Cerca. Cada vez más cerca nos situamos de la PASO del domingo 9. Y la arena política se torna caliente, poblada de afiches, spots y nombres de postulantes que explican sus ideas, convicciones y propuestas, con el fin último, con el propósito firme de seducir al compatriota elector. Por Mario Delgado.
Las apuestas son variopintas. Desde la derecha hacia la izquierda, pasando por el centro y haciendo equilibrio en algunos casos, entre la historia, lo nuevo y las contradicciones. Los ejes de campaña, las idea fuerza, atraviesan en general, idénticas cuestiones. El estándar de diferencia radica por ahí, mis amigos, en el énfasis colocado o no, para la difusión de las cuestiones.
En la República Argentina están habilitados para votar 32.037.023 personas. En la Provincia de Buenos Aires, podrán sufragar 11.867.979 bonaerenses. Esta cifra consiste en el 37 % del padrón total del país.
Llegando a nuestro pago, hemos de señalar que el número de vecinos electores es de 92.508, o sea un 35,5 % de la Séptima Sección Electoral, a la cual pertenece Olavarría. Se pondrán 281 mesas, utilizando 3 para los extranjeros autorizados a votar, que serán esta vez 892.
El Municipio dispondrá en esta ocasión de 10 pretendientes: FRENTE PARA LA VICTORIA: con dos opciones en juego: LISTA 2, Guillermo Santellán; LISTA 8, José Eseverri, quien va por su segunda reelección al frente de la Comuna.
FRENTE CAMBIEMOS: irá también a internas, en este caso entre Ernesto Cladera y Ezequiel Galli. FRENTE PROGRESISTAS: Daniel Demelli. FRENTE DE IZQUIERDA Y DE LOS TRABAJADORES: inédito, mis lectores: habrá dos boletas en disidencia: por un lado Carlos Gil, y por otro Clara Andrés.
FRENTE RENOVADOR: Liliana Schwindt. FRENTE POPULAR: Patricia Pérez. NUEVO MAS: Sofía Dueñas Díaz.
Hete aquí entonces que la mesa está servida. Llegan ahora los momentos para la meditación, para interpretar filosofías. La extensión de 84 centímetros de la boleta, es debido a los siete cuerpos o categorías en la que se posiciona la elección intestina del ya inminente domingo 9.
Quizá el mayor interrogante de más de cuatro conciudadanos, esté sujeto al enigmático “PARLASUR”, concepto novel si se quiere, dentro del diccionario político que usamos habitualmente en casa.
Pero más allá o más acá del auténtico interés o no que despierta el comicio, me gustaría compartir con ustedes una pequeña observación que apunta en esencia, al intrínseco valor del voto. Hace muy poco tiempo atrás, no se podía ni siquiera expresar de qué partido o creencia específica, era cada cual, so pena incluso de culminar en una fría celda.
Los amigos peronistas por ejemplo, recordarán con pena que ni podían silbar las estrofas de su tradicional marcha. Y así por estilo. Por tal motivo, brindemos alborozados todos por la preciosa posibilidad que se nos expone de ir a las urnas sin interrupciones o proscripciones.
Estemos alegres; mas también atentos al mismo tiempo. Porque es urgente coincidir en que la función del argentino democrático, no sólo trascurre en el acto de entrar al obscuro cuarto escolar cada veinticuatro meses. Es un laburo más profundo y cotidiano el que todos, mis amigos, debiéramos concretar para después no quejarnos. El hombre y la mujer que votan, también pueden y deben controlar, seguir bien dispuestos, las acciones u omisiones de sus elegidos.
No dejarse estar, no delegar simplemente. El funcionario es un servidor de la gente y ha de nutrirse de y con ella. Amalgamarse, no divorciarse jamás del pueblo, de las almas que lo apoyaron y aún, de las que no.
Ojalá todo se desarrolle en paz, y las decisiones del sufragante serán en definitiva, las que marcarán tendencia rumbo a las generales del 25 de octubre. Que la cuestión no se encasille en vencedores soberbios que se yergan autosuficientes o vencidos intransigentes con la realidad. Que cada uno saque a relucir lo mejor de sí para construir una nación, una provincia y una ciudad más espléndida.
Para cerrar esta columna de opinión de hoy, les comento que los encuestadores hablan de una escala compuesta así: Scioli, Macri, Massa, De la Sota; Stolbizer y Altamira. Claro que nunca se sabe…
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