La designación del nuevo titular se ha transformado en una triste comedia de enredos. Es hora de designar a una persona idónea, con visión empresarial, y dejar de lado los caprichos políticos que tanto descrédito y retroceso producen.
A cuatro meses de la asunción del nuevo gobierno y paradójicamente en el tránsito de un año que promete transformarse en uno de los mejores de los últimos tiempos para la actividad exportadora desde Puerto Quequén, la conducción del Consorcio de Gestión sigue acéfala.Como nunca ha sucedido en los 22 años que tiene de vida la entidad, la designación de su máxima autoridad se ha tornado un espiral de intrigas y pugna de intereses, que en medio tuvo la nominación de un presidente para, "removerlo”, vaya a saber por qué, a días de asumir tal cual estaba previsto.El historial marca que desde su creación, en 1994, el Consorcio fue conducido por ocho presidentes, uno de ellos, Mario Goicoechea, en dos oportunidades.En tal lapso han llevado adelante los destinos de la Provincia cinco gobernadores (Duhalde, Ruckauf, Solá, Scioli y Vidal), quienes obviamente han tenido la decisión final de nombrar a los titulares del ente portuario, en la mayoría de los casos lo han hecho teniendo en cuenta más las razones políticas que las profesionales o empresariales.Sin necesidad de hacer juicio de valor, y salvo alguna excepción, en todos estos años la conducción del Consorcio no ha tenido al frente a personas con una fuerte preparación, referida a temas portuarios, para llevar adelante al ente que encabeza uno de los polos económicos más fuertes en esta zona del sudeste bonaerense.Aún así, con aciertos y errores, a merced de las decisiones económicas del gobierno central y con una fuerte competitividad con otras estaciones marítimas, Puerto Quequén ha logrado afianzarse en el tiempo y, de acuerdo a las últimas decisiones del poder mayor del país, como es la liberación de las retenciones, hoy se le abre un interesante abanico de posibilidades para seguir creciendo.
Papelón históricoAún no se han acallado los llamativos ecos de la designación del ingeniero agrónomo José María Dodds, quien fue anunciado para presidir el ente portuario desde el propio Ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología, con foto de la reunión en la que se le informó de su nombramiento incluida, para ser desplazado y no ratificado cuando restaban horas para que entrara en funciones. Lo peor de esto es que no se brindó una explicación clara por parte de las autoridades provinciales, en este caso a través del subsecretario de Actividades Portuarias, Héctor Lobbosco, acerca de las razones de la marcha atrás sobre la designación de Dodds, constituyéndose en un papelón de grandes dimensiones.En torno a esta desmentida, que quedará en el historial de las entidades de nuestra ciudad, surgieron varias elucubraciones sobre la bajada de pulgar, entre ellas la que su nombre no cuadraba con ciertos intereses políticos o económicos. Lo real es que el ingeniero agrónomo se ahogó en la orilla, como ilustraron algunos, que incluyó algunas acusaciones personales de bajo e innecesario calibre.Ante el hecho consumado, ahora lo principal es que quien dirija el Consorcio, en un futuro próximo, sea alguien que conozca el manejo de un puerto o al menos que posea una buena formación profesional y empresarial, como para poder llevar adelante una gestión exitosa en un ámbito complejo, donde reinan los intereses sectoriales de la actividad por un lado y gremiales por otro.Luego de esta lamentable comedia de enredos de que por cierto causó más preocupación y vergüenza ajena que sonrisas, ya que en el medio está en juego la actividad más importante económicamente hablando de la ciudad, se han sumado capítulos con una danza de supuestos candidatos a ocupar el cargo que hasta ahora ha tenido el renunciante Goicoechea.Muchos de esos nombres se lanzan y desestiman hora a hora, de acuerdo a quien arroje la versión, con supuestos contactos, "bendiciones” de altas autoridades o sustentados por el "peso político de fulano o mengano”. Un juego de intereses grotesco y la continuidad en el irrespetuoso manoseo de nombres.En este enjuague de versiones, idas y venidas y más allá que funcionarios de menor rango sean quienes deberían designar al nuevo "jefe” del ente portuario, el papelón acontecido no deja de salpicar a la propia gobernadora María Eugenia Vidal, a quien obviamente le apuntan los venenosos dardos desde la oposición, como última responsable de lo acontecido.
Dispuesto y con antecedentesSi la cadena agroexportadora es la polea principal para la economía de la ciudad y el puerto en su conjunto la empresa más grande por estas tierras, con una infinidad de puestos laborales directos e indirectos, es fundamental dejar de lado las improvisaciones, mezquindades e inconcebibles egos, para poder designar a alguien idóneo, que sepa guiar la importante etapa que se avecina en el Consorcio, como ente rector de la estación marítima local.En tal sentido hay que elevar la mira para que el nuevo titular del ente surja del consenso de los operadores portuarios y del mismo municipio, que debe verter y hacer valer su opinión.Es fundamental que el elegido sea alguien con virtudes propias que lo habiliten en el cargo, con antecedentes. Y estos pergaminos no es necesario que sean en la actividad portuaria, precisamente. Pero si debe tener una formación y experiencia empresarial, porque se está ante el manejo del negocio más importante de la ciudad y no es algo que debe estar en mano de improvisados o "becados”.
Vinculado a la comunidadEn una acertada política de los últimos tiempos, el Consorcio se ha ido vinculando con la comunidad, a través del apoyo económico y de infraestructura a entidades, deportistas o artistas particulares, así como también mejoras en la vía pública, como ser en el paseo de la escollera o frente a la ex Colonia Pinocho, por citar dos casos.Esa ligazón, que seguramente se continuará fomentando, ha generado que la comunidad "extra puerto” conozca más de cerca de qué se trata y de la importancia de este importante polo comercial.Parte de esa comunidad observa, atónita, la lucha feroz que se ha instalado en cuanto a la decisión de quien conducirá los destinos del ente portuario de aquí en más.De ninguna manera el Consorcio de Puerto Quequén debe ser un coto de caza de la política, o el capricho de algunos agazapados personajes, que no miran más allá de su propio ego o conveniencia y que están siempre listos para ocupar cualquier cargo que se les ofrezca. Tampoco hay que descuidar este momento del país. Y para ello se necesita de los mejores al frente de cada una de las conducciones que tienen injerencia en el futuro y progreso de nuestra ciudad y por ende, desde el puerto, acompañando el crecimiento de la Argentina.///
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