La renovación de la mitad de las bancas del Concejo Deliberante fue además de un acto institucional la caja de resonancia de un nuevo mapa político para la ciudad.
Se fractura el oficialismo.
La sesión preparatoria, que habitualmente resulta ser un momento emotivo por la despedida de diez concejales y la llegada de los que renuevan esas bancas, terminó siendo un tembladeral político, con muchos nervios y desilusiones.
Por un lado el bloque del Partido Justicialista no participó de la sesión. No hubo justificaciones al respecto, pero especulan algunos que podrían haber estado al tanto de la situación que se iba a avecinar. El concejal Oscar Bossoletti había adelantado su inasistencia por motivos familiares.
Fue así que a la entrega de los diplomas de concejales salientes, se redujo a unos pocos.
Afuera un grupo de militantes adherían jubilosos a la fiesta cívica, y vecinos protestaban contra una obra de EDEN y el ajuste en la tarifa del boleto de colectivo, en la vereda de enfrente.
La sesión fue presidida por el flamante edil Luis Sánchez, y como secretario Luciano Pastocchi.
Juraron los nuevos ediles y cuando se inició el debate sobre las autoridades del Cuerpo un cuarto intermedio hizo prever que iba a ser el primer conflicto que iba a atravesar la nueva constitución parlamentaria local.
El oficialismo propuso al Dr. Roberto Fernández Viña, y del mismo riñón el concejal Tomás Petacci a su compañera de agrupación Jorgelina Glorio. Lo que parecía una disputa interna la zanjaron desde el Frente Renovador, ya que apoyaron a la concejala Glorio que obtuvo la mayoría.
En ese momento el concejal Danilo Petroni abandonó la sesión, disgustado por la actitud de su pares de bloque a los que acusó de "renovadores residuales".
El resto fue un cambio de autoridades como estaba previsto, como vicepresidente un concejal del Frente Renovador, en este caso Luciano Pastocchi. En la vicepresidencia segunda Tomás Petacci.
En la estratégica secretaría del Concejo quedó un hombre de Andrés Quinteros, Lucas Chiaparoli.
La determinación que adoptó el ahora denominado quinterismo, la hizo saber el propio Andrés Quinteros que brevemente estuvo sentado en una banca. Replicó a los medios periodísticos presentes la separación de su socio electoral Ismael Passaglia, y sin afirmarlo su alineamiento con el massismo representado por el flamante bloque del Frente Renovador.
Aventuró que lo ocurrido en el Cuerpo tendrá sus consecuencias también en el Ejecutivo, abriendo el paraguas ante la eventualidad de que haya cambios en el equipo del intendente Passaglia.
La sesión concluyó con dientes apretados y miradas acusadoras entre los bloques, y en los bloques mismos.
Una mirada somera presagia que muy temprano se largó una carrera hacia el 2015, olvidando que quedan proyectos sensibles para la población que deben reunir el consenso de las partes. El Presupuesto y la Fiscal y Tarifaria entre ellos.
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