El territorio bonaerense ofrece una gran variedad de ecosistemas que se corresponden a sus diferentes regiones, con áreas protegidas que conservan su estado natural.
Disfrutar del sol en el cuerpo, del viento en la cara o de una caminata por la playa se han transformado en recuerdos preciados en tiempos de aislamiento. Cuando podamos volver a viajar, las reservas naturales de la provincia de Buenos Aires estarán esperando a sus visitantes para generar conciencia sobre la importancia de proteger los recursos autóctonos y ofrecer a los bonaerenses lo más maravilloso de la naturaleza.
Este viernes se conmemorará el Día Mundial del Medio Ambiente, que tendrá como tema de reflexión a la biodiversidad y el vínculo de la humanidad con la naturaleza. El territorio bonaerense ofrece una gran variedad de ecosistemas que se corresponden a sus diferentes regiones, con áreas protegidas que conservan su estado natural.
[GESELL]
La Reserva Natural Municipal Faro Querandí se ubica en la zona sur del partido de Villa Gesell, a 5 kilómetros de la localidad de Mar Azul. Tiene una superficie de más de 5.700 hectáreas y una franja de 21 kilómetros de dunas con un ancho variable de 3 kilómetros. La amplitud de las playas es uno de sus rasgos más destacados.
La naturaleza siempre propone vivencias asombrosas. Esta semana las playas del Lago Epecuén en Carhué aparecieron “nevadas” de sal, un fenómeno químico que genera el sulfato de sodio al encontrarse con temperaturas muy bajas.
Las dunas son fundamentales porque funcionan “como esponjas que absorben el agua de la lluvia, la mineralizan, es decir, la filtran y pasan a las napas, generando agua potable”, explicó el guardaparques Abel Escobar. También protegen la línea de la costa disminuyendo el impacto de la erosión y son el hábitat de especies en peligro, entre ellas la lagartija de las dunas declarada Monumento Provincial Natural, detalló el especialista.
En este ecosistema costero conviven aves, reptiles (serpientes), zorros grises, gatos monteses, ñandúes y más de cien tipos de plantas, muchas de las cuales poseen propiedades medicinales. “La gente se sorprende de la biodiversidad cuando recorren los senderos ecoturísticos”, afirmó Escobar quien junto a sus compañeros es el encargado de concientizar a los visitantes sobre el cuidado del lugar.
[GENERAL PUEYRREDÓN]
En el municipio de General Pueyrredón se encuentra la Reserva Natural Laguna de los Padres que “por estar ubicada a 10 kilómetros de una ciudad como Mar del Plata asombró a naturalistas de otros países”, sostuvo el guardaparques Alberto Moreno.
Moreno señaló que este sitio siempre ha tenido una gran afluencia de personas, por eso sus 687 hectáreas fueron divididas en tres zonas: uso intensivo, conservación (solo se puede recorrer a pie) e intangible (con acceso vedado al público).
La reserva fue declarada Área Natural Protegida de carácter educativo y cuenta con un Centro de Interpretación donde se realizan charlas y visitas guiadas. “Cuando relatamos todo lo que hay en este lugar la gente se sorprende”, sentenció Moreno.
Es una zona de una “altísima biodiversidad” en la que se registraron más de novecientas especies de aves, que “con la merma del movimiento de personas se hicieron más visibles, como por ejemplo la garzamora”, contó el guardaparques.
[TORQUINST]
En el sudoeste de la provincia, sobre el kilómetro 222 de la ruta 76, se localiza el Parque Provincial Ernesto Tornquist ubicado en la zona central de la Serranía de Ventania con más de seiscientas especies de árboles, reptiles, aves migratorias, anfibios, pumas y ciervos.
Desde allí puede emprenderse el ascenso al Cerro Ventana y también recorrer senderos con distintos grados de dificultad. Una experiencia inolvidable durante la caminata por el sendero Claro Oscuro es detenerse, cerrar los ojos y percibir los sonidos del bosque.
La naturaleza siempre propone vivencias asombrosas. Esta semana las playas del Lago Epecuén en Carhué aparecieron “nevadas” de sal, un fenómeno químico que genera el sulfato de sodio al encontrarse con temperaturas muy bajas.
Concientizar, cuidar y respetar, para construir una relación más amigable con el medio ambiente, porque de ello, en definitiva, depende nuestra supervivencia.
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