La conspiración de la limpieza que entierra la negociación de mejoras en ACC, Makerel y Urbaser

La conspiración de la limpieza que entierra la negociación de mejoras en ACC, Makerel y Urbaser

Las plantillas de las empresas afectadas por la decisión de disolver la asociación que aglutinaba las firmas con contratos relacionados con limpieza lamentan que sus aspiraciones laborales quedan diluidas: "Las consecuencias del empecinamiento del Gobierno de la Ciudad por municipalizar han acabado jodiendo al personal del resto de empresas que estaban bajo el mismo convenio"

 

Las aspiraciones de los trabajadores del sector de la limpieza en Ceuta parecen esta semana más lejos de cumplirse. La reunión celebrada el jueves entre las plantillas de ACC, Makerel y Urbaser en la sede de los sindicatos escenificaba una posición de fuerza que las firmas implicadas se han ventilado de un plumazo con la decisión de disolver la asociación que aglutinaba también a Trace. Los profesionales se muestran mosqueados por una conspiración de la limpieza que forzará ahora a negociaciones separadas para mejoras de convenios: "Ya no hay interlocutor único. Cada comité tendrá que negociar directamente con su empresa, así los trabajadores pierden fuerza y el convenio se acabará diluyendo", expresa uno de los consultados por este medio.

Entre todos planteaban llegar incluso a paros que supusieran una mínima afectación para la patronal, algo más complicado tras la decisión de los magnates de fragmentar la batalla eliminando de la ecuación la asociación. " Vamos a tomar como ejemplo las diez personas de ACC alcantarillado. ¿Qué presión pueden hacer para exigir mejoras laborales? Podrían hacer una protesta, pero al cabo de los meses de esos diez no quedaría ni el recuerdo", explican los afectados.

El hecho de que los cientos de trabajadores de Trace hayan pasado a subrogarse a Servilimpce y queden de momento bajo el amparo de la Administración pública ya complicaba la capacidad de presión de los profesionales que se mantienen en las empresas privadas del sector. Si a esto se le suma la desaparición de la asociación, el panorama se plantea aún más difícil.

La municipalización, que ha servido a las firmas como pretexto para acabar con el frente común, enfada a los trabajadores de la Planta de Transferencia o del alcantarillado, que se sienten abandonados por el Gobierno local: "Las consecuencias del empecinamiento del Gobierno de la Ciudad por municipalizar han acabado jodiendo al personal del resto de empresas que estaban bajo el mismo convenio", concluyen.

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