La cooperativa de recuperadores urbanos publicó un resumen de su labor durante 2019. Desde julio del año pasado, mes en que la cooperativa abrió sus puertas, hasta diciembre fueron recuperadas 170 toneladas de materiales reciclables.
Apesar de haber inaugurado el centro de reciclaje el año pasado, hace muchos años que la recuperación de materiales es la forma de vida de muchas familias tandilenses. Hace ya casi 3 años, comenzaron a organizarse en el Movimiento de Trabajadores Excluidos varias de estas familias.
Desde entonces comenzó una ardua por visibilizar el trabajo de los cartoneros y cartoneras; su mayoritario a aporte al reciclaje en la ciudad, las malas condiciones laborales, el estigma de la actividad y el nulo reconocimiento del municipio. Tras un año de negociaciones, el estado municipal accedió a brindar un mínimo subsidio a la Cooperativa, que desde entonces se pudo establecer en Yrigoyen 1178.
Por el centro de reciclado transitan más de 80 cartoneros y cartoneras, que desde entonces mejoraron su situación económica y condiciones laborales. Años de precios congelados pudieron revertirse a partir de la organización y las ventas colectivas. La pertenencia a la Federación Argentina de Cartoneros Carreros y Recicladores (FACCyR) permitió comercializar el material a boca de industria en Buenos Aires y duplicar, en muchos casos, el precio de compra del material.
Por otro lado, la educación y concientización ambiental fue otra tarea que se llevó a cabo desde la Cooperativa. Las Promotoras Ambientales -mujeres cartoneras del MTE- realizaron actividades de concientización puerta a puerta por distintos barrios de la ciudad, visitaron escuelas de nivel primario y secundario. Además, más de 300 estudiantes de la ciudad hicieron visitas al centro de reciclaje.
Además, las Promotoras sostuvieron el programa llamado "Puntos Azules" -puntos de recepción de reciclables- en los cuales se acopiaron materiales para ser tratados en la Cooperativa. Estos puntos se ubicaron en el Barrio Procrear (itinerante cada 15 días) y la Facultad de Ciencias Humanas. Este último recuperó más de 2 tn de reciclables.
El servicio ambiental que brindan los cartoneros y cartoneras es fundamental. Hoy en día siguen siendo el principal actor del reciclaje en Tandil, y sus esfuerzos tienen efectos muy importantes. La emisión de dióxido de carbono (gas de efecto invernadero) que hubiesen liberado las 170 toneladas de materiales recuperados equivalen a la emisión de 107 autos de uso diario durante un año. o el consumo eléctrico de 85 hogares en el mismo periodo de tiempo (calculado según metodología de la Environmental Protection Agency, EPA). Para lograr este mismo efecto de mitigación del cambio climático, el municipio de Tandil debería reemplazar 18767 lámparas incandescentes por LED, o bien plantar 8000 árboles y mantenerlos por 10 años. Los y las recuperadoras urbanas no solo mantienen limpia la ciudad, sino que protegen el medio ambiente.
Pero no solo existe un aporte ambiental sino también económico. La cantidad de material recuperado redunda en ahorros en los costos que implican la recolección y disposición de residuos para el municipio. Además, las 170 tn recuperadas ocuparían 4065 m3 (aproximadamente el volumen de dos piletas olímpicas) del relleno sanitario. Relleno sanitario que está llegando al fin de su vida útil, y gana algo más de tiempo gracias al reciclaje.
Con todo esto, el reciclaje en Tandil -y más aún el reciclaje con inclusión social- sigue siendo una deuda pendiente. No contamos con una orientación clara de cómo es el futuro del tratamiento de residuos en la ciudad. Mientras algunos funcionarios hablan de extensión de Puntos Limpios como la solución a todos nuestros problemas, incluso se atreven a hablar de recolección diferenciada, al mismo tiempo otros funcionarios de este mismo municipio salen a hablar de las imposibilidades de tal iniciativa. Incluso se ha deslizado muchas veces la opción de la separación en destino.
Esto por un lado es obsoleto en todo el mundo (se recupera menos del 5% del material) y por otro lado es otro insulto al sector cartonero, sistemáticamente ninguneado, ya que de aplicarse este sistema de reduciría la cantidad de material disponible.
En cuanto a políticas públicas, no contamos con una ley de Gestión Integral de Residuos Sólidos. La Cooperativa de Recuperadores es parte de la Mesa GIRSU, espacio destinado a promover y proponer legislación ambiental. Desde allí colaboramos en la elaboración de dos proyectos de ordenanza, uno de Grandes Generadores y otro de Trazabilidad de Contenedores. Una base sólida para elaborar una política GIRSU de largo plazo. Ninguna de esas ordenanzas fue aprobada.
Hoy, la agenda pública y las preocupaciones están centradas en combatir una amenaza global, inesperada y que nos llena de incertidumbre y angustia a todos y todas. Las industria alimenticia y farmacéutica -centrales en este momento- necesitan cartón para empaquetar sus productos y que estos lleguen seguros cada localidad de la argentina. Los cartoneros son el primer eslabón en la larga cadena que termina en la fabricación de las cajas. Sin embargo, no son vistos como héroes, ni nadie sale a aplaudirles cada día. El municipio de Tandil ha propiciado mesas de diálogo para pensar cómo garantizar el desarrollo de ciertas actividades de manera segura. A ninguna de esas mesas han convocado a la Cooperativa de Recuperadores.
Si bien el año que pasó ha sido de crecimiento, el sector cartonero todavía está lejos de ser reconocido y ponderado. Y hoy, una vez más, es claro que este sector sigue siendo invisible y para algunos funcionarios.
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