La basura plástica está ahí donde miremos. Si prestamos atención la encontraremos en la playa, en el parque, enganchada de un árbol en un camino rural, en medio de una ruta lejana. Ante esta rotunda evidencia es claro que solo con el reciclaje no podemos solucionar esta crisis.
Los datos lo avalan también: 80% de todo el plástico producido hasta hoy no fue correctamente reciclado y aún se espera que su uso (y descarte) se triplique para el año 2060, llevando a que la contaminación se duplique, según datos de la Organización por la Cooperación Económica y el Desarrollo.
Debemos entender que reciclar es el parche de un nivel de consumo que nuestro planeta ya no puede sostener. Para entenderlo mejor, compartimos los números relevados por Greenpeace USA que se asimilan a lo que ocurre en casi todos los países.
Nuevos datos del reciclaje en Estados Unidos
Greenpeace USA publicó recientemente el informe “Circular Claims Fall Flat Again” (Los reclamos de circularidad fracasan otra vez) en el que aporta datos recientes (y nada alentadores) sobre el reciclaje en Estados Unidos.
En el país del norte solo se recicló entre 5 y 6% del plástico producido, lo que representa una baja respecto a años anteriores y se consolida como una cifra muy baja respecto a lo que se logró recuperar de vidrio y aluminio.
Las razones para que el reciclaje de plástico esté fallando son varias, según indicó el informe:
Es difícil de recolectar: son demasiados los tipos de plástico de un solo uso que se descartan a diario.No es posible reciclar diferentes tipos de plástico a la vez e intentar clasificarlos suele ser una pesadilla para la logística. Los plásticos reciclados contienen toxinas: este material puede contener o absorber toxinas mientras espera ser reciclado lo que lo vuelve poco seguro para ser reutilizado en envoltorios para comida.No es un proceso rentable: aunque parezca extraño crear plástico nuevo es más barato y es de mejor calidad, lo que no genera incentivos para invertir en el reciclado.
Estos datos no son una excusa para dejar de separar en origen y de reciclar sino que sirven para entender al reciclaje con sus limitaciones y como una herramienta más. Porque para lograr mejores resultados ante la creciente contaminación plástica hay que dejar de pensar que existe solo una solución posible. Hay que ir por más.
Si reciclar ya no alcanza, ¿qué hacemos ahora?
Es tiempo de apuntar a medidas de fondo y de mayor alcance que dejen de cargar a los consumidores de la difícil tarea de desplastificar el mundo.
Como lo explica Lisa Ramsden, a cargo de la campaña norteamericana de Greenpeace: “Los números son claros: la mayoría del plástico no es reciclable. La solución real es virar hacia sistemas de reutilización y refill”.
Y añade otro punto clave: “Toda legislación que aplique la responsabilidad extendida hacia los productores (entiéndase, grandes corporaciones como las compañías de bebidas) por la basura plástica que están generando será de gran ayuda para darle solución a esta crisis”.
Comentá la nota