El Gobierno de la Provincia, a través del Ministerio de Ambiente y Economía Circular y en conjunto con la Municipalidad de Tancacha, logró cerrar un basural a cielo abierto que fue foco de contaminación por muchos años.

Aseguran que “es un hecho que representa un hito en el saneamiento ambiental de la localidad”.

El cierre del basural pudo concretarse a partir de una estrategia integral que impulsó la cartera ambiental provincial: pusieron a disposición maquinaria para la gestión de los residuos -incluyendo una topadora, una retroexcavadora y una batea- y el equipamiento necesario para este tratamiento. 

Este caso, si bien es positivo, nos invita a reflexionar sobre esta problemática ambiental: Córdoba tiene más de 300 basurales a cielo abierto.

La existencia de estos predios repercute en la calidad de vida de las personas, porque hay familias vulneradas que habitan en los basurales, tienen viviendas precarias, carecen de cloacas o acceso al agua potable.

Vale recordar que, a principios de noviembre, la presidenta de la Fundación Ambsal, abogada Julia Irazoqui, presentó un amparo ambiental contra 18 municipios de Córdoba por este tema.

En diálogo con Radio Universidad, expuso que, tras distintas investigaciones, pudieron constatar que los municipios «entierran la basura sin ningún tipo de tratamiento» en los inmuebles en cuestión.

Entre los puntos más sensibles, en términos sanitarios, Irazoqui enumeró los riesgos potenciales de dengue, mezcla de residuos peligrosos y metales pesados, entre otros.