Se trata de un complejo que ya funciona mientras proyectan un hangar para aviones con fines turísticos. Los Reyunos, otro objetivo.
De los fierros a la madera. Del ruido de los motores a la paz de la montaña mendocina. Es el paso que, al ritmo de los negocios, ya empezó a dar la familia Di Palma, un apellido famoso del automovilismo argentino, en particular Patricio (44) y su hermano, el inefable piloto del TC y Top Race, Marcos (43). Primero con un complejo de cabañas top en Uspallata en el que se invirtieron más de $ 3 millones, y con varios proyectos turísticos en carpeta entre la zona y San Rafael.
Después de más de un año, varias unidades ya están terminadas y completan las primeras 8 en un paraje conocido por los lugareños como La Alameda, a 3,5 kilómetros de la villa cabecera, camino a Villavicencio. Si bien el responsable de gerenciarlo es Patricio, ex competidor de TC y motociclista, Marcos aportó la madera de pino de su emprendimiento forestal en Misiones para edificar el complejo.
Pero no es lo único que, vinculado al turismo en Mendoza, tienen los hermanos fierreros, sin contar al mayor José Luis (49) que esta vez no participa de la empresa. Su próximo proyecto es un hangar cerca de Uspallata capaz de albergar a dos de los aviones propiedad del popular “Marquitos”. El propósito: pasear a turistas alojados en el lugar, siempre que se animen a volar con él.
“Todo empezó hace un par de años. Yo sólo conocía a Mendoza gracias al automovilismo y en un viaje por América Latina venía del sur y estaba a punto de cruzar a Chile cuando tuve problemas con la moto que me obligaron a quedarme a dormir en Uspallata. Cuando vi el lugar me gustó mucho. Empecé a buscar el terreno y gracias a un amigo lo encontré”, reseñó “Pato” Di Palma acerca del desembarco.
Por la fama del inversor, su presencia es bienvenida en el lugar, en pleno crecimiento a partir de un centro comercial y un parque agroindustrial y turístico sobre tierras fiscales que la Provincia ya empezó a licitar. Para Alberto Palacios, de la Asociación de Comercio y Turismo de Uspallata, “sin dudas resulta importante para promover la zona, y más aún integrarse para trabajar juntos en ese sentido”.
En cuanto a otros planes, Patricio no duda cuando afirma que no aspira a ampliar lo que tiene sino a invertir en otra locación. Y si bien tampoco descarta ir por algún ex terreno fiscal en licitación, hay otros destinos probables, algunos de fuerte atractivo turístico en San Rafael que los Di Palma ya conocen como el Cañón del Atuel y, en especial, Los Reyunos.
No voy en tren, voy en avión
Un hobby particular que en particular a Marcos le garantiza tanta adrenalina como los autos a más de 300 kilómetros por hora, es la aviación. De paso, ya inspiró un negocio que ahora espera la resolución de trámites para salir de la gatera: una suerte de servicio de remise aéreo con el cual los turistas más audaces puedan recorrer la alta montaña mendocina.
“La idea es poder tener la posesión del terreno por un período de tiempo para hacer el hangar, a cambio de un canon. Queremos tenerlo listo para setiembre, en lo posible”, precisó “Pato” Di Palma, acerca del uso de un ultraliviano biplaza y un Cessna 182 de cuatro plazas que suele utilizar el carismático Marcos, heredero de la pasión por volar de su padre Luis Rubén.
En ese sentido, los impulsores aseguran contar con el compromiso del director de Turismo de la Municipalidad de Las Heras, Alejandro Alí, de agilizar la autorización. Este funcionario aseguró que está lista la habilitación del aeródromo que ocupará 100 hectáreas y que -vía gestión municipal y luego de 40 años- volverá a tener Las Heras. Mientras, se proyecta una pista de 300 metros y un hangar de 5.000 m2,
Alí explica que se están afinando los trámites de posible concesión a cambio de un canon, aunque no precisó posibles beneficiarios.
Sus orígenes y su relación con la política
Más allá de que es un emprendimiento en marcha de los tantos que tiene la familia arrecifeña de pilotos formada por el legendario Luis Rubén, su hijo Patricio no ahorra críticas al hablar de dos cuestiones que, él mismo admite, dificultaron su concreción: la burocracia municipal e incluso la disponibilidad de mano de obra.
“El pedido de habilitación entró en octubre y finalmente llegó en noviembre del año pasado. Por un momento pensé que estaban haciendo todo lo posible para trabarme el proyecto, sin contar lo que costó conseguir gente que quisiera trabajar”, consignó.
Haya o no incidido para facilitar la inversión, el vínculo de los Di Palma con la política es innegable. En la semana previa a los comicios provinciales del 21 de junio, Marcos vino a Mendoza a apoyar, en nombre de Daniel Scioli, a Carlos Ciurca como candidato a intendente de Las Heras.
Por su parte, Patricio trabaja por la postulación de su madre, Cayetana “Tana” Lo Valvo de Di Palma, para conducir la comuna de Arrecifes, la localidad de donde es oriundo el clan. Se vale de esa experiencia para comparar.
“Como queremos apostar al crecimiento, salimos a ofrecer opciones a los inversores para que vayan a Arrecifes. Es así. No sirve que el empresario que quiera poner su capital en un lugar tenga que estar averiguando por su cuenta, sin ayuda: a los políticos se los elige para que durante cuatro años gestionen, no sólo para que salgan haciendo cosas para la foto en el último año”, resumió.
En números
$ 3.500.000 fue la inversión en el complejo de Uspallata.
2.500 m2 ocupa el predio, cercano a la villa cabecera.
8 cabañas, con cochera, pileta climatizada y TV satelital.
4 a 7 personas pueden alojarse en los módulos del lugar.
$ 500 es el costo promedio diario de estadía en el complejo.
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