Se agravó el conflicto con los docentes y estatales. La estrategia para superar la situación y otras cuestiones de gestión que atiende con urgencia el Gobernador, quien busca evitar costos políticos
La historia con los gremios se repite cada marzo, con el agregado en esta oportunidad de la escalada inflacionaria y de la tensión política entre el massismo y el oficialismo. Lejos de la pretensión sindical, la Provincia hizo dos ofertas idénticas a los docentes, con la única diferencia de que en la segunda reunión reconoció tener sólo “diez mil millones de pesos” para todo el año, y estaba dispuesta a renegociar las condiciones del reparto. Más que un bálsamo fue agregar nafta al fuego.
El feriado de carnaval, creen en Gobierno, ayudará a atemperar el impacto del paro efectuado en el transcurso de los tres días hábiles de esta semana. “Lo que importa es la semana que viene, donde, si no empiezan las clases, la gente se va a impacientar”, aseguran los sciolistas.
La estrategia del desgaste es a la que apunta, entre otros, el ministro de Trabajo, Oscar Cuartango. Es quien abona la teoría de que así como están las cosas es preferible dejarlos parar un tiempo, no convocarlos mientras estén en huelga, y luego negociar. Sin embargo, esta tesitura no es unánime en las filas sciolistas. El propio Gobernador es quien en otras oportunidades mandó a llamar a los gremios incluso en medio de una medida de protesta. “Scioli no juega al desgaste”, fue la respuesta sobre la consulta al respecto.
Cuartango quedó desorientado con la huelga convocada por el gremio estatal UPCN. De la primera reunión, el ministro se había llevado la promesa de Carlos Quintana de no hacer paro con el resto de los estatales y de los docentes. UPCN llamó al cese de actividades para la misma jornada en que habían acordado el resto de los gremios con empleados de la ley 10.430, la Cicop, todos los sindicatos docentes y los ju-diciales, en una medida inédita que paralizó a la Provincia el miércoles de esta sema-na. Se apuesta al desgate, pero la negociación está muy dura, y el margen es escaso.
En paralelo, Daniel Scioli atendió otras cuestiones políticas que preocupan en el seno del oficialismo. La repercusión de la pérdida de la mayoría en el bloque de senadores fue una alarma que sonó en todos lados. El Gobernador asistió a la residencia del presidente de la Cámara de Diputados, Horacio González, para anticipar el proyecto de Policía Comunal y otras leyes que mandará a la Legislatura, además de los ejes de su discurso en la apertura de sesiones. Pero fundamentalmente concurrió en un gesto de contención. Desde Diputados valoraron el gesto. “En este momento, todo lo que sea contención es muy bienvenido”, reconoció una fuente legislativa.
En la cámara baja dan por salido del bloque a Alfredo Antonuccio, alineado con Raúl Othacehé, pero eso no cambia la ecuación, siempre y cuando sea un caso aislado. Por ello entienden primordial la atención del Ejecutivo a ciertos requerimientos. Esa misma condición opera en el Senado, donde las autoridades intentan además superar algunas cuitas internas, que molestan tanto al gobierno provincial como al nacional.
Pese al largo feriado fue una semana de mucha rosca, y donde la concreción del conflicto gremial obliga a Scioli a tener la templanza de la que suele jactarse.
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