Si el libertario llega al poder con la mismas bancas que conseguiría por las PASO, estaría obligado a negociar sus reformas con la actual oposición, pero sobre todo con el PRO. La figura de Ritondo como potencial presidente de Diputados y la opinión de Benega Lynch, que encabeza la boleta a legisladores de LLA por Buenos Aires. Lo que le quedaría al kirchnerismo y la importancia de las comisiones.
Mauricio Caminos
El abrupto triunfo de Javier Milei en las PASO podría tener un correlato directo en el Congreso. Si los resultados se repiten en las generales, La Libertad Avanza llegaría a los 41 diputados y obtendría 8 senadores. Son pocas bancas para imponer per se una ley, aunque necesarias para influir en cualquier debate parlamentario, ya que ni Juntos por el Cambio ni Unión por la Patria serían mayoría. Pero si el libertario se convierte en Presidente, ¿cómo haría su oficialismo legislativo para lograr sus reformas ultras?
El propio Milei opta públicamente por la respuesta fácil: si el Parlamento le obtura su plan, jura que convocará a consulta popular para “que sea la gente” la que tuerza la voluntad de la dirigencia. Es su latiguillo mediático que oculta la complejidad que realmente tendría: que por la trama de vínculos e intereses que representa el Congreso, más la burocracia que significa hacerse de los resortes del Estado, estaría obligado a pactar con su tan criticada “casta política” para garantizarse un mínimo de gobernabilidad.
“Milei sí o sí debería buscar acuerdos”, sentenció a elDiarioAR una espada legislativa del PRO, quizás la bancada opositora que más cerca está de la idiosincrasia del economista liberal. Como botón de muestra está su relación personal con Mauricio Macri, quien no esconde su juego electoral a dos puntas, entre Milei y Patricia Bullrich.
Cuatro fuentes distintas en JxC coincidieron ante este medio que la oposición sería el respaldo parlamentario de un hipotético gobierno libertario, sobre todo los “halcones” amarillos, luego del triunfo en la interna de la exministra sobre el “dialoguista” Horacio Rodríguez Larreta. La alianza transitoria podría incluso generar una crisis interna en la coalición opositora, porque ¿la UCR y la Coalición Cívica de Elisa Carrió votarían con el macrismo lo que les pida Milei?
“JxC no se va a romper antes de que asuma Milei, pero en cada votación que él mande se va a ir rompiendo. Solo los macristas mauricistas podrían votar barbaridades”, apuntó un opositor no amarillo. El diputado amarillo consultado no negó ese escenario, pero le puso reparos a la avanzada libertaria: “Es difícil de predecir todo con este hombre, pero dudo que gane”.
Ritondo encabeza la lista de Diputados de Bullrich por Buenos Aires con el fin de quedarse con la presidencia de la Cámara baja. NA¿Milei al poder, Ritondo a la presidencia de Diputados?
La influencia de JxC sobre el libertario quedaría determinada inicialmente por su superioridad numérica. Con los mismos resultados de las PASO, el frente cambiemita sería la primer minoría, con 105 diputados propios. “Nosotros le daríamos el quórum a Milei en un segundo”, le dijo a elDiarioAR una diputada halcón, haciendo el cálculo de que estarían a solo 24 del quórum. Un contrapeso estéril sería el actual oficialismo, con 91 diputados.
Esa supremacía cambiemita tendría en el vértice al macrista Cristian Ritondo. Como cabeza de lista de Bullrich en la provincia de Buenos Aires, ante un eventual gobierno libertario tendría el mismo destino planeado por la exministra –y digitado realmente por detrás por Macri–: ser el presidente de la Cámara baja. “Ritondo ya se siente presidente. Nadie le saca el sillón”, comentó con acidez un operador parlamentario opositor.
Un vocero peronista aseguró que es “de usos y costumbres” que el liderazgo sea para el oficialismo de turno, pero un antecedente icónico echó por tierra esa tradición: cuando el PJ le arrebató a Fernando de la Rúa las dos Cámaras en las elecciones del 2001, Eduardo Camaño se quedó al frente de Diputados y Ramón Puerta, del Senado –ya no estaba Carlos “Chacho” Álvarez como vicepresidente–.
