La central fabril se sumó a las advertencias que venían haciendo algunos economistas: en el marco del nuevo proteccionismo global, la apertura importadora (con atraso cambiario) tendrá más consecuencias que las esperadas
Por Mariano Cuparo Ortiz
La UIA advirtió por las medidas oficiales de apertura comercial en un contexto de creciente proteccionismo a nivel mundial. Resaltó que el sector industrial podrá sufrir consecuencias mucho mayor a lo esperado por la baja de aranceles a productos como los textiles, el calzado y la indumentaria mientras el resto de los países apunta a devaluar y aumentar sus propios aranceles. Afirmaron que de esa forma el mercado interno queda a merced de posibles desvíos de comercio, con países que deberán buscar nuevos mercados dada la dificultad para permanecer con sus productos en aquellos que ahora cierran las fronteras con tarifas de hasta el 104%.
Así, la Junta Directiva de la central fabril remarcó a través de un comunicado: “En este contexto global, la reducción que hizo el gobierno argentino para la importación de productos como textiles, calzado e indumentaria sin desarrollar previamente una agenda integral de competitividad (financiamiento, baja de impuestos, infraestructura y energía) podría tener un impacto negativo mucho mayor del esperado originalmente. Las autoridades destacaron que el contexto mundial demanda una inserción internacional inteligente que promueva las exportaciones con valor agregado y preserve el mercado interno frente a potenciales desvíos de comercio y prácticas de dumping”.
Además, reclamaron la aplicación de políticas activamente industrialistas. En ese sentido, pidieron “la puesta en marcha de políticas que incluyan la reducción de la presión tributaria al sector formal de la economía, incentivos al empleo, la formalización de la economía, la mejora en la infraestructura y las luchas contra la informalidad y el contrabando”. Y agregaron: “Dado el consenso que existe sobre la necesidad de la política industrial, la discusión ya no gira en torno a su razón de ser sino a la calidad y efectividad de la misma, especialmente para los países en desarrollo con limitaciones presupuestarias y desafíos múltiples”.
En ese sentido, remarcaron datos de su Observatorio Pyme, titulado Amenaza importadora en las pyme, que señaló que “el 40% de las empresas pyme industriales se siente amenazado por las importaciones en las ventas al mercado interno”. Y agregaron: “Dicho valor es similar a la proporción verificada en 2018 (40%), 2016 (39%), 2009 (36%) y 2008 (37%). Además, el 56% de las empresas pyme industriales que identifican a las importaciones como una amenaza indicaron una caída de su participación en el mercado interno (23% del total). La proporción nuevamente es similar al 2018 (28%), 2016 (21%), 2009 (24%) y 2008 (24%)”.
Distintos analistas vienen marcando la dificultad extra que implica, en el marco global adverso actual, la aplicación a nivel local de medidas de apertura comercial. En ese sentido, el economista Mariano Kestelboim afirmó: “El estallido de la guerra comercial, con la apertura comercial y atraso cambiario de Milei mediante, generará una avalancha de importaciones. La industria será la más afectada. Vamos a una crisis mundial y local muy profunda. El 10% de arancel general de EEUU a nuestras exportaciones es lo de menos. El gran impacto son los excedentes comerciales globales, en especial de China, que buscarán mercados sin protección. Y la caída de la actividad también implicará más limitaciones a las exportaciones”.
La consultora PxQ, en la misma línea, señaló: “La guerra comercial desatada por EEUU encuentra a la administración de LLA a contramano. Luego de la cerrazón comercial de 2020-3, que implicó para el país afrontar precios domésticos muy superiores a los internacionales, el gobierno avanzó en una fuerte apertura. Como ya señalamos, esa apertura no se reflejó en menores precios domésticos producto del atraso del tipo de cambio. Sin embargo, la apertura sí está teniendo sus efectos sobre el balance comercial y las reservas. A título de ejemplo, en un marco en el que EEUU plantea una guerra comercial contra China, Argentina viene de duplicar el déficit comercial con la potencia asiática. Esta dinámica del comercio exterior se explica por una recuperación de la actividad económica que viene de la mano de un fortalecimiento del peso y de una serie de medidas que apuntan a facilitar y abaratar importaciones”.
Entre esas medidas, PxQ destacó la eliminación de las SIRAs, el acortamiento de los plazos de pagos de importaciones, la flexibilización de la importación por la modalidad de “puerta a puerta”, couriers y envíos internacionales, la reducción de aranceles a la importación, la reforma del sistema de medidas antidumping (acortando los plazos de duración de las medidas y unificando trámites), la eliminación de los valores de referencia para exportaciones y veedores ndustriales para importaciones, la reducción y posterior eliminación del impuesto PAIS y la reducción del crawling-peg al 1% mensual.
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