El jefe de Gobierno comandó una reunión con expertos en política internacional. Prácticamente la totalidad se desempeñó en el gabinete del ex presidente, con mayor o menor cercanía a Macri. Algunos habían participado del lanzamiento de Bullrich.
Por
CARLA PELLIZA
Con aires de precandidato presidencial, Horacio Rodríguez Larreta empezó a armar su proyecto de política internacional con fuertes guiños y reconocimientos al trabajo hecho durante la gestión de Mauricio Macri y gran presencia de ex funcionarios del líder PRO, algunos más cercanos al ex presidente que otros. Una foto que entusiasma una especie de posible acuerdo entre ambos dirigentes para terminar con las internas y las trabas pre campaña electoral.
En el Centro Cultural Recoleta, el jefe de Gobierno se reunió con casi 30 referentes de política exterior, la enorme mayoría se desempeñó en la gestión Cambiemos. Casi una demostración del consenso del 70% pregonado por el mandatario capitalino, un consenso que excluye a una porción enormemente significativa de la sociedad y la dirigencia, la kirchnerista. Una de las cuestiones más destacadas del encuentro fue la presencia tangencial de cierto acompañamiento macrista. De hecho, Larreta se refirió a él como un "presidente" que "lideró una inserción global exitosa que este gobierno deterioró" y la gran conclusión fue destacar esa gestión.
Entre los nombres presentes estuvo Jorge Faurie, ex canciller de Mauricio Macri. El diplomático había participado de una reunión de equipos de gobierno de Patricia Bullrich en febrero, lo que se leyó como un gesto de apoyo del ex presidente que, en ese momento, le cedió varias figuras de su riñón para darle volumen político y estructura, la gran carencia de la titular del PRO. Faurie ya se había mostrado el viernes con Larreta en Rosario, todo el día juntos. Algo que también se captó como una señal de acercamiento entre el jefe porteño y el líder amarillo. Otros nombres que participaron de un gran encuentro ampliado de la tropa bullrichista fueron Horacio Reyser, secretario de relaciones económicas internacionales; Julián Obiglio, que estuvo desde los inicios del PRO y ocupó sillas parlamentarias; y Mario Baizan. Estos estuvieron ayer con Larreta.
Otras de las figuras que estuvieron con Larreta y se desempeñaron en el gabinete de Macri fueron Fulvio Pompeo, ex secretario de Asuntos Estratégicos; Franco Moccia, hoy presidente de la Fundación Pensar; Gabriel Sánchez Zinny, ex ministro de Educación bonaerense y nacional; Fernando Orris de Roa, empresario y ex embajador en Estados Unidos y muchos más. También hubo referentes que tuvieron su paso por la provincia de María Eugenia Vidal como Diego Cagliolo, ex subsecretario de relaciones internacionales de Buenos Aires. Varios nombres que empezaron a funcionar en conjunto para la diagramación de un proyecto.
El encuentro no fue organizado por Macri sino por Fernando Straface, secretario general y de Relaciones Internacionales de la Ciudad. Pero en el aire flotó la creencia de un acercamiento entre Mauricio y Horacio. Su relación está mejor que hace unos meses y llevan tiempo trabajando, de forma tercerizada, un intento de acuerdo para dejar a todos contentos y pactar un único nombre amarillo para las elecciones.
Larreta confía tener una ventaja para nada despreciable. El equipo. Hacer campaña no es sencillo, no es salir a recorrer, sacarse fotos y salir en los medios. Es necesaria una estrategia en todos los niveles y hasta abarcar profesiones que parecieran, a priori, alejadas como tener buenos abogados o contadores. Eso es lo que le falta a Bullrich, eso y volumen político. Dirigentes de peso y con conocimiento de un armado presidencial. Eso es lo que buscó darle Macri a principios de año.
