta el pago de coima) ambos son culpables, aunque quien asume el compromiso de manejar fondos públicos tendría una mayor responsabilidad.
LM: La corrupción es un hecho de dos partes, ambas partes tienen responsabilidades, pero creo que la responsabilidad mayor es la del funcionario público, porque es el que tiene que velar por el cuidado del dinero de los ciudadanos.
OP: Dicen que para bailar el tango hacen falta dos. Bueno aquí hacen falta “por lo menos dos”. Puede haber muchas personas involucradas en un mismo acto de corrupción y sino, basta con ver lo que estamos viendo por estos días. Y aquí Las responsabilidades son compartidas: por eso que las investigaciones deben comprender a todos. No deben olvidarse de los empresarios o terceros. Porque alguien paga y si el que paga es el Estado alguien “retorna” parte de ese dinero.
JP: Donde se robaron literalmente, los años de bonanza de nuestro país, ya que todos los ciudadanos estábamos confiados en que podíamos ver realizadas las obras necesarias, por ejemplo y entre otras tantas, una tan cara a nuestros sentimientos como lo es la tan esperada y necesaria autovía de la Ruta 7, que recuerdo, que en el 2007 el presidente Kirchner anuncio la obra, que nunca se hizo, tal vez porque la plata necesaria estaba en alguna valija que se iba al sur.
La corrupción individual puede verse en cualquier estamento de la sociedad, tanto en lo público como en lo privado, pero cuando la corrupción se instala en lo público, produce en la sociedad toda, un desanimo y un descrédito, que cuesta recuperar ya que se corre el riesgo de pensar que todo en política es lo mismo, y justamente eso es lo que hay que diferenciar. Cuando desde la Coalición Cívica se levantaban las voces sobre la corrupción que se había instalado en la Argentina, había gente que no quería, no le convenía o no le dejaban ver y parecía que con una descalificación personal tildando de “locos” a los denunciantes, podían descalificarlos de tal manera, que mientras lo decían por los medios, en sus despachos llenaban las valijas con dólares.
¿La corrupción se aprende desde chico? ¿Se predica con el ejemplo?
RP: Desde ya que el ejemplo es la mejor prédica. Cuando los mayores (ya sean padres o autoridades) marcan una línea de conducta con valores, es probable que quienes están a su cuidado, protección o en calidad de gobernados, tengan un acatamiento y cumplan mejor con las normas. Los malos ejemplos, lamentablemente, también influencian negativamente en la familia o en la sociedad.
LM: Estoy seguro que se predica con el ejemplo, si un chico ve a su padre que se niega ante el pedido de algún soborno de un policía para evitar una multa, si el padre no soborna al que vende las entradas al teatro para conseguir un mejor lugar, seguramente ese chico va a crecer con valores, pero igualmente, creo que los que primero tenemos que dar el ejemplo somos los dirigentes políticos en todos los niveles, a los que la gente nos da la responsabilidad de representarla, tenemos que honrar este rol.
OP: Todo se aprende desde chico. Por eso es tan importante poner todo cuanto sea necesario en la educación. No hay fórmulas mágicas para revertir los gravísimos problemas que nos afectan (corrupción y delincuencia en todas sus formas, drogadicción, narcotráfico, etc.). El ejemplo adquiere, en este contexto, un valor superlativo desde que se ha perdido (el ejemplo) como referencia insustituible.
Los hijos tienen a sus padres como referentes primarios; los alumnos a sus maestros; los empleados a sus patrones, los ciudadanos a sus gobernantes, etc. Para mantenernos en el ámbito de la política, si un Presidente roba, qué se puede esperar hacia abajo. Obvio que ello no habilita a considerar a todos por igual, pero no hay duda que le abre la puerta a los corruptos. Afortunadamente, los argentinos podemos afirmar que hemos tenido Presidentes honestos y eso nos da cierta esperanza.
JP: En política como en la vida misma, no todo es lo mismo y hay que diferenciar bien a los que toman a la política como vocación de servicio y a los que vienen a la política como una forma de ganarse la vida. Por lo tanto va a costar modificar la impronta dejada por un gobierno corrupto, pero el cambio está en marcha y con justicia, gestión, cumpliendo lo prometido, con trabajo y honestidad en la función pública, no tengo duda que se puede cambiar, instalando las buenas prácticas y la honestidad como un accionar común e irremplazable en la política.
¿Qué se puede hacer desde la función pública para revertir la tendencia de imagen que tiene de actividad corrupta?
RP: ¡Dar buenos ejemplos!
LM: No claudicar ante las tentaciones, ejercer nuestra función con convicciones, con honestidad, repudiando todos los hechos de corrupción sin importar de que partido político es el funcionario implicado, haciéndole entender a la gente lo importante y útil que es la política cuando se practica en favor del pueblo. Hay que valorizar la política. Es una tarea ardua tratar de cambiar el concepto de política relacionado con el de corrupción, pero sumamente necesaria. Creo que uno de los caminos para lograr este cambio es con la participación activa de los jóvenes.
OP: Creo que mucho. Por principio creo que es necesario detenerse un poco en la formación de quienes asumirán cargos y representaciones en la función pública. La idea del servidor nunca fue muy entendida y mucho menos practicada por quienes llegan a posiciones de poder. No comprenden que se deben al ciudadano que es quien, en definitiva, le paga su sueldo y ante quien deberán rendir cuenta de sus actos. Esto que parece una perogrullada o una ingenuidad, es la plataforma sobre la que debe desarrollarse lo que llamamos genéricamente “función pública”, porque involucra tanto a los agentes de la administración en todos su niveles como a quienes ocupan cargos políticos.
Por eso es necesario que exista el ejemplo pero también los premios y castigos. Hoy la sociedad se hartó y, conjuntamente con el periodismo, han venido demandando a la Justicia y al poder de turno que no está dispuesta a seguir tolerando actos de corrupción de ninguna naturaleza. Lo esperable ahora es que la Justicia se sacuda la modorra vergonzosa que la mantuvo paralizada y avance. No hay margen para una nueva frustración, porque los más de ocho millones de dólares revoleados por sobre las cercas de un monasterio, es dinero que se les sacó a los niños y familias carenciadas, a escuelas y/u hospitales, a los más necesitados, en suma, se los robaron a aquellos a los que les hicieron creer que trabajaban para ellos.
JP: La verdad de la gravedad de esto es el procedimiento que instalo la gente del kirchnerismo de la corrupción como sistema, es una metodología sistemática y lamentable que hasta contagio a quienes en algún momento fueron sus aliados, y en la patria chica ya estamos viendo como algún funcionario ya fueron identificados con algún electrodoméstico comprados con fondos que por ahora no pudieron justificar, y ahora se lo tendrán que demostrar a la justicia.
Los aires de cambios vinieron cos un cambio de raíz de las practicas corruptas y sistemáticas. Este es el verdadero cambio que nosotros desde la Coalición Cívica venimos proponiendo y que la gente honesta esta esperando.
Estoy convencido que no es todo lo mismo en política, porque mientras nosotros alzábamos la voz, y denunciábamos los hechos de corrupción, ellos la pesaban en lugar de contarla, llenaban valijas y bolsos y la enterraban o la escondían en alguna bóveda.
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