Por mayoría de votos, el legislativo local volvió a desaprobar la utilización del dinero presupuestado que hizo durante el año pasado el Ejecutivo comunal. Entre otras cuestiones, marcaron que la deuda flotante aumentó un 68 por ciento; la deuda consolidada un 89 por ciento y el pasivo municipal se incrementó un 65 por ciento. Hubo duros conceptos sobre la gestión y se repitieron los pedidos de explicación sobre cómo se están gastando los fondos públicos.
El concejal Rodolfo Rancéz pidió que no se tratara el despacho que desaprobaba la rendición porque tenía una firma apócrifa, lo que generó una catarata de respuestas en su contra.
En sesión especial, el Concejo Deliberante desaprobó ayer la rendición de cuentas del año 2014 de la gestión del intendente José Inza. Fue por mayoría de votos, con la sola excepción del concejal oficialista Rodolfo Rancez.
La rendición de cuentas no es otra cosa que el análisis de cómo el gobierno utilizó el dinero presupuestado, en este caso durante 2014. De ahí, en un análisis técnico y político, se desprenden las prioridades que tuvo la gestión al momento de elegir en qué usar los fondos públicos.
Ayer en lo que más se hizo hincapié fue en el estado financiero de la comuna con el crecimiento de las deudas flotante y consolidada, como así también del pasivo municipal. Se dieron números y porcentajes altamente preocupantes que desde el oficialismo no se desmintieron ni se justificaron. En ese contexto, hubo fuertes críticas a la gestión y muchos pedidos de explicaciones.
A modo de resumen, y sólo por mencionar algunos de los números que ayer se dieron a conocer, la deuda flotante (esa que debe pagarse a corto plazo) aumentó un 68 por ciento -llega a más de 51.000.000 de pesos-; la deuda consolidada (la que debe pagarse a largo plazo) aumentó un 89 por ciento -llega a más de 37.000.000 de pesos- y el pasivo municipal se incrementó un 65 por ciento -alcanzando más de 94.500.000 pesos-.
Se habló también de subejecución de partidas en distintas áreas, del incremento del personal y su impacto en la distribución de los recursos, y de la falta de correlación entre lo presupuestado y lo realizado. Caos, crisis y preocupación fueron tres de las palabras más escuchadas.
¿Firma apócrifa?
Al margen del tratamiento en sí, hubo dos hechos que llamaron poderosamente la atención y fueron protagonizados por el concejal Rodolfo Rancez. Fue cuando antes de comenzar la lectura del único despacho de la Comisión de Presupuesto y Hacienda pidió el ingreso sobre tablas de otro despacho -aprobatorio de la rendición- firmado por su compañera de bancada Estela Cerone que ayer faltó a la sesión. En un hecho para nada habitual, Rancez pedía ser él quien ingresara ese despacho -y por lo tanto fundamentarlo- cuando ni siquiera es integrante de la Comisión. Pese a esta situación, los demás ediles aceptaron su pedido, sin ahorrar críticas a la ausencia de Cerone a una sesión tan importante y siendo la presidenta de la Comisión de Presupuesto y Hacienda.
A los minutos, luego de que el concejal Juan Sáenz diera lectura al despacho que firmó junto a Martín Laborda y Alicia Zubiría, Rancez volvió a pedir la palabra y fue para denunciar que una de esas firmas era apócrifa. “El despacho no tiene que ser contemplado”, dijo entonces. La justificación que dio para hacer esa “denuncia” fue que uno de los concejales firmantes no estaba en Azul el día que se presentó el despacho. Un dato: nunca mencionó con nombre y apellido de quién estaba hablando.
“Manotazo de ahogado”
Las respuestas no se hicieron esperar. Entre otras tantas, Pablo Yannibelli le explicó que es habitual que los despachos o proyectos se vayan firmando cuando están listos; Rubén Laddaga entendió la actitud de Rancez como “un manotazo de ahogado” para que no se tratara la rendición porque evidentemente iba a quedar desaprobada; Ulises Urquiza advirtió que la denuncia “es sumamente grave” que si el despacho no se trataba la rendición quedaría automáticamente aprobada; y Cristina Croharé sostuvo que a veces el Concejo se convierte en“una escuelita” porque algunos concejales “no terminan de entender el proceso administrativo” del cuerpo.
Cuando Rancéz insistió en su postura y aseguró que iniciaría una acción judicial por las firmas del despacho, Yannibelli volvió a intervenir para advertir que si judicializa también esta situación“vamos a estar complicados” y recordó lo que sucedió con la judicialización por la licitación de la Curtiembre Piazza que el Ejecutivo perdió. El intendente Inza apeló todas las instancias hasta la Suprema Corte de la provincia y en todas obtuvo una respuesta negativa. Ese proceso llevó más de dos años y en el medio quedaron los ex trabajadores sin poder cobrar.
Transcurridos varios minutos, después del planteo de Rancez los concejales que antes habían aceptado el ingreso del despacho de Cerone, cambiaron de opinión y pidieron que se votara. Sólo Rancez, Urquiza y Colman votaron afirmativamente, por lo tanto no ingresó y el Ejecutivo se quedó, una vez más, sin que sus concejales defendieran lo actuado por la gestión.
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