Los sondeos marcan que Alberto Fernández, Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta han crecido en cuanto a la percepción que la sociedad tiene de ellos. Cómo juega esto dentro de cada espacio y en la relación oficialismo - oposición. La voz de los analistas.
Desde que comenzó la pandemia, el presidente Alberto Fernández es protagonista de un suceso poco frecuente. Su imagen pública creció de manera exponencial, apoyada en su decisión de tomar desde temprano el toro por las astas y erigirse como piloto de tormentas. A su lado creció también el apoyo popular para dirigentes con responsabilidades de gestión, como los gobernadores; beneficio que hasta ahora saben aprovechar Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta.
Sin embargo, la situación anómala producida por el avance del COVID-19, también eleva el nivel de volatilidad que tienen los ciudadanos a la hora de valorar a los dirigentes políticos y sus acciones. Una serie de errores no forzados cometidos por el Gobierno nacional en las últimas semanas imprimieron algunas manchas sobre la gestión, que por ahora no dañan al primer mandatario, pero encendieron luces de alarma.
“Los políticos más valorados son, en primer lugar, el presidente Fernández, después aparecen el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, y el gobernador Kicillof. Luego hay una serie de políticos en los que el positivo y el negativo están con valores parecidos. La expresidenta es una de ellas, pero en el tiempo ha mejorado su popularidad. También se ubica en un nivel intermedio la exgobernadora Vidal, quien, en realidad, ha perdido popularidad en los últimos meses”, le dijo a La Tecla el consultor Ricardo Rouvier. Lo reafirman sondeos como los realizados por la consultora Giacobbe & Asociados.
Estos números, lógicamente, satisfacen en el Gobierno, pero no encandilan. “Acá sabemos que lo que viene no empezó, que es fuerte, y las encuenstas que están dando vueltas son un canto de sirena, son una foto de un momento, porque el Presidente tiene la sensibilidad de hacer las cosas como corresponden”, aseguró a este medio un vocero de la Casa Rosada.
Los buenos números de hoy pueden verse afectados por muchas variables en el corto y mediano plazo. Incluso Alberto puede salir muy bien parado de la pandemia, pero todos saben que, de inmediato, enfrentará una fuerte demanda para acomodar la economía. Por ello hay quienes ponen en duda que este buen presente le permita a Fernández desprenderse definitivamente de la sombra de Cristina Fernández de Kirchner como conductora natural del Frente de Todos.
“Toda esta situación, desde el punto de vista económico, acentúa las condiciones para que la grieta se profundice. Porque el Gobierno, con lógica y respondiendo a su base territorial, ha privilegiado las medidas de abajo hacia arriba, y la mitad de la tabla para arriba se siente la menos auxiliada. El problema de esto es que, desde el punto de vista material, están dadas todas las condiciones para que la grieta se profundice”, analizó Gustavo Marangoni, quien advirtió complicada la independencia política del primer mandatario.
En el mismo sentido, uno de los fundadores de M&R Asociados aseguró que “el proyecto del Instituto Patria (impuesto a las personas con más dinero) lo veo como un partido de truco, donde sectores de la oposición te tiran ‘bajate los sueldos’ y vos les tirás ‘les cobro a los ricos’. Proponerse la superación de la grieta, no sólo es una cuestión de modales, sino que es una cuestión de estructuras”.
También aparecen como señales de alerta episodios como la salida de miles de jubilados para cobrar el viernes 3 de abril y los sobreprecios en la compra de alimentos de Desarrollo Social. Para Marangoni, esos episodios señalan que “la sensibilidad está a flor de piel, porque el costo del confinamiento es grave para todos; entonces hay que cuidarse de no cometer errores no forzados, porque si se acumulan y se llegan a combinar con una mala evolución de los indicadores sanitarios costarán muy caros”.
Jorge Giacobbe, en tanto, mostró una visión más crítica. “Cuando los argentinos importamos una idea de afuera y la usamos tempranamente, funciona bien; cuando le empezamos a poner nuestros detalles, empiezan los problemas. La cuarentena no es una idea argentina, todo lo que construyó un Alberto de casi 70 puntos son ideas importadas dispuestas tempranamente. Cuando le empezamos a meter la gestión argentina, entonces la cosa se comienza a descascarar y una parte de la población se empieza a enojar”, analizó el director de Giacobbe & Asociados.
