La situación de toma se forjó debido a la no profundización del diálogo que propugnan distintos referentes de comunidades indígenas de la ciudad. “Solicitamos respuestas inmediatas en torno a la ayuda de fin año”, le dijo a Conclusión Luis Báez, vocero moqoit.
Los eternos aletargados vuelven a alzar su voz con la intención de ser oídos en un cierre de año demoledor para los que ocupan los márgenes de una historia deshumanizante. El marco pandémico exacerbó las penurias de aquellos que no se resignan a ser solo un número más, de la gélida cifra de desamparados.
Los pueblos preexistentes al Estado siguen resignificando su camino en cada punto cardinal de un país que suele visibilizarlos solo como piezas de un museo viviente. La necesaria reparación histórica sigue brillando por ausencia, a la crisis habitacional y de tierras, se le suma la alimentaria, profundizada por un modelo productivo que ha consolidado el hambre, gracias a la siembra directa del monocultivo transgénico.
Los históricos reclamos se renuevan de manera sistemática, la emergencia habitacional y sanitaria, junto al derecho al acceso al agua, siguen siendo los puntales de una añeja discusión que parece quedar siempre en saco roto. Bajo este contexto, se va cerrando un año que ha potenciado la desigualdad de manera abrupta, por ello el Concejo de Pueblos Originarios de Rosario decidió impulsar una toma de la Secretaría de Desarrollo Humano y Hábitat, con la intención de obtener una respuesta definitiva a la ayuda de fin de año.
Con la intención de conocer en profundidad el marco de la protesta, Conclusión dialogó con Luis Báez, referente mocoví de la ciudad. “Hermanas y hermanos de las comunidades originarias de la ciudad, e integrantes del Concejo de políticas indígenas de Rosario en representación de las comunidades, se encuentran en situación de toma en la Secretaría de Desarrollo y Hábitat de la municipalidad. Esto se debe a que después de tres reuniones que hemos mantenido con funcionarios, no hemos podido concretar nuestro pedido de ayuda para fin de año”.
Este Concejo es integrado por 32 comunidades de la ciudad de Rosario, donde todos los años han gestionado duramente para que las necesidades básicas insatisfechas puedan ser atendidas.
Una discusión histórica que se renueva años tras año buscando zanjar diferencias y acercar las partes en cuestión. “Informamos también que se encuentra una delegación en el primer piso de la Secretaría, mientras que el resto de los dirigentes de los distintos pueblos se ubican en planta baja. Este Concejo es integrado por 32 comunidades de la ciudad de Rosario, donde todos los años han gestionado duramente para que las necesidades básicas insatisfechas puedan ser atendidas. Tal es así que llegamos a una tercera reunión sin poder concretar la ayuda económica para poder adquirir alimentos y de esa manera pasar el fin de año en familia”.
No es antojadiza nuestra protesta, por eso le reclamamos a la municipalidad una necesaria ayuda alimenticia para las fiestas que se avecinan
La realidad en torno a la falta de trabajo en las distintas comunidades es desesperante, situación que sensibiliza aún más el reclamo. “No es antojadiza nuestra protesta, por eso le reclamamos a la municipalidad una necesaria ayuda alimenticia para las fiestas que se avecinan. Queremos terminar con esto en el transcurso del día, necesitamos la palabra del señor intendente de la ciudad de Rosario para darle curso a nuestro pedido. Es preciso destacar que cuando van en búsqueda de votos dentro de nuestras comunidades, cuando nos solicitan que acompañemos su gestión, nosotros los oímos respetuosamente, acá no estamos para interrumpir la gobernabilidad, al contrario, acompañamos la gestión pero exigimos respuestas”, indicó Báez.
Le pedimos a Pablo Javkin que sea él quien lleve adelante la negociación
Para concluir, quién representa a la etnia moqoit dentro del Concejo de Pueblos Originarios de Rosario, sostuvo: “Le pedimos a Pablo Javkin que sea él quien lleve adelante la negociación, con la intención de salvaguardar la integridad física de nuestras hermanas y hermanos que suelen ser víctimas de golpizas por parte de la policía. Lo nuestro es un justo reclamo, es un derecho cercenado que queremos recuperar”.
Por Alejandro Maidana
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