Antes del golpe de 1976 en la ciudad ya funcionaban centros de detención clandestinos. Se encontraban en distintos puntos y sirvieron para albergar y torturar a las personas demoradas. Ninguno de ellos se mantuvo en actividad durante todo el proceso militar, sino que operaron por uno o dos años.
Durante la dictadura militar que tuvo lugar entre 1976 y 1983 existieron en todo el país centros clandestinos donde se mantenía a las personas detenidas. Algunos de ellos lograron recuperar su libertad y muchos otros fueron asesinados o se encuentran todavía desaparecidos. Estos lugares fueron las distintas sedes del Ejército Argentino, la Policía Federal, Gendarmería Nacional y policías provinciales.
En la ciudad de Corrientes hubo nueve de estos centros donde los detenidos eran trasladados y a veces torturados. Algunos de ellos fueron instalados antes del golpe de estado de 1976. Asimismo, la mayoría funcionaron sólo por algún tiempo y no durante todos los años que duró el proceso.
Entre los más conocidos y representativos de Corrientes está el Regimiento de Infantería N° 9 ubicado en avenida 3 de Abril y Costanera. Entre 1975 y 1977 fue uno de los destinos de muchas de las personas detenidas en la ciudad.
Por su parte, la delegación local de la Policía Federal ubicada por calle Plácido Martínez fue también un centro clandestino durante el año 1976.
La jefatura de Policía de la provincia, ubicada en calle Quintana 853, funcionó como alcaidía y representó un lugar de reclusión para muchos correntinos entre 1975 y 1977. Por este lugar pasaron la mayoría de los detenidos, muchos de los cuales fueron muertos o desaparecidos. En el ala norte del edificio se interrogaba y torturaba a los presos políticos.
Además, desde 1975 y hasta 1977 se mantuvieron operativos como centros clandestinos la Brigada de Investigaciones de la Policía de Corrientes, ubicada en calle Salta 450 y el cuartel de Santa Catalina en el kilómetro 6 de avenida Maipú.
Durante 1976, el año del golpe militar, se utilizó como lugar de detención la comisaría rural ubicada en el barrio Esperanza, donde funcionaba el matadero municipal. Además, en pleno centro de la ciudad, el Instituto Pelletier ubicado por calle Tucumán y Pellegrini, también fue un centro clandestino entre 1975 y 1977.
En calle San Lorenzo 762 funcionaba el Escuadrón de Gendarmería y en la zona del Regimiento estaba el Hospital Militar. Estos lugares fueron también utilizados por la dictadura para albergar a los ciudadanos detenidos.
Por otra parte, las comisarías de la ciudad servían como lugares de tránsito para luego ser trasladados a otros destinos. Por aquellos años, Corrientes contaba solamente con seis dependencias policiales.
Las seccionales primera, segunda, tercera, cuarta, quinta y sexta funcionaban en los mismos lugares que lo hacen en la actualidad.
En tanto, otros puntos de la ciudad resultan representativos recordando el autodenominado proceso de reorganización nacional. Algunos de ellos fueron testigos de detenciones y asesinatos de militantes políticos.
Dentro del casco céntrico de la ciudad, uno de los lugares más icónicos con respecto a este tema es la esquina de calles Salta y Moreno, frente al club San Martín. Allí fueron detenidos el 16 de febrero de 1976 Vicente “Cacho” Ayala, Jorge Saravia Acuña, Diego Romero y Julio Cesar Barozzi. Los cuatro se encuentran desaparecidos.
Además, la esquina de avenida Teniente Ibáñez y calle Córdoba fue el sitio donde asesinaron durante un enfrentamiento a dos militantes.
De esta manera queda en evidencia como los centros de detención estuvieron distribuidos por diferentes zonas de la ciudad, se instalaron y operaron tanto en el centro como en lugares periféricos y alejados. Toda la ciudad, así, se constituyó como escenario del golpe, como la mayoría de las capitales del país.
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