Lo preside Insfrán, que trabaja con Gioja para visibilizar la soledad del interventor. Será el 8 de junio, en Ferro. Esta semana notificarán a los 900 congresales.
Amarillos, grises y blancos. La paleta de colores peronista se divide en tres: los amarillos filo PRO, los blancos anti Macri y los grises que pivotean, tironeados, entre aquellas dos terminales.
El doble revés que el interventor Luis Barrionuevo sufrió en la Justicia –el fiscal pidió revocar; la Cámara validó como apelante a José Luis Gioja– precipitó un episodio político que busca mixturar los tonos: el 8 de junio, en Ferro, se reunirá el Congreso del PJ nacional.
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El jueves pasado, en paralelo al dictamen del fiscal Jorge Di Lello y al fallo de la Cámara Nacional Electoral (CNE), los apoderados notificaron a la jueza María Romilda Servini de Cubría sobre la convocatoria al congreso partidario. Esta semana se emitirán las notificaciones a los más de 900 congresales de todo el país.
El formoseño Gildo Insfrán, presidente del cuerpo, firmará los telegramas y junto a Gioja y los jefes de los PJ de las provincias, hará la otra tarea más difícil: conseguir que la asistencia sea lo más numerosa y diversa posible.
Luis Barrionuevo, interventor del PJ, a mediados de abril.
Insfrán se volvió un operador esencial en ese trámite y es quien empuja la conformación de una Comisión de Acción Política (CAP) para sumar a la mesa que presidió Gioja –ahora intervenida– a sectores y referentes que no han participado del PJ estos años.
"Vamos a abrir las puertas de par en par, convocar a todos", dijo Gioja a Clarín sobre la alternativa de la CAP y la invitación a otros dirigentes. Detalló sobre el Congreso, que había sido convocado antes de la intervención dispuesta por Servini. Detalle: en sus argumentos para remover a Gioja y designar a Barrionuevo, la jueza reprochó que no se hizo el Congreso ordinario de 2017.
Antes, en febrero, el Consejo lo convocó sin fecha, post intervención lo llamaron para el 18 de mayo y luego se reprogramó para el 8 de junio. Se pospuso a la espera de un fallo de la Cámara. Parece difícil que el tribunal resuelva sobre la intervención dentro de los próximos 15 días.
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Insfrán y Gioja tiene por delante una costura delicada. Montar una foto para respaldar al Consejo desplazado y ofrecer, sobre la base del peor momento del gobierno de Mauricio Macri, un gesto de unidad posible.
Al principio, la decisión de Servini fue criticada por la mayoría de los gobernadores y de los bloques de todos los peronismos –salvo el FR de Sergio Massa– y sembró pánico entre los jefes de los PJ provinciales ante el riesgo de intervenciones en cadena.
Hubo, a horas de la intervención, una cumbre en San Telmo donde estuvieron jefes partidarios como Omar Felix (Mendoza), Martín Soria (Rio Negro), Luis Beder Herrera (La Rioja) y, entre otros, Ricardo Olivera (Santa Fe). Solo Córdoba y Salta no enviaron delegados.
A pesar de ese respaldo, Gioja no logró alinear en su defensa a varios gobernadores del PJ que, al igual que Miguel Angel Pichetto, le imputan moverse con Cristina Kirchner.
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La tarea de cerrar la grieta interperonista, siquiera por un rato, quedó en manos del multidimensional Insfrán que es recibido por Macri en Casa Rosada, tiene a su senador José Mayans en el bloque de Pichetto y a sus diputados en la bancada de Agustín Rossi.
Desde el PJ confirman que el llamado para el 8 de junio, en el microestadio de Ferro, está firme. Gioja habló con la mayoría de los jefes de los peronismos provinciales –en muchos casos son los gobernadores– para puntear la concurrencia.
El gobernador Gildo Insfrán. la semana pasada, con el presidente Macri y el ministro Frigerio.
El objetivo político –además de adaptar la Carta Orgánica partidaria a la igualdad de género– es mostrar que la mayoría del peronismo está en contra de la intervención. Se prepara, de hecho, un mensaje para ratificar al consejo intervenido. Traducción: visibilizar la soledad de Barrionuevo.
"Lo ideal sería esperar un fallo de la Cámara", explican desde el Peronismo Federal y avisan que no está, todavía, acordada la participación de los gobernadores en el Congreso del 8 de junio. "Puede tener el apoyo del PJ bonaerense y el porteño y algunos más, pero no alcanza", explica el operador.
Sobre ese incertidumbre deberá moverse Insfrán
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