Parecía una sesión más la primera del Concejo Deliberante de Avellaneda, una de tantas, en las que las perlitas podían pasar por los clásicos chistes, o una de esas aburridas en las que todo está consensuado de antemano, pero para adentro, hacia el interior del HCD, donde las intrigas de palacio revuelven el avispero a último momento y todos recalculan sus intereses partidarios, personales y políticos, no fue una sesión tranquila, sino que dejó mucha tela para cortar por la trama secreta que provocó diferencias en el PRO y que marcó un eje en la relación del Frente Renovador con el oficialismo que conduce Jorge Ferraresi.

En esta sesión, el HCD aprobó el expediente 45758-16, que refiere a la ordenanza preparatoria para aprobar la sesión de grandes contribuyentes y modificar la ordenanza Fiscal e Impositiva que contempla una suba del 12 por ciento en la tasa de Servicios Generales, que entrará en vigencia en junio. A su vez, se incluyen aumentos de las alícuotas de facturación de las empresas más grandes instaladas en el distrito. Alcanzará a bancos, financieras, supermercados y bingos.

Los números fríos no reflejan más que eso, una serie de cifras que despojadas de su interpretación pasan a ser una mera anécdota histórica sin relevancia alguna, sobre todo porque ante tamaña inflación general en el país del 5% mensual, más la devaluación del 40 por ciento del gobierno de Mauricio Macri, ese 12 por ciento de aumento se transforma en un testimonio simbólico que grafica la posición del Frente para la Victoria y del intendente Jorge Ferraresi ante las políticas antiinflacionarias que no parecen estar tomándose por parte de Cambiemos.

Esos números fríos además, indican que el proyecto enviado por el Ejecutivo municipal fue sancionado con 13 votos a favor y hubo 11 abstenciones. Y este es el otro hecho a ser analizado, que encierra una trama de contradicciones y diferencias que dejaron expuestos al PRO y al Frente Renovador.

Los primeros 12 votos a favor fueron de los 10 concejales oficialistas, más los aliados que son Héctor Villagradel Peronismo Vivo y Carmen López de Peronismo Bonaerense. Con esos números, el bloque que conduce Jorge DegliInnocenti tenía ya la aprobatoria contra los otros 12 opositores, porque el presidente del HCD, Hugo Barrueco tiene voto doble, pero hubo otro voto positivo que sorprendió.

Ese voto, precisamente, marcó las tensiones que vienen existiendo en el PRO de Avellaneda y que no parecen ir hacia ningún camino cierto de resolución entre el creador del PRO Línea Fundadora, Daniel García y la diputada nacional Gladys González que optó por aliarse con el ex duhaldista, ex massista, ex senador, ex intendente, ex ministro y ex titular del PJ local, Baldomero Cacho Álvarez  de Olivera para tratar de hacer crecer su base de sustentación en busca de la intendencia para 2019, con la esperanza de que Ferraresi deje la Municipalidad con la finalidad de ser diputado nacional del armado de Cristina Fernández de Kirchner (si es que eso sucede). Al cabo, en esta Argentina que parece responder a azares caprichosos, más que a planificaciones, todo puede pasar.

Esta tensión del PRO se vio en la contradictoria votación del bloque macrista conformado por cuatro concejales: Daniel García, Julio Lewicki, Diego Malito y Sebastián Vinagre. En la votación en el recinto, García marcó la diferencia al votar por la afirmativa, contra las tres abstenciones de sus colegas de banca.

Si bien para el oficialismo esta fue una aprobación por unanimidad, ya que las 11 abstenciones no indican un rechazo al aumento de tasas, la votación más allá de las consideraciones técnicas desnudó fracciones políticas que empiezan a desacomodar (o a acomodar, según como se mire) algunas fichas del tablero local.

Política del Sur siguió la ruta del voto PRO (para usar adrede lugares comunes tan de moda en este momento en cierto “periodismo índigo”), y buscó las causales del voto en disidencia de García con los otros concejales de su banca.

Según los testimonios que pudo recoger este medio, García habría querido, precisamente, marcar las diferencias que están existiendo entre la diputada y él. Una fuente del radicalismo (Cambiemos) consultada luego de la votación, sostuvo la sospecha de que Cacho Álvarez “estuviera detrás de esta votación”.

La mano negra que partió el bloque en la votación podría tener que ver con la interna que sufre el macrismo de Avellaneda que cada día se recalienta más. Si bien el bloque no está partido, ni mucho menos, estas diferencias hacen vislumbrar que cada uno juega sus propios intereses.

Fuentes del entorno de García explicaron a PDSur que el voto afirmativo del concejal se adapta ala real situación que está pasando el país en materia de inflación y que no ve mal un aumento que propuso Ferraresi.

En rigor, la gobernadora María Eugenia Vidal y hasta el mismo Mauricio Macri han tratado de establecer una política de relaciones de gobernabilidad con los intendentes peronistas del conurbano bonaerense, por eso el quebró el bloque de diputados y senadores provinciales que le acompañaron el presupuesto bonaerense a Vidal y por eso, el Presidente visitó Lomas de Zamora junto a Martín Insaurralde. Estas fotos de la coyuntura van en detrimento de la decisión de los tres concejales del PRO que parecen no admitir una inflación que el mismo Macri reconoce que le duele.

El Baldomero de las roscas

Política del Sur indagó al respecto de las disidencias del voto PRO. Ya en otra investigación, este medio había desnudado la trama con la que Cacho Álvarez intentaba quedarse con la presidencia del HCD, habiéndosela prometido a Sