La Provincia dictó una nueva norma, que agrega más elementos por analizar para que sea apta para consumo. Agroquímicos, el uranio y otras sustancias se han sumado a la lista, que fue revisada.
Córdoba tiene, desde esta semana, nuevos parámetros para medir qué condiciones debe reunir el agua de consumo para ser potable. La nueva reglamentación garantizará un acceso más seguro al más vital de los servicios, si es que los controles que impone la hacen efectivamente cumplir en todo el territorio provincial.
La novedad es que se han fijado topes más restrictivos para ciertas sustancias que puedan estar presentes en el agua, y se agregó la obligación de medir otras, hasta ahora no contempladas, como 12 agroquímicos de uso rural frecuente, más minerales como el uranio, o las cianotoxinas que generan las algas en embalses con deterioro ambiental, como el San Roque.
La norma no prevé por ahora modificar el criterio respecto del arsénico, el elemento que más complica la provisión de agua potable en esta provincia. Sigue establecido en 50 microgramos por litro, aunque la norma aclara que se trata de “un valor provisorio, por falta de estudios epidemiológicos, que están en curso, y por estar presente naturalmente en altas concentraciones en cursos y napas de agua”. El Código Alimentario Nacional fija desde hace varios años un límite de 10 microgramos por litro, inferior al de Córdoba.
Qué cambia
La resolución 174 del Ministerio de Agua, Ambiente y Servicios Públicos fue publicada ayer en el Boletín Oficial . Actualiza y amplía la que regía desde 1993.
La redacción fue fruto de una comisión interdisciplinaria, coordinada por la Secretaría de Recursos Hídricos de la Provincia, con la participación de especialistas de las universidades Nacional, Católica y Tecnológica, médicos de hospitales provinciales, representantes del Instituto Nacional del Agua y profesionales de los ministerios de Salud y Agricultura de Córdoba. También participaron integrantes de la empresa Aguas Cordobesas y del Foro Ambiental Córdoba.
Fue esta organización ambientalista la que desde 2007 acumuló siete pedidos a la Provincia para que se actualicen los criterios para considerar el agua como apta para consumo humano. Finalmente, en 2014, el ministro Fabián López decidió admitir la propuesta y creó la comisión.
Criterios
Entre los elementos cuya presencia deberá medirse aparecen aluminio, hierro, cloruros, nitratos, arsénico, flúor, cromo, plomo, cadmio, mercurio, uranio y clorofenoles, entre otros, además de sustancias que impacten en color, sabor y dureza del agua.
La resolución también suma una lista de herbicidas y pesticidas de uso rural, como cipermetrina; endosulfán; glifosato; 2,4D; benzopirenos; malation, y clorpirifos, entre varios más.
Mantiene la tolerancia cero en parámetros microbiológicos, para bacterias como coliformes, Escherichia coli , seudomonas, clostridium y otras. A la vez, agrega a la lista un tope para cianotoxinas, que genera el exceso de algas en varios embalses.
Desafío
La norma también precisa las técnicas de laboratorio y muestreos por desarrollar para medir la presencia de cada sustancia. El criterio es de aplicación para todo el territorio provincial.
Agregados
Agroquímicos. Casi ninguno se exigía medir en los análisis de agua potable. Ahora, por ejemplo, el límite tolerable será 50 microgramos por litro en cipermetrina, 20 en endosulfán, 10 en pentaclorofenol y 30 en 2,4D. Para glifosato, el herbicida de mayor uso rural, el tope es de 280 microgramos por litro. Según el Foro Ambiental, en Estados Unidos ese límite es de 700. Inorgánicos. En arsénico se mantiene el tope de 50 microgramos por litro, para cromo es 50 y para plomo el tope es 10. En flúor, se bajó ahora a 1,7 miligramos por litro y en nitratos más nitritos, a 45 miligramos. Otros. Para aluminio y hierro se tolera hasta 0,20 microgramos y en loruros hasta 400, entre otros elementos de la lista. Bacterias. Sigue siendo cero la tolerancia en todos los parámetros microbiológicos.
Comentá la nota