“Los acuerdos se generan así”, respondió críptico el diputado muy cercano a Macri cuando elDiarioAR le consultó sobre la posibilidad concreta de que la presidencia de Diputados sea para Ritondo, como prenda de unidad con Milei. Más allá del cargo formal, la titularidad del cuerpo da el poder de “lapicera”, con la que se dispone el manejo de los tiempos y recursos parlamentarios.
En LLA por ahora esquivaron asumir cualquier compromiso legislativo. “En caso de llegar Javier al Gobierno debe tener que tener un orden en el Congreso, con alguien en la Cámara que tenga representación de muchas personas. Pero no hemos hablado de ese tema y nunca me lo han sugerido a mí. Me es más o menos irrelevante”, confió a este medio Alberto Benegas Lynch, que encabeza la lista de diputados libertarios por Buenos Aires.
Sobre la dificultad de ser un oficialismo en minoría, “Bertie” Benegas Lynch apuntó: “Obviamente es más fácil ser un Poder Ejecutivo con mayorías, pero también está la cuestión democrática de estos controles al poder que me parecen sanos”. Y sin ponerse del lado de Bullrich, coincidió en su tesis de que hay que avanzar en una “limpieza legislativa”: “Hay gente razonable en el Congreso con quienes podríamos avanzar en esto de derogar leyes, más que sancionar nuevas, porque en verdad es limpiar las leyes que han sido en contra de la vida, la libertad y la propiedad”.
Con los resultados de las PASO, "Bertie" Benegas Lynch entraría al Congreso por la lista de Javier Milei.Otros casilleros de peso
Otra figura que entraría al Parlamento por Milei sería Diana Mondino, primera por la Capital Federal. Pero su nominación podría ser testimonial, ya que el economista aseguró que la designaría su canciller si gana la Rosada. “Hay que estar atentos a los que están debajo de los primeros puestos”, avisó el operador peronista consultado. En las boletas libertarias en todo el país –también metería legisladores por Santa Fe, Córdoba, Salta, Jujuy, Tierra del Fuego, San Juan, La Rioja, Corrientes, Chaco y Chubut– hay periodistas, influencers, empresarios y portadores de apellidos tradicionales de la política, como Martín Menem –sobrino del expresidente– y Ricardo Bussi –hijo del genocida Antonio Domingo Bussi–.
Candidata a vice, Victoria Villarruel sería la libertaria al frente del Senado, aunque con una importante sobrecarga de tareas: el libertario ya avisó que le delegaría a su cargo los ministerios de Defensa y Seguridad. En la Cámara alta el avance libertario sería de menor voltaje: 8 bancas, pero a expensas de JxC, que pasaría de 32 a 27 senadores. El cortafuego libertario lo tendría el kirchnerismo, siendo la primera minoría con 31 votos: así conseguiría la presidencia provisional.
El control del Congreso no solo se da por la cúpula, sino también por su base. Las comisiones de trabajo y las secretarías parlamentarias son verdaderos reductos de poder. Y de caja: para todas se designan una importante nómina de asesores. Se vuelven un campo de batalla en cada periodo de renovación legislativa, por lo que sería interesante ver ese desenlace entre los libertarios y JxC, aunque los integrantes de las comisiones se otorgan por sistema D’Hondt. “Permiten nombrar gente y pagar políticamente”, afirmó un conocedor de los pasillos del Palacio.
Son clave para cualquier oficialismo hacerse de las presidencias de las comisiones que tienen correlato directo con los ministerios del Poder Ejecutivo, como las de Presupuesto y Hacienda, Asuntos Constitucionales, Legislación General, Relaciones Exteriores, Justicia, Defensa, Seguridad Interior, Previsión, Agricultura y Ganadería, entre otras. Entre ambas Cámaras hay un centenar de comisiones distintas, incluso algunas bicamerales de cierto peso, como la de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia, cuyas actividades son reservadas solo para sus miembros.
Además, el Congreso define asientos en otros órganos de poder, como son la Auditoría General de la Nación y el Consejo de la Magistratura, que designa y remueve a los jueces. En este último su plantilla actual tiene vigencia hasta 2025, y en el organismo contralor los lugares se reparten entre las bancadas más numerosas: con la foto de hoy, serían dos para JxC y uno para UP. “Con ese número ridículo de 41 diputados y 8 senadores, no le darán nada”, vaticinó una fuente cambiemita sobre la cancha inclinada que podría tener el libertario en un hipotético gobierno. Y remató: “El Legislativo no será de Milei”.
Comentá la nota