Ante la imposibilidad de formalizar un interbloque en Diputados, el Presidente apuesta por uno virtual que permita articular una agenda común y consolide los votos en favor del veto. Votos que trajeron conflicto interno en una UCR que junta voluntades para desplazar a De Loredo.
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CARLA PELLIZA
Ante la debilidad numérica, Javier Milei propuso a sus aliados avanzar con el funcionamiento de un “interbloque virtual” que le permita ganar volumen. Aún así, el Presidente no logró consolidar el tercio de votos que aspira a conquistar, un número insuficiente para sancionar leyes pero sólido para frenar un juicio político o modificar la lógica parlamentaria. En ese pedido de trabajo virtual estuvo incluido un dirigente de la UCR, el único que atrevió a ir a la cena. Los combativos centenarios esperan poder crecer en número para ir por la cabeza de Rodrigo de Loredo, acusado de no conducir y desvirtuar el espíritu del partido en Diputados.
El PRO no tiene intenciones de avanzar con un interbloque real con La Libertad Avanza. Un acuerdo de ese estilo sería la peor noticia para los amarillos, que consideran inmanejables a los legisladores de la alianza. En el Congreso, pero también en las provincias, Mauricio Macri apuesta a que ninguno de los propios se dará vuelta por la imposibilidad de convivir con los libertarios pero, sobre todo, por la historia y capilaridad del macrismo que, más allá de lo que pueda reflejar el AMBA, tiene presencia en el interior.
Ante la imposibilidad de concretar un mismo espacio de trabajo coordinado por una sola persona, surgió esta alternativa de “interbloque virtual”. Una suerte de formalización de una dinámica que comenzó hace casi un mes, en Casa Rosada, con reuniones de la mesa parlamentaria. El PRO, LLA y el MID ya mostraron una articulación, al menos a la hora de plantear una agenda común. A ellos se les sumaron, anoche, los tucumanos con sus propios bloques y un radical, también de esa provincia, Mariano Campero. El único de los cinco que bancó el veto y que estuvo en el asado.
La noche no buscó más que afianzar la relación. Javier Milei saludó uno por uno a sus invitados, se sentaron a comer y, luego, el Presidente brindó un discurso para agradecer por el acompañamiento hasta el momento, en especial con la Ley Bases. El proyecto, que fue achurado en el verano pero alegró al Gobierno, quedó con varios ítem pendientes producto de la negociación. Muchos de ellos se empezarán a tratar ahora.
Uno de los proyectos, que fue abordado incluso en Casa de Gobierno en la reunión de la mesa parlamentaria de esta semana, es el de la privatización de Aerolíneas Argentinas. El PRO ya presentó un proyecto, bajo la firma de Hernán Lombardi, que el oficialismo se comprometió a analizar. El texto es muy sencillo, en solo tres artículos declara sujeta de privatización a la empresa estatal y autoriza al Ejecutivo a avanzar en la materia.
En los fundamentos, se echó mano de las viejas ideas contra Aerolíneas, como el déficit o que, en el último tiempo, “se ha convertido en un privilegio reservado para unos pocos, financiado por aquellos que apenas logran cubrir sus necesidades básicas”, comparando a la empresa con una low cost. Aerolíneas Argentinas había sido incluida, en la extensa lista de la ley Bases, como una de las compañías a vender pero quedó afuera durante la negociación. Los diputados trabajan en los contactos con otros espacios que están dispuestos a privatizarla pero no querían incorporarla en la primera norma del gobierno.
Esto forma parte de la agenda común que se abordó, por encima, el martes a la noche en Olivos. El proyecto incluye la reforma educativa y la boleta única en papel que, después de sufrir cambios en el Senado, deberá volver a Diputados. Con la cuestión educativa, según anticipó alguien con conocimiento de las charlas, hay planes para abordar la posibilidad de la cursada online en el secundario y, tal como empezó a conversarse en la comisión de educación este miércoles, un examen censal final en el secundario.
El presidente quiere mantener la unidad que consiguió para sostener el veto a los jubilados y armar una fuerza de peso en el Congreso. Esa pretensión del Ejecutivo pegó de lleno en el armado radical que, como contó El Destape, no rompió el bloque de forma administrativa pero sí en la práctica.
Quienes adoptaron una posición más opositora al Gobierno quieren ir por la cabeza de De Loredo, pese a no haber conseguido una mayoría para expulsar a los cinco que votaron a favor del veto de Milei. Este sector apenas alcanza los 12 votos sobre un total de 33 en el bloque. De ellos, once pidieron echar a los compañeros que cambiaron su posición respecto a los jubilados. Necesitan cosechar, al menos, cinco más para lograr llegar a 17.
Los referenciados en Facundo Manes y Gerardo Morales llegan a siete. Allí se pueden contabilizar a Manuel Aguirre de Corrientes; a Fernando Carbajal de Formosa; a Pablo Juliano y el propio Manes de Buenos Aires; a Juan Carlos Polini de Chaco; a Jorge Rizzotti y Natalia Sarapura de Jujuy. Por el lado de Martín Lousteau hay otros cinco: Gabriela Brouwer de Koning y Martín Tetaz, de Córdoba y CABA, forman parte de su espacio pero están más cerca de De Loredo; Danya Tavela, de Buenos Aires, además de Mariela Coletta y Carla Carrizo, ambas de la Capital Federal.
Por ahora, los 11 que firmaron la expulsión fueron Aguirre, la entrerriana Marcela Antola, Carbajal, Manes, Carrizo, Coletta, Juliano, Polini, Rizzotti y Tavela. Con sumar otros de los dos sectores mencionados, se podría avanzar. Para lograr los 17 votos necesarios para quitarle la conducción a De Loredo y Karina Banfi, los combativos necesitan garantizar las voluntades de Tetaz, Brower de Koning, los neutrales Julio Cobos y Mario Barletta, también Melina Giorgi, de Santa Fe
La situación interna es cada vez más tensa, al punto de que no se pueden poner de acuerdo en cuestiones básicas. En las últimas horas, hubo dos posiciones contrapuestas sobre el resultado de la reunión de bloque, tanto en lo que refiere a lo acordado como a la asistencia, una cuestión objetiva. La conducción del bloque asegura que estuvieron prácticamente todos presentes, mientras que los reaccionarios aseguran que apenas se superó la decena de asistentes. Según plantearon desde el espacio que defendió no expulsar a nadie, se pactó actuar en unidad bajo la línea que defina la mayoría. Los otros rechazaron que eso haya sucedido. La convivencia será difícil.
Habrá desafíos por delante para terminar de detonar la situación. Si Milei veta el financiamiento universitario, habrá un problema. En Diputados, la UCR no acompañó la ley con el 100% de sus miembros, de hecho hubo una abstención y cinco ausencias (llamativamente de nombres que colaboraron con el gobierno a la hora de tratar jubilaciones).
Otro de los debates centrales será el Presupuesto 2025. En la comisión, la UCR será un bloque clave para ayudar o no al Gobierno. La comisión tiene 48 miembros, de los cuales 20 son de Unión por la Patria y uno de la Izquierda, lo que sería una oposición segura a Milei. Del lado de los oficialismos están LLA, el PRO y el MID, con un total de 15 entre los tres bloques. La UCR tiene seis, muchos amigos del gobierno. Son Lisandro Nieri, Martín Arjol, Mariela Coletta, Jorge Rizzotti, Roberto Sánchez y Martín Tetaz. Encuentro Federal tiene dos, al igual que Innovación Federal. La Coalición Cívica e Innovación y Trabajo poseen uno cada uno.
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