La oposición
Otro de los políticos beneficiados en la imagen pública durante la pandemia es el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien aparece absolutamente alineado al Presidente. Incluso, elogiado en más de una oportunidad (como también los intendentes del PRO y radicales) por Alberto Fernández.
“La gente necesita que, sean del partido que sean, estén unidos. Rodríguez Larreta, Alberto y también Kicillof tienen visiones distintas, y sin embargo trabajan juntos. Larreta no sólo hoy ejerce el liderazgo de una oposición, sino que me parece que es quien más experiencia tiene en el manejo de la gestión. Es valorable, tanto para Fernández, que va a buscar el consejo de Larreta, como para Larreta, que lo da y deja de lado el partido al que pertenece”, aseveró Mariel Fornoni, para quien el porteño “termina saliendo fortalecido”.
“La actitud tomada frente al Gobierno nacional aceptando el liderazgo del Presidente y no cuestionando su espacio, le da al jefe de Gobierno de la Ciudad una actitud de superar la grieta. Es posible que al final de este proceso, tanto Alberto Fernández como Larreta salgan fortalecidos. También veremos más adelante un ejercicio de autocrítica por la política económica del gobierno de Cambiemos”, avizoró Rouvier.
“Juntos por el Cambio tiene pendiente una cuestión importante, que es el posicionamiento actual de Mauricio Macri. Para algunos, el expresidente pertenece al pasado, y si bien debe permanecer en la coalición, no debe tener más protagonismo ni aspirar a cargo alguno. En ese punto es que aparecen los reemplazos. Uno de ellos es Larreta, que está mejor ubicado que María Eugenia Vidal”, agregó el consultor.
En tanto, Marangoni apoyó la teoría de que “la parte de la oposición que tiene responsabilidades de gestión procede de una manera más negociadora, y la que no tiene esa responsabilidad es más frontal. Las acciones suben y bajan de acuerdo al contexto. ¿Qué van a hacer Larreta o un gobernador radical, que requieren de los recursos para sobrevivir en un marco donde sus ingresos van a caer en abril un 50 por ciento? Y el que no tiene territorio va a ser más duro en la evaluación del Gobierno, porque no tiene que ir a hablar con ningún funcionario para pedirle nada”.
“Cuando los gobiernos están fortalecidos, la oposición no tiene mucho para hacer. Y por otro lado está el riesgo de que la gente lo sienta como un oportunismo. Salir a criticar cosas que se están haciendo en un momento tan extraordinario puede ser un arma de doble filo. Sí hay que controlar, pero lo que es difícil es oponerse. Hoy, la oposición se ve bastante dispersa”, completó Fornoni.
Gustavo Córdoba, por su parte, se refirió a ciertos ataques que recibió el Gobierno nacional en los últimos días, y dijo que “el rol de Rodríguez Larreta, junto con el elevado índice de aprobación de Alberto Fernández en lo que va de la pandemia, provocó una reacción de sectores internos del PRO que no están tan cómodos con la idea de que Larreta esté ejerciendo de hecho el liderazgo opositor”. A la vez, recomendó: “Deben ser mucho más prudentes y advertir que hay prioridades y se deben dejar de lado, por un buen rato, las discusiones oficialismo-oposición”.
“En esta disyuntiva, mucha gente dice que apoya a Alberto porque tiene sentido común y no le da tanto apoyo a los sectores opositores que critican al Gobierno”, insistió Córdoba. En esa línea, en la Casa Rosada reconocen que “en este proceso de crisis se despegan Alberto y Larreta y dejan atrás a Cristina y a Macri; por eso hemos visto que en una semana empezaron a quererle rayar el auto a Alberto y a Larreta, también. Empezaron a jugar con los trolls, y eso para que al jefe de Gobierno también le genere algún ruido pegarse al Presidente”.
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