El último sobreviviente de Agrupación Atlántica se despidió del Concejo Deliberante. Declaró su “admiración” por el exintendente Arroyo y agradeció el acompañamiento de los concejales ante su problema de salud.
En un discurso de lo más atravesados por factores personales, Mauricio Loria se despidió del Concejo Deliberante tras cuatro años de mandato, donde declaró su “admiración” por el exintendente Carlos Arroyo.
Loria aseguró estar atravesado por “un montón de sentimientos, una revolución en el corazón que hace que no sea tan claro hablar. He vivido cosas muy fuertes de toda índole”, en donde por primera vez hizo referencias “al problema de salud que la mayoría conoce y que me han sabido acompañar, eso me lo llevo en el corazón”.
El edil destacó principalmente a Arroyo “no solo por la confianza que me tuvo en su momento, sino también porque me logró inculcar un amor a la patria que fue admirable”. También resaltó a los concejales de Agrupación Atlántica, donde hizo especial mención a Guillermo Arroyo.
Finalmente, Loria reconoció haberse sentido incomodo cuando ante la renovación de 2019 se hablaba “del nivel de este Concejo, eso me quedó sonando”. Ante ello focalizó que “todos los concejales tienen el mismo amor, desde su mirada”, y en su caso particular aseguró que “me voy con la conciencia tranquila que hice lo que creí era lo mejor para la ciudad”
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