Funcionarios del jefe de gobierno porteño ya recorren el país acercando aliados para un eventual desafío nacional
Sus presencias, discretas pero evidentes, dieron lugar a distintas conjeturas, en momentos en los que su jefe político evita los pasos en falso. Bruno Screnci y Fernando Straface cumplieron la orden de Horacio Rodríguez Larreta y estuvieron el domingo 10 pasado en Salta, saludando al ganador y nuevo gobernador de esa provincia, Gustavo Sáenz.
La foto, similar a la que los mismos funcionarios porteños se sacaron poco más de un mes atrás con Rodolfo Suárez, el nuevo gobernador de Mendoza, se relaciona con el discreto plan de Larreta -más vigente que nunca luego de su contundente triunfo y reelección en primera vuelta- que apunta a la Casa Rosada en 2023.
"Son relaciones con los aliados", contestaron cerca del jefe de gobierno porteño cuando LA NACIÓN los consultó sobre las visitas de Screnzi (ministro de Gobierno porteño) y Straface (secretario general), los "embajadores" de la ciudad, a esos distritos. La jugada recuerda aquellas " casas de la ciudad" en distintas provincias -sobre todo Córdoba- que Emilio Monzó inauguró por orden de Mauricio Macri, en sus tiempos de ministro de Gobierno porteño, cuando el hoy Presidente se preparaba para la pelea mayor.
Desde el gobierno porteño recuerdan que la movida tuvo sus antecedentes: el "traslado" del teatro Colón a las provincias y los Juegos Olímpicos de la Juventud, dos eventos que dieron "proyección federal" a Rodríguez Larreta durante su mandato. Ocurrieron, claro, antes de las elecciones en las que Macri fue derrotado aunque sacó el 41 por ciento de los votos, y Larreta logró la reelección con un histórico 55 por ciento.
Antes de irse a Italia para entrevistarse con la alcaldesa de Roma Virginia Raggi, Larreta reunió a su gabinete y repitió las instrucciones. "Hay que calmar las ansiedades, estar tranquilos y no apurarse", afirmó, según dos testigos. Cerca suyo reiteraron que "no moverá un dedo" para generar roces con Macri, porque su rol de líder del espacio "lo definió la gente el 27 de octubre", según definió días atrás.
"No tiene ningún sentido pelearse por lo que puede pasar en cuatro años", afirmó uno de los incondicionales, aunque destacó que "Horacio va a trabajar cuatro o cinco horas más que el resto (para el 2023), y cuando llegue el momento va a tener todo armado", lo elogió uno de sus estrechos colaboradores. Pero nada impedirá que, aún conociendo la decisión de Macri de seguir protagonizando el espacio, Larreta continúe con su silencioso armado.
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Las piezas en el equipo de Larreta
En su tablero de poder inmediato aparecen su propio equipo de gobierno, la legislatura y el partido Pro, en el que estará muy involucrado. Por estas horas, y luego de sumar al todavía ministro de Justicia de María Eugenia Vidal, Gustavo Ferrari, como "asesor externo", el jefe de gobierno porteño definirá el gabinete que lo acompañará en la nueva etapa.
Ante las ausencias anunciadas de Guadalupe Tagliaferri (pasará de ministra de Desarrollo Social al Senado), Marcelo Nachón (dejará en su lugar de secretario de Medios a Christian Coelho) y Ana María Bou (dejaría el ministerio de Salud), Larreta analiza incluir a representantes de la UCR porteña y dar lugar a representantes de otros aliados, como la CC-ARI, Confianza Pública de Graciela Ocaña y el PS, hoy bajo intervención de su Comité Ejecutivo.
Desde el radicalismo suena José Luis Giusti, exdecano de Ciencias Económicas, para algún asiento importante, aunque las huestes radicales que responden a Martín Lousteau apuntan al Banco Ciudad, prácticamente cedido a Guillermo Laje.
Eduardo Macchiavelli, jefe de la última campaña y secretario de Ambiente y Espacio Público, limitará su presencia en la gestión para dedicarse al armado nacional, secundando a la virtual próxima titular de Pro, Patricia Bullrich.
"Queremos discutir el modo de funcionamiento, para que no pase como a nivel nacional, donde pocos decidían y el resto acataba", condicionó un referente de la UCR porteña, cuya principal carta electoral es Martín Lousteau y que hoy negocia en conjunto con el sector de Daniel Angelici su posicionamiento en la nueva gestión, dentro y fuera de la Legislatura.
En relación al partido, y sin dejar de reconocer el "liderazgo" de Macri, Bullrich y Macchiavelli intentarán remontar una actualidad partidaria que en el larretismo califican de "desastrosa". "En quince provincias tenemos que empezar de cero", grafican cerca del jefe de gobierno porteño, apuntando hacia Marcos Peña, que manejó Pro en los últimos años a través del senador misionero Humberto Schiavoni y el porteño Francisco Quintana.
En cuanto a Cambiemos, la prioridad -según puntualizó uno de sus leales- es "construir una alternativa de gobierno, una plataforma, ser confiables para la gente. Arrancamos desde un buen lugar", afirmó la fuente, en referencia a los sorpresivos 41 puntos obtenidos por Macri en octubre.
"Seguimos trabajando juntos, recorriendo los barrios, hablando con los vecinos, trayendo soluciones", dijo Larreta en la última reunión de gabinete televisada vía Facebook. Lejos de las cámaras, y sin confrontar con Macri, seguirá con el plan trazado, que espera culmine en diciembre de 2023, como aspirante a la Casa Rosada.
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