Corrientes: las urgencias de Gustavo Valdés por salir del laberinto

Corrientes: las urgencias de Gustavo Valdés por salir del laberinto

El gobernador está presionado por la crisis que estalló por la desaparición del niño. Sus errores no forzados, la lupa nacional y la tensión con Patricia Bullrich.

Por Gabriela Pepe.

Gustavo Valdés dejó las diferencias partidarias de lado y aceptó la oferta de Axel Kicillof. “Mandame lo que tengas”, le pidió el radical al kirchnerista. El bonaerense autorizó el envío de drones y efectivos a Corrientes para colaborar con la búsqueda de Loan Peña. El diálogo es apenas una muestra de la sensación de ahogo que invade al correntino, que tiene desde hace dos semanas a todos los medios nacionales apostados en su provincia para narrar la dramática desaparición del niño.

Corrientes es una olla a presión. Valdés está acorralado por la gravedad de la causa y por los errores propios no forzados, que cometió empujado por la interna con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y por la necesidad de dar respuestas urgentes a una sociedad cada vez más impaciente frente a la falta de respuestas.

Fue el gobernador quien anunció el lunes 24 de junio que la desaparición de Loan podía estar conectada con “una posible causa de trata” de personas. Así lo indicaban algunas líneas de investigación cuando la causa pasó al fuero federal. El mismo Valdés anunció, cinco días más tarde, que la investigación había dado “un gran paso” hacia la hipótesis del accidente.

El gobernador se refería así a la declaración que Laudelina Peña había hecho el viernes a la medianoche ante el fiscal provincial Gustavo Robineau, que no tenía injerencia en la causa. La tía de Loan había concurrido acompañada por José Codazzi, abogado de su marido, Antonio Benítez, que está detenido. Pasaron pocas horas hasta que aparecieron en redes sociales las fotos del letrado abrazado a Valdés.

En el oficialismo correntino se lamentaron por el mal paso del gobernador, que apareció como directamente involucrado en el intento por dar por cerrada la desaparición del niño con una explicación policial. El argumento es que la ansiedad le jugó una mala pasada, pero también, su interna con Bullrich. En la previa, Valdés ni siquiera contempló que la versión implicaba darle a la familia el mensaje de que el niño ya no estaba con vida.

Los trascendidos indican que tanto Valdés como Bullrich manejaban la misma información sobre la declaración de la tía de Loan. Algunos dirigentes oficialistas lo dejaron trascender durante la semana en la Legislatura provincial. Hablaron de “accidente” frente a colegas de la oposición. Bullrich le informó lo mismo el presidente Javier Milei. De verificarse esa hipótesis, implicaría el regreso de la causa a la justicia provincial.

Una interna caliente

Valdés quiso adelantarse al anuncio y largó su versión el sábado. Sus declaraciones cayeron mal en la provincia. La oposición lo acusó de interferir en la causa judicial y de querer desviar la investigación. Casi no tuvo voces defensoras. En la alianza oficialista Encuentro por Corrientes (ECO), donde manda el radicalismo, hay profunda preocupación por el impacto que el caso tendrá en las elecciones de 2025, cuando Corrientes elegirá gobernador. No ayuda la presencia masiva y sin pausa de medios de comunicación que empiezan a poner en foco el funcionamiento institucional de la provincia. Tener la lupa de la prensa nacional encima es una pesadilla para cualquier gobernador.

La feroz interna que Valdés tiene con su antecesor, el senador provincia Ricardo Colombi, tampoco aporta tranquilidad. Cerca del gobernador dicen que hay utilización política de la causa y admiten que tiene demasiados frentes abiertos.

Ricardo Colombi y Gustavo Valdés en el último traspaso de Gobierno entre dos radicales en Corrientes.

Bullrich voló a Corrientes el domingo a la mañana para encabezar un operativo de búsqueda en la casa de la abuela de Loan, ubicada en la localidad de Nueve de julio. Valdés la recibió en el aeropuerto de Goya. Para entonces, el gobernador ya estaba al tanto de que el Presidente y la ministra aplicaban al caso Loan la misma máxima que a otros problemas del país: este es un país federal, la seguridad es un tema de la provincia.

Tras el rastrillaje televisado en el cementerio familiar, la ministra improvisó una conferencia y tuvo que admitir: “En este momento, no tenemos datos de Loan”. Ante la consulta de C5N sobre las declaraciones de Valdés, Bullrich respondió con una evasiva. “Esto está sucediendo en Corrientes, Valdés es el gobernador y hay que entender el rol de un gobernador que está desesperado. Así que yo no voy a hacer ningún juicio de valor ni voy a ponderar lo que hizo”, dijo. La funcionaria no respondió sobre la relación de Valdés con el abogado Codazzi y dio por terminada su intervención.

Por la noche, los ánimos sociales se caldearon aún más. En Corrientes capital, hubo incidentes frente al hotel en el que fue alojada Laudelina Peña. El lugar es propiedad del excomisario y abogado Juan Carlos “El Rengo” Acosta, hermano del exjefe de la policía de la provincia Eduardo Acosta.

El lunes hubo marchas en toda la provincia para pedir por la aparición del niño. Una se dirigió a la residencia oficial del gobernador, ubicada en la costanera. “Valdés, compadre, hacete responsable”, gritaron los vecinos. Los móviles pusieron micrófonos a disposición de la ciudadanía, que empezaron a hablar de la presencia de redes de trata en la provincia. El gobernador prende velas para que la versión de Laudelina se verifique en el expediente.

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