Pasan cosas raras dentro del Ministerio de Salud bonaerense. La primera es que la titular del área, Zulma Ortíz, no pudo armar su equipo de trabajo, ya sea porque no tenía gente o porque la que tenía no era idónea.

Se sabe: todos los directos de las áreas administrativas más importantes llegaron de la gestión Scioli, del Ministerio de Desarrollo Social, con antecedentes en Asuntos Agrarios. Es decir, ninguno propio.

Pero lo más llamativo se dio ahora, ya que Ortíz designó como Director de Contabilidad a una persona que no es contador. Se trata de Octavio Carlos Ruggiero, quien ya detentó ese cargo en Asuntos Agrarios, y forma parte del equipo de Lorena Giorgi, actual Directora General de Administración (DGA) y del flamante Director de Compras, Nicolás Mogliani. Trabajaron juntos en Desarrollo Social, bajo la órbita del ex ministro Eduardo Aparicio, un sciolista de pura cepa.

Ruggiero no tiene título de grado, sino que su actividad registrada ante la AFIP es para la venta por menor de productos de almacén y dietética. Ahora manejará una de las direcciones más importantes de la cartera sanitaria, con 75 hospitales y más de 22 mil millones de pesos de Presupuesto. 

Ortíz está perdida. Si bien Vidal aseguró que no amenazó con renunciar, la posibilidad quedó latente. La doctora, prestigiosa epidemióloga argentina con relieve internacional, aún no sabe dónde están los botones del Ministerio. Para ello recurrió a técnicos de la gestión Scioli y a un contador que no está recibido.