En poco más de dos años, en Gdor. Candioti lograron reducir la generación de basura de 36 mil kilos a 9 mil por mes. La organización trabaja el compostaje y apunta a que el impacto de la contaminación en la localidad sea cada vez menor.
Por Tomás Rico
Eco Candioti es una cooperativa que nació en octubre del 2020 en la localidad de Candioti. Con la misión de trabajar en pos del medio ambiente, la organización fue creciendo y llevando adelante su contribución al pueblo, en el que habitan unos 1.200 habitantes.
Previo al comienzo del trabajo cooperativo, en Candioti se generaban 36.000 kilos mensuales de basura de los cuales no se recuperaba ni un solo gramo. Ahora, de esta cantidad de residuos unos 27.000 kilos se reutilizan como material que vuelve al circuito comercial o tiene el fin de ser compostado. Las restantes 9 toneladas son dirigidas al Complejo Ambiental (relleno sanitario) de la ciudad de Santa Fe.
En una entrevista con El Litoral, Mariana Maglianese, presidente de la cooperativa, contó cómo fue la génesis del proyecto, los objetivos, las dificultades que se enfrentaron y el trabajo de concientización que llevan adelante para que los vecinos se comprometan desde sus hogares al cuidado del medioambiente. Actualmente en la organización trabajan 12 personas, con 7 trabajadores en la planta de reciclaje y el resto son profesionales especializados en saneamiento, energías renovables, asesoramiento técnico y trabajo de difusión.
-¿Cómo surgió la cooperativa?
-Fue una conjunción de cosas. Por un lado, los problemas laborales por el Covid-19, y por el otro lado la necesidad de trabajar en el pueblo en pos de terminar con basurales a cielo abierto, las quemas y enterramiento de residuos, y atarnos a la Ley de Basura Cero (n°13.055) porque vivimos en un pueblo pequeño que se afectaba por el humo y el agua que tomamos es de pozo profundo entonces todo lo que se filtraba de los residuos contaminaba el agua y ponían en riesgo el abastecimiento.
-¿Cómo fue tomada la idea del tratamiento de residuos?
-La Comuna aceptó el proyecto. Previo a empezar el reciclado de los residuos pasamos casa por casa a concientizar a los vecinos, explicándoles que se iba a iniciar una recolección diferenciada en orgánico, inorgánico y especial (desechos sanitarios).
La segunda instancia fue trabajar con escuelas primarias y secundarias. Se propuso con un concurso que la misma comunidad educativa elija el nombre y el logo de la cooperativa. Fue una manera de sumar a toda la comunidad respecto a lo que se venía.
Economía circular
-¿Cómo funciona el circuito de recolección y su posterior tratamiento?
-La Comuna se encarga de llevar los residuos a la cooperativa y nuestra labor es la separación y clasificación final. Con lo orgánico hacemos compostaje, lo inorgánico se clasifica por material, se acopia y después se vende.
-¿Qué cantidad de material pueden recuperar?
-Recibimos mensualmente 36.000 kilos de residuos, de los cuales el 50% (18.000 kg) son orgánicos y el resto inorgánico y especial. Con el material orgánico tras hacer el proceso de compostado se recupera un 10% y se logran 1.800 kilos de compost por mes. Es decir que recuperamos 27.000 kg de residuos.
Los residuos que nosotros no podemos recuperar la Comuna lo envía al relleno sanitario en Santa Fe. Cuando la Comuna comenzó a enviar mandaban las 36 toneladas, ahora con el trabajo de reciclaje se llevan solamente 9 toneladas.
-¿Cómo se sostienen económicamente?
-Con lo que se produce en la planta y podemos vender.
-¿Con quiénes comercializan el material que recuperan?
-En diciembre comenzamos la comercialización del compost que se vende en el supermercado más grande del pueblo, también hay venta directa a vecinos del pueblo. Con el material reciclado (cartón, papel, plástico) encontramos diferentes compradores de la zona de Recreo, Candioti y Santo Tomé. Por ejemplo hay un señor que para vender miel necesita botellas enteras y corchos para racionar la miel y hacemos una venta directa con él. También empezamos a vender papel y cartón a una empresa que hace aislamiento térmico y acústico.
Traspiés
-Tuvieron que cambiar de espacio de trabajo varias veces.
-Sí. Iniciamos en un galpón del ferrocarril y a los dos meses tuvimos que irnos porque se inició el Circunvalar, fue un traspié y el proyecto tuvo que volver a cero. Hasta entonces teníamos una muy buena aceptación, el 75% de los vecinos en dos meses de trabajo sacaban correctamente los residuos.
Fue muy duro ese revés porque estuvimos dos meses parados, sin conseguir espacios. Una de las compañeras de la cooperativa tiene un tambo y nos cedió parte del terreno, así que trabajamos a cielo abierto y resistimos dos años haciendo el arduo trabajo a la intemperie con fríos y calores extremos. Empezamos a presentar proyectos, participamos de la Red Mayo que es una red de cooperativas que está dentro de la CTA y nos dieron un gran empujón en la organización y regularización de papeles, tal es así que al cabo de un año teníamos personería nacional y provincial.
-¿Cómo lograron conseguir el lugar actual?
-El 7 de octubre (2022) inauguramos el galpón. A nivel provincial desde el Ministerio de Ambiente nos dieron el material para poder hacerlo y la Comuna nos facilitó la mano de obra. Con mucho esfuerzo pudimos hacer la perforación para tener agua, el pilar para la futura luz, incorporamos una sierra circular y una balanza electrónica para cuando tengamos energía.
-¿Se sostiene en el tiempo el compromiso de los vecinos?
-Tuvimos el problema grande del parate de dos meses. Ahora empezamos de nuevo con el trabajo casa por casa para volver a explicar que el residuo se sigue reciclando y separando para que los vecinos saquen sus residuos en bolsas. Después de notificar a cada vecino, se va a empezar un sistema de inspección de los residuos que se sacan, se va avisar cuál es la infracción que se comete y en última instancia habrá un sistema de multas porque hay una ley vigente y la idea es que se cumpla.
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