La Fundación trabaja activamente desde 1982 en la protección de la Reserva de lobos marinos del Puerto de Mar del Plata y en la conservación de la fauna y el ambiente en general.
El Concejo Deliberante entregó hoy una distinción a los integrantes de la Fundación Fauna Argentina por su amplia trayectoria y su “función vial” en la protección de la Reserva de lobos marinos de Mar del Plata y la conservación de la fauna y el ambiente.
El acto se desarrolló esta mañana y durante el mismo, el presidente del Concejo, Guillermo Sáenz Saralegui, junto a los concejales Patricia Serventich y Marcelo Carrara (Agrupación Atlántica), entregaron la distinción a los referentes de la fundación, Julio y Juan Lorenzani.
“Es un mimo al alma incansable de quienes llevan adelante esta entidad, con esfuerzo y el ingenio y la constancia que suplen la falta de apoyos y recursos”, dijo el presidente del Cuerpo.
Serventich, impulsora del reconocimiento, dijo: “Seguimos tendiendo puentes para que la relación entre el municipio y la fundación no se corte, y por el contrario se consolide el proyecto del Centro de Interpretación”.
Por su parte, los hermanos Lorenzani agradecieron el gesto y sugirieron intensificar el vínculo para “aceitar el mecanismo de visitas guiadas de escuelas a la reserva, así como también la implementación de mecanismos para proteger otras especies, además de los lobos marinos, tan típicos de la postal marplatense”.
La Fundación Fauna Argentina es una organización no gubernamental sin fines de lucro y ha sido concebida para la protección de la fauna y el ambiente. Para llevar a cabo este objetivo dirige sus esfuerzos en: crear áreas y reservas protegidas; programas de conservación de especies; educación y divulgación; investigación científica; contribuir a la redacción de legislación; accionar legalmente; y gestionar ante organismos públicos y privados.
La Fundación tiene como objeto la conservación y la protección de la fauna y su medio dentro del territorio de la República, para lo cual promueve e inculca el respeto por los animales como seres vivos que habitan nuestro planeta.
Los orígenes de la Fundación Fauna Argentina se relacionan con la reaparición -en la década del `40- de lobos marinos dentro del puerto marplatense. Al ir creciendo en número, estos animales fueron ocupando distintos sustratos artificiales, tales como espigones, banquinas y embarcaciones pesqueras.
En este contexto, un grupo de personas se organizaron y nuclearon como delegación Mar del Plata de la Sociedad Argentina Protectora de los Animales y que luego, en el año 1987, constituyeron la Fundación Fauna Argentina.
Una de sus principales preocupaciones fue la protección de los lobos marinos, debido a que se los podía apreciar sin ningún tipo de cuidado, con graves afectaciones en su estado sanitario. La situación era principalmente provocada por aros plásticos incrustados en sus cuellos, denominados genéricamente como sunchos que les provocaban laceraciones y una muerte agónica si no se los retiraba. Con los pocos medios existentes el grupo de trabajo organizó dos campañas para salvar a los animales.
Durante la década del `80 la dispersión de lobos marinos por distintos sectores del puerto causaba inconvenientes, tanto para las actividades de los pescadores como para los propios animales. Ante tal conflictiva situación, la Fundación decidió unificar la colonia: difícil objetivo que logró concretar primero en un sector precario y luego, en el área definitiva que constituyó la Reserva Faunística.
Después del arduo trabajo que demandó el acondicionamiento del espacio con gran cantidad de arena, integrantes de la Fundación condujeron por tierra a un pequeño número de animales a ese sitio, en una operación a la que identificaron como “atracción por ambientación natural”. Mediante este procedimiento se logró agrupar en el año 1986 a todos los lobos marinos, llegándose a contabilizar 700 ejemplares aproximadamente.
La agrupación de la colonia facilitó la realización de tareas de salvataje de los lobos marinos, posibilitando el desarrollo de trabajos de investigación referidos a la población, comportamiento, migración y contaminación y contribuyendo a un mayor conocimiento de la especie.
En 1994, a propuesta de la Fundación se aprobó la Ordenanza nº 9440 por la cual se declara “Monumento Natural” al lobo marino de un pelo (Otaria flavescens) que estableció el compromiso municipal para su protección.
Luego de años de mantenimiento sostenido de la colonia, su ubicación próxima a un sector degradado -con embarcaciones semihundidas- y al muelle de descarga de combustibles, evidenciaba no ser la más conveniente. El reacondicionamiento de un área cercana como amarradero y el riesgo de contaminación por derrames para los animales, determinó que el Consorcio Portuario Regional de Mar del Plata propusiera a la Fundación realizar un traslado de la lobería a un sitio más seguro.
Se trataba de un gran desafío, ya que los antecedentes referidos a un intento similar habían terminado en un rotundo fracaso, tal lo ocurrido décadas atrás cuando otro grupo programó transportar la colonia a Barranca de los Lobos. Ahora se buscaba movilizarla a un espacio libre alejado de la zona operativa, situado unos 1.000 metros del asentamiento hacia el extremo de la Escollera Sur, otorgándosele a tal efecto en enero de 2002 -mediante la Resolución 057-06/02- el sector donde se encuentra actualmente la Reserva.
La Fundación realizó una experiencia piloto en el año 2007 atrayendo a los animales al lugar elegido con estímulos audiovisuales y olfatorios, procedimiento al que denominaron “atracción por estimulación sensitiva”, el cual tuvo un éxito parcial. En enero de 2010 comenzó otra experiencia basada en condicionamiento clásico, utilizando señuelos acústicos y comida, operación que se repitió durante agosto y septiembre. El traslado de la colonia constituyó un enorme éxito, debido a lo dificultoso que resulta erradicar sin acciones violentas a los lobos marinos del lugar que ha constituido su hábitat en el tiempo y lograr que acepten y adopten un nuevo lugar como asentamiento. A partir de entonces, la colonia posee un espacio definitivo sin conflictos con las actividades portuarias.
No fue ésta la única propuesta legislativa de la entidad ya que, con posterioridad, presentó el proyecto para la creación de la Reserva Natural “Restinga del Faro” que fuera declarada Reserva Natural Provincial por Decreto nº 469 en mayo de 2011 y, más recientemente, una iniciativa similar para proteger al delfín Franciscana.
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