Además, fueron declarados culpables con una pena de 3 años y medio y 3 años en suspenso dos ladrones domiciliarios.
Bazán, que en la actualidad tiene 20 años, reconoció ante los jueces haber cometido todos los delitos que se le endilgaban, siendo éstos un robo, dos hechos de hurto simple y resistencia a la autoridad.
Este último hecho se registró el 25 de octubre del mencionado año en el barrio Santa Marta, cuando el joven, que a esa corta edad ya poseía un amplísimo historial de antecedentes en conflicto con la ley, fue identificado por un oficial de la policía que trató de detenerlo.
“Gordillo” se resistió al efectivo policial, agrediéndolo físicamente, propinándole numerosos golpes de puño y patadas. Ese mismo día, en horas de la madrugada, había intentado robar una motocicleta. Por otra parte, fuentes judiciales confirmaron que en enero de 2013, “Gordillo” estuvo involucrado en dos robos de motocicleta en grado de tentativa. Es decir que no pudo concretar ninguna de las dos sustracciones.
En uno de los casos, quiso robar una motocicleta marca Appia que se encontraba estacionada al frente del Supermercado “El Turco” de Barrio Libertador Segundo, cuando fue sorprendido por el dueño del rodado, que se encontraba dentro de las instalaciones comerciales.
El damnificado, al ver que le estaban sustrayendo su vehículo, persiguió a los delincuentes y logró identificar a Bazán, que en esa oportunidad estaba acompañado por una menor de 16 años y un menor de tan sólo 13.
El fiscal de la Cámara, Ruben Carrizo, de acuerdo con el abogado defensor del joven, acordaron una pena de 8 años de prisión por la sumatoria de todos estos hechos, pero los jueces decidieron quitar uno de los agravantes con los que llegó al banquillo de los acusados, considerando que “Gordillo” no había coaccionado a los menores para que actúen delictivamente. Cabe destacar que Bazán cuenta con una condena anterior por hechos de similares características, por lo que ya estaba detenido en el Servicio Penitenciario.
Sentencia para ladrones
Por otra parte, en la Cámara Penal Nº2, en horas de la mañana de ayer y luego de un debate que se extendió por más tiempo que lo habitual por distintos motivos, dos jóvenes de los cinco que estaban siendo juzgados recibieron una condena por haber tomado parte de un robo domiciliario. Mario Nicanor Almeyda, Ismael Natanael Lobo Villacorta, Marcelo Daniel Solórzano, junto a Luis Ezequiel y Marcelo Sebastián Chayle, llegaron a juicio imputados por el delito de “robo agravado por ser en poblado y en banda”, pero en los alegatos finales que presentó el fiscal subrogante de la Cámara Ezequiel Walther, éste bajó la calificación, por considerar que a lo largo del debate no había quedado acreditada la participación de tres de los cinco imputados. Es así que Walther solicitó la absolución para Lobo Villacorta, Solórzano y Luis Ezequiel Chayle, quienes finalmente quedaron en libertad al término del debate.
Walther, sin embargo, consideró que efectivamente quedó comprobada la autoría del robo por parte de Almeyda, para quien solicitó una pena de 5 años y 6 meses y prisión, y Marcelo Chayle, para quien pidió 4 años y medio. A su turno, el abogado defensor de Almeyda, Orlando del Señor Barrientos, consideró que ésta era una pena excesiva para su defendido, quien al momento de ser detenido se encontraba elaborando empanadas para vender en el barrio, pero que se vio involucrado en el operativo policial imprevistamente y sin haber tenido participación alguna en el hecho delictivo.
La defensora de Chayle, a su vez, también pidió que su defendido sea absuelto, pero finalmente, los jueces decidieron condenar a ambos jóvenes, dictando una pena de 3 años y medio de prisión efectiva para Almeyda y 3 años en suspenso para el mayor de los Chayle.
Cabe recordar que el robo por el que los jóvenes llegaron al juicio tuvo lugar en el año 2009 en una casa ubicada al sur de la Ciudad Capital, donde los ladrones ingresaron al domicilio de la familia Galíndez y se apoderaron de un televisor, un lavarropas, un secarropas, una garrafa de 10 kilogramos y un par de zapatillas.
Los cinco imputados fueron detenidos en un operativo que se llevó a cabo en inmediaciones del barrio San Ramón y Virgen Morenita, cuando ingresaron a la casa de la familia Chayle, luego de arrojar un secarropas al advertir la presencia policial.
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