Pero esa estructura M, aunque sea simbólica, la mostró Larreta en los últimos días. El acercamiento con dirigentes cercanos al líder halcón no es un dato menor. Pero también puede ser otro capítulo de la novela “apoyo para todos y todas”, pregonado por el ex presidente. Mauricio ya dijo en reiteradas ocasiones que acompañará a todos hasta el momento de la definición, cada vez más postergada. Pero el macrismo de Macri ya reconoció que el jefe de Gobierno tiene de su lado a la superestructura y a las segundas líneas del partido, aunque Patricia tiene a la gente. Ese combo es el que hace pensar, al menos de momento, en una PASO amarilla. Los buenos números de las encuestas y el buen recibimiento a la ex ministra de Seguridad no parecieran fomentar una bajada de candidatura.
Hace tan solo un par de días, en un encuentro privado con ex compañeros del Cardenal Newman, Mauricio había planteado que a veces quiere ser candidato y, otras, no tanto. Este es uno de los grandes puntos en torno a su indefinición: si tiene ganas, si su familia quiere. A esas cuestiones personales se suman, claro, las posibilidades concretas. Sus mediciones en las encuestas, la aceptación o rechazo en sus bajadas al territorio y saber, sobre todo, si consiguió la exoneración post gestión nacional.
En ese encuentro, Macri reconoció que le hace "ruido" la amistad entre Larreta y Sergio Massa y deseó que el jefe de Gobierno "tenga cuidado" porque a los votantes opositores no les gustaría ese vínculo y sería peligroso en materia electoral. El mandatario porteño, cuya gestión en la CABA Mauricio destacó, ya rechazó cualquier tipo de consenso con el ministro de Economía, parte del 30% que dejaría por fuera del diálogo planteado por el pre-candidato PRO para 2023.
La política exterior
Con la premisa de recuperar “el legado” de Mauricio Macri, un nombre muy presente en el encuentro de este lunes, los expertos en materia internacional sostuvieron que Argentina puede convertirse en proveedor confiable de alimentos y energía si tiene un -atención, palabra clave de campaña – plan.
Straface, el canciller de Larreta, destacó la necesidad de promover la entrada en vigencia del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, algo en lo que Reyser tuvo mucho que ver, por considerarlo “una llave a un mercado potencial de 800 millones de personas. Su entrada en vigor conllevará importantes beneficios comerciales, con un incremento del casi 40% de las exportaciones del Mercosur a la Unión Europea. También impulsará la llegada de inversiones”.
También, retomar la alianza con Brasil, modernizar el Mercosur y “promover el ingreso de la Argentina a la OCDE, un grupo que representa el 80% del comercio y las inversiones mundiales y que puede ayudar a capitalizar la experiencia, los estándares y buenas prácticas internacionales para la mejora de las políticas públicas”.
Amantes de las encuestas, en la reunión se presentó un informe de Management & Fit sobre las percepciones de los argentinos respecto a la inserción global del país y de la ciudad de Buenos Aires. Según los datos aportados, los encuestados fueron consultados sobre cuáles consideran que deberían ser “países modelo” para la Argentina, con menciones a Alemania, Estados Unidos, países de la Unión Europea, China, Japón y Brasil por el desarrollo económico. Entre las ciudades nacionales destacadas, en las que a la gente le gustaría vivir, figuraron dos gobernadas por Cambiemos – CABA y Mendoza – y una comandada por un peronista que quisieran conquistar – Córdoba -.
Por supuesto, los datos difundidos a los participantes arrojaron una buena valoración de la estrategia porteña para atraer estudiantes y turistas internacionales, también profesionales y emprendedores. “Casos como el de Mendoza, una marca reconocida en todo el mundo por la calidad de su industria vitivinícola, como el de Jujuy, con la industria del litio, o la biotecnología en Santa Fe y otras provincias nos demuestran el enorme potencial que hay en todo el país”, dijo Straface en un guiño a otra provincia comandada por la alianza, como lo es la norteña, y otra con pretensiones de conquistar.
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