Lo ocurrido en la elección de Santa Fe agudizó el debate sobre el riesgo de la fragmentación. La situación en diversas provincias y la sombra de Ficha Limpia que puede prsocribir a CFK.
Por: Martín Piqué
Con el almanaque que corre y el cronograma electoral que se acelera, el Partido Justicialista realizará un congreso partidario el próximo viernes 25 de abril. El encuentro fue convocado por el gobernador formoseño, Gildo Insfrán, titular del Congreso de la principal fuerza opositora del país. La reunión de los congresales, a realizarse en el microestadio del club Ferrocarril Oeste en el barrio porteño de Caballito, apunta a resolver cuestiones administrativas, como aprobar el balance de ingresos y gastos del año 2024. Sin embargo, en el orden del día también figura un tema sensible, que puede abrir debate: la ratificación de las intervenciones a los PJ provinciales de Salta y en Misiones.
Lo que ocurra en Caballito tras el llamado a los 945 representantes del partido reflejará, por otro lado, los debates que coexisten por estos días en las filas del justicialismo. Las preguntas que circulan son: cómo procesar las diferencias internas sin fragmentarse y favorecer al gobierno; cómo armar listas ahora que están suspendidas las PASO (eran una instancia ordenadora que resolvía mediante el voto la distribución de espacios); también, cómo garantizar la convivencia entre liderazgos que se mantienen activos y vigentes con otros que emergen.
Este es el trasfondo que explica las tensiones que atraviesan las filas del peronismo. Una de esas pujas, no la única, es la que protagonizaron hasta la semana pasada la titular nacional del partido y dos veces presidenta Cristina Fernández de Kirchner con el gobernador de la provincia más poblada, Axel Kicillof. En distintas corrientes del PJ -pero sobre todo entre los mismos protagonistas- ha ido creciendo la tesis de que ya no es tiempo de pulseadas internas.
Tras el nuevo acuerdo con el FMI y la visita del secretario del Tesoro estadounidense Scott Bessent, el peronismo asumió que la prioridad debe ser armar la estrategia electoral más competitiva.
Una de las claves del armado amplio y frentista que el peronismo buscará replicar en la mayoría de los distritos es lo que ocurrió en Chaco con la lista de diputados provinciales. Bajo el histórico lema “Chaco Merece Más”, el exgobernador Jorge Capitanich acordó una lista de unidad con Domingo Peppo, también exmandatario provincial. Capitanich será el primer candidato de la boleta. La elección será el 11 de mayo.
Mientras encara la recta final de su campaña, Capitanich lanzó en simultáneo una advertencia para toda la dirigencia del peronismo: llamó a no descuidar la elección nacional del 26 de octubre, en la que ocho provincias (Chaco, CABA, Salta, Santiago del Estero, Tierra del Fuego, Entre Ríos, Río Negro y Neuquén) renovarán tres bancas de senadores.
“El 26 de octubre en la Argentina se juega el Senado. Y si nosotros permitimos que nuestro bloque (el interbloque peronista) disminuya de los 24, que es la capacidad de bloqueo, ellos (por el oficialismo de La Libertad Avanza) ponen la Corte Suprema de Justicia, con lo cual desaparece todo vestigio opositor, con mayoría propia en la Corte y el disciplinamiento de jueces y fiscales”, dijo en Futurock.
En los próximos tres meses -el 17 de agosto-vence la inscripción de candidatos nacionales. Se sabrá si la lista de unidad de Chaco funciona como modelo para la estrategia general del peronismo.
La opción antagónica al armado chaqueño fue lo que sucedió en la reciente elección de Santa Fe, donde el peronismo se presentó dividido en tres listas: la encabezada por el extrapartidario Juan Monteverde (Ciudad Futura, izquierda independiente), la que postuló al senador nacional Marcelo Lewandowski y la que presentó a Roberto Sukerman.
Dirigentes variados, de diversas procedencias, consideran que la de Santa Fe no fue una buena experiencia.
“Siempre es preferible ir unidos. Sin embargo, cuando se hacen elecciones de medio término los resultados del justicialismo hay que juzgarlos por la sumatoria de las distintas corrientes: en Santa Fe, por ejemplo, hay que sumar lo que sacaron Lewandowski, Monteverde y Sukerman. Ese es el caudal de votos del peronismo”, analizó en diálogo con Tiempo un congresal nacional del justicialismo que el viernes próximo estará de cuerpo presente en Caballito. Y agregó: “Por el momento en Buenos Aires se están acercando posiciones, se están cambiando ideas, cosa de converger juntos”.
Converger en una misma lista tampoco será tan fácil. Y la dificultad será mayor en los distritos en los que el PJ está fragmentado con varios sectores que cruzan acusaciones. Es lo que sucede, por caso, en la provincia de Jujuy. Allí el partido está intervenido por el consejo nacional que encabeza CFK. La intervención fue prorrogada porque los comicios de autoridades partidarias se superponían con la elección local del 11 de mayo. El PJ terminó fracturado. Hoy tres dirigentes pivotean por dirigir sus destinos: la diputada Leila Chaher, cercana a Cristina e integrante de La Cámpora; la senadora Carolina Moisés, que pegó un portazo en la Cámara Alta para gestar el nuevo bloque “Convicción Federal”; más el empresario Rubén Rivarola, director ejecutivo del diario El Tribuno y último titular del partido a nivel provincial.
En diálogo con Tiempo, la senadora Moisés aseguró que la convocatoria al congreso nacional del justicialismo le parecía “oportuna”. Pero al mismo tiempo acusó a los interventores del PJ jujeño (los bonaerenses Aníbal Fernández y Gustavo “Tano” Menéndez) de “poner congresales adictos a sus caprichos” y “borrar con su lapicera a quienes sí tenían mandato para hacerlo”.
“Quienes vayan al congreso partidario sólo serán ‘levantamanos’ de los intereses de los socios del radicalismo en Jujuy”, cargó Moisés. Y sobre el contexto general del encuentro, añadió: “Espero que en esta reunión podamos tener respuestas coherentes sobre inseguridad, falta de trabajo, endeudamiento nacional, cierre de empresas y comercios, como también empezar a recuperar el espíritu de vanguardia que siempre tuvo el PJ ante los problemas de la gente. No se puede seguir en este proceso de enfrentamiento desde La Cámpora, dividiendo en todos los distritos y enfrentando a Axel Kicillof. El peronismo en su conjunto quiere debatir otros temas y no los problemas internos autogenerados”, lanzó.
Otra provincia en la que hubo una intervención al PJ local fue Corrientes. Allí se completó el proceso de normalización: el nuevo titular del partido es el abogado Martín “Tincho” Ascúa, intendente de Paso de los Libres. Ascúa será, también, candidato a gobernador por el peronismo.
Consulado por este diario, el congresal y apoderado nacional del PJ Eduardo López Wesselhoefft informó que las demandas que algunos dirigentes del PJ de Salta y Misiones presentaron a la Justicia para objetar las respectivas intervenciones fueron debidamente contestadas. “El miércoles tuvimos sendas audiencias en el juzgado federal de la doctora (María) Servini y consideramos que las pretensiones son infundadas. Todo se desarrolló en un ambiente de cordialidad”, relató.
Habrá que ver qué ocurre el viernes. Lo que es seguro es que la presidenta del justicialismo no será de la partida. Así lo adelantaron a Tiempo desde su equipo de colaboradores. Cristina sí conversó con Insfrán para definir algunos detalles del congreso. Mientras tanto, una prioridad surge en lo inmediato: ¿qué pasará si el oficialismo consigue el número para tratar Ficha Limpia en el Senado?
En las últimas horas trascendió que los senadores por Santa Cruz Natalia Gadano y José María Carambia -ligados al gobernador provincial Claudio Vidal- colaborarán con el quórum y el tratamiento del proyecto, que tiene media sanción. “Este Gobierno tiene todo tarifado. Y hay senadores que cobran por votar. Pero además esto marca el temor que tienen sobre la figura de Cristina. Aquellas personas que han hecho feliz al pueblo son proscritas, perseguidas e inclusive encarceladas”, analizaron desde el entorno de CFK.
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