Son jefes comunales de Cambiemos, Unidad Ciudadana y el Frente Renovador. Sus casas tienen seguridad privada, además de servicios y comodidades que no abundan en Provincia.
Los intendentes de la provincia de Buenos Aires no son ajenos a los problemas cotidianos que sufren los ciudadanos que los votaron pero, a diferencia de sus vecinos, muchos de ellos eligen y pueden sortear los inconvenientes viviendo en countries o barrios cerrados, donde se suple la ausencia del Estado.
Diez intendentes de las zonas más calientes del territorio bonaerense optaron por zonas privilegiadas para vivir. Allí, las demandas de seguridad, asfalto, luminarias, recolección de basura, limpieza de las calles, semáforos, cloacas, agua potable y mobiliario urbano desaparecen.
Los jefes comunales suelen repetir que son “el primer mostrador del Estado”. Sin embargo, esa cercanía muchas veces tiene obstáculos: las barreras de los barrios cerrados en los que viven.
En La Plata, el intendente de Cambiemos, Julio Garro, habita en el exclusivo country Grand Bell, en el que viven también empresarios de la zona y deportistas, entre los que se destacan el director técnico de Boca, Guillermo Barros Schelotto, y su mellizo Gustavo. “La decisión de mudarme la tomé tras la inundación de 2013. Mi casa tuvo más de un metro de agua y quedó destruida. Como todo padre uno siempre piensa en la seguridad de sus hijos. Más allá de ello, al poco tiempo de estar viviendo dentro del barrio fuimos víctimas de un violento asalto. Esto muestra que todos los ciudadanos somos víctimas de la inseguridad y es por eso que trabajamos a diario para combatirla”, explicó Garro a este diario. Y agregó que haber optado por Grand Bell “no impide que todas las semanas tengamos reuniones con grupos de vecinos para conocer sus demandas, así como haber avanzado en obras de infraestructura o el lanzamiento del SAME”.
A 95 kilómetros de La Plata, el intendente del Frente Renovador, Julio Zamora, también optó por un barrio cerrado. El hombre de Tigre posee dos lotes con salida a una laguna artificial en el barrio Santa Teresa del complejo Villa Nueva. “Desde hace algunos años, incluso antes de haber sido intendente, vivo con mi esposa y mis dos hijos más chicos en uno de los barrios cuyos lotes están entre los más económicos de Tigre. Soy abogado y me esforcé trabajando toda mi vida tanto en el sector privado como en el público para tener mi propia casa. Allí también viven vecinos que pagan sus impuestos, como en todos lados”, fue la respuesta del jefe comunal ante la consulta de PERFIL.
El intendente de Escobar, de Unidad Ciudadana, Ariel Sujarchuk, quien habita en Haras Santa María, explicó que decidió vivir en un barrio cerrado “hace más de diez años, mucho antes de imaginar que me iba a postular para intendente”. Sostuvo que “con mi esposa elegimos un lugar con actividades deportivas y mucho espacio verde para criar a nuestros hijos”.
En Pilar, el jefe comunal de Cambiemos, Nicolás Ducoté, contó que “existen 210 barrios cerrados, por lo que para una enorme cantidad de habitantes del distrito vivir en una zona cerrada es una realidad cotidiana”. Ducoté vive en Highland Park, uno de los countries más tradicionales del Conurbano. “Salgo a correr a las 6 de la mañana y desde esa hora estoy en constante comunicación con los vecinos para atender sus demandas, donde duerma les preocupa poco. Es cierto que hay mucha inequidad, y trabajo para que otra parte de la población postergada pueda tener los mismos privilegios”, remarcó.
Intendentes peronistas como Leonardo Nardini y Walter Festa explicaron que tomaron la decisión luego de haber sufrido amenazas. El primero, alcalde de Malvinas Argentinas que vive en el barrio Santa María de Los Olivos, explicó que en la campaña 2015 recibió una amenaza de muerte de parte de un hombre ligado a Roque Cariglino. Luego de realizar la denuncia, tomó la decisión familiar de mudarse. Festa reside en El Casco de Moreno. Desde su entorno remarcaron que “la exposición no sólo de él, sino también de su familia, lo obliga a vivir en un lugar más seguro. Ya antes de asumir tuvo que mudarse a un barrio cerrado por las amenazas sufridas. Ni siquiera la gobernadora María Eugenia Vidal confía en la policía y en que su ministro de Seguridad le garantice su integridad, no todos pueden irse a vivir a una base militar”.
En Almirante Brown, Mariano Cascallares habita en el barrio cerrado Adrogué Chico. “Es un barrio de apenas algunas cuadras y que tampoco tiene grandes privilegios como los countries importantes”, explicaron desde el municipio, donde remarcaron que, a diferencia de los candidatos locales de Cambiemos, el intendente sí vive en el distrito.
Alejandro Granados, de Ezeiza, explicó que habita en lo que fue el casco de la estancia Las Celias, que perteneció a su madre. Al separarse de su padre, dividieron las tierras y las lotearon en lo que después se convirtió en un barrio cerrado. Julio Pereyra (vive en Los Ombúes de Florencio Varela) y Jaime Méndez (reside en Bella Vista Chico), prefirieron no hacer declaraciones sobre los barrios que eligieron para vivir.
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