Una parte la rechaza y otra la defiende como «proyecto de futuro».
La futura planta embotelladora de Quintanilla de Flórez ha crispado la tensión entre sus habitantes y pueblos vecinos. Es por ello, que ahora la localidad está enfrentada. Los hay que están a favor porque opinan que sería una fuente de ingresos y de oportunidades para el pueblo y los hay que están en contra, ya que temen que pueda suceder lo mismo que ocurrió con el embalse de Ricobayo en el acuífero de la Maragatería y no pueda abastecer a los ganaderos y agricultores de la zona.
Rosa Garmón, la portavoz de la plataforma ciudadana Amigos del Valle del Jamuz no está de acuerdo con la instalación de la empresa y se pregunta: «¿de dónde saldrá el agua para regar? ¿les quitamos su medio de vida?».
Según los agricultores de la zona, tienen problemas legales para rociar sus cultivos debido a que usan el agua de los pozos, por eso, uno de los lemas de la manifestación en contra de la planta embotelladora fue ‘a los agricultores multas y a las multinacionales facilidades’. Una versión con la que no está de acuerdo la Junta Vecinal de Quintana y Congosto.
Amigos del Valle
La plataforma pide una copia del expediente que recoge la información sobre las mediciones del acuífero
«No es verdad que se tengan que usar pozos de agua para llevar a cabo la actividad agrícola», señalan desde la entidad local mejor; a la par que explica que «nosotros hablamos con la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) cuando supimos que se iba a poner una planta embotelladora en Quintana. Nos aseguraron que es un acuífero muy grande y sostenible».
No obstante, la portavoz de la plataforma Valle del Jamuz se cuestiona: «¿en qué mentimos?, ¿qué esconden? porque si tan beneficiosa es la planta, nos dirían algo». Ante la evasiva de dos años del Ayuntamiento que relata la plataforma reclaman todos los expedientes relacionados con el proceso de concesión además de una copia del expediente CP 2314/2016 LE La Albarca INY realizado por CHD que recoge la información sobre las mediciones realizadas en los últimos años en este manantial y amenazan con la intervención de transparencia. «Son unos datos públicos a los que deberíamos tener acceso», destaca.
Para calmar a los vecinos la Junta vecinal asegura que se han establecido unos límites de agua para explotar, así como el corte inmediato del suministro si interfiriese en la actividad primaria de la localidad y «en el peor de las casos, el cierre».
La empresa embotelladora se ha comprometido a contratar en torno a 20 o 25 personas del pueblo no cualificadas. Lo que se desconoce es si antes iba a haber más empleados puesto que Amigos del Valle atestigua que, «la planta había prometido contratar a 90 personas y estaríamos de acuerdo si se pudiese dar trabajo a todo el pueblo, sin embargo, en el último pleno se habló de que solo obtendrían un puesto entre 15 y 25 personas». La asamblea rebate esa afirmación y asevera que «la embotelladora prometió dar trabajo a 20 o 25 personas no cualificadas desde la presentación del proyecto nunca hablaron de contratar a 90».
La empresa que va a explotar el manantial a ojos del consistorio se presenta como una «oportunidad» para que se tenga más en cuenta al municipio si se van a solicitar ayudas, conseguir la conexión de red o para la creación de proyectos. Unos jóvenes madrileños de Quintanilla de Flórez harán casas prefabricadas para los trabajadores y lugareños y para los amantes del senderismo, otra idea es la realización de una ruta que recorra las distintas fuentes del municipio. «Además al instalarse la planta se conseguirá aumentar el presupuesto de este municipio de 8500 a 20.000 euros más», detallan desde la Junta Vecinal Quintana y Congosto.
Pero para Amigos del Valle no es oro todo lo que reluce y es que Garmón lamenta que «no se por qué las multinacionales se han empeñado en saquear los recursos rurales. De tal forma que nos dicen que hay que volver a los pueblos y luchar contra la despoblación y se llevan los pocos medios a las ciudades».
La Junta Vecinal contraataca y expresa «el movimiento en contra de la embotelladora lo llevan madrileños ecológicos que veranean en la localidad y quieren disfrutar de la naturaleza, pero los que nos quedamos aquí todo el año tenemos que comer».
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