Las municipalidades de Río Gallegos y Puerto Deseado tuvieron que declarar esta semana la emergencia ambiental y sanitaria debido a las extensas huelgas que llevan adelante gran parte de los trabajadores de ambas comunas, lo cual hizo que ya se hayan acumulado toneladas de residuos urbanos en calles, veredas y terrenos baldíos.
Los conflictos, avalados por las respectivas filiales del SOEM, están centrados en el reclamo de incrementos salariales indistintamente por el no llamado a paritarias y aumentos acordados que no se cumplieron, como es el caso del que se registra en la capital provincial.
Además, no hay distinción de cuestiones políticas ya que el municipio de Gallegos es gobernado por un intendente de la Alianza Cambiemos, Roberto Giubetich, y el de Deseado por un referente del PJ ortodoxo, Gustavo González.
Si bien las medidas de fuerza afectan a diferentes áreas, sobre todo las operativas, el servicio de recolección de residuos es el que más impacta en ambas comunidades y los focos pestilentes y contaminantes se agiganten y multiplican, tornándose aún más peligrosos por el accionar de gran cantidad de perros vagabundos que esparcen la basura.
Este tipo de situaciones es la que se dieron en Caleta Olivia en el curso de los últimos años y a duras penas el municipio pudo poner en vigencia planes de contingencia, como ocurrió hace pocos días cuando tuvo que apelar ante la justicia para recuperar camiones recolectores compactadores que estaban retenidos por un grupo de obreros.
Aun así, la situación no se ha superado totalmente ya que el gremio local (SOEMCO) espera que el intendente Facundo Prades le brinde una respuesta favorable al reclamo de un 40% de incremento salarial en la reunión acordada para el martes próximo.
CRITICAS A GIUBETICH
En Río Gallegos algunos medios periodísticos que han comenzado a formular serias críticas hacia el intendente Giubetich. A modo de ejemplo, el diario digital Nuevo Día señaló ayer que “allá por diciembre de 2015 (el intendente) se encontró con las calles sucias, muchas veces inundadas y con miles de perros transitando sobre ellas, sólo por citar algunas de las complicaciones”, pero ahora “la situación no sólo es igual, sino peor en algunos casos”.
“Esta misma gestión –añade- es la que otorgó más del 70 por ciento de aumento a los trabajadores municipales en el pasado reciente y en este 2018 no puede afrontar las paritarias, como así tampoco la cláusula gatillo del aumento que ellos mismos dieron”.
“Es por eso que se reavivó el conflicto del cual ya todos conocemos sus consecuencias, con falta de actividad de parte de los trabajadores, lo que genera pérdidas en la recaudación, falta de atención al público y falta de recolección de basura”, detalla.
Por otro lado, recuerda que Giubetich fue votado por muchos vecinos “por sus cualidades de negociación”, pero ahora “parece haber perdido totalmente la brújula, más en tiempos de crisis, donde la imaginación y las ideas deberían salir a relucir”, en tanto “la gente observa con tristeza e impotencia el bajo nivel de una clase política que no soluciona nada”.
VACIADERO BLOQUEADO
En Puerto Deseado, en tanto, el conflicto ya lleva más de 50 días y se agravó a mediados de la semana pasada cuando un grupo de obreros bloqueó el vaciadero (basural) municipal y ya hay más de 70 toneladas de residuos urbanos en las calles, según indicó el intendente Gustavo González.
En declaraciones al diario Tiempo Sur, el jefe comunal comentó que hace más de 40 días viene realizando reuniones de conciliación obligatoria y paritaria con ATE, ya que SOEM no acató la medida.
Indicó además que a los afiliados a este último gremio “ya se les dio un aumento por decreto en las posibilidades que tenemos y con el compromiso en las actas de volvernos a juntar para discutir una recomposición salarial».
“Ojalá podríamos brindar otro aumento, pero la situación es compleja para todos», debido a que no alcanzan los ingresos propios, por recaudación, por coparticipación y con los aportes para déficit que brindó el Gobierno provincial.
Con el corralón municipal tomado hace más de 50 días, los municipales decidieron avanzar y hace cuatro días bloquearon el acceso al vaciadero motivando que el impacto ambiental se agrave.
«Esto puede traer serios problemas de salud», advirtió el intendente y a modo de ejemplo aseguró que “tenemos más de 70 toneladas de basura porque hace tres días que no podemos recolectar residuos domiciliarios”. Ello sin contar lo que sucede con los industriales y los que generan las empresas pesqueras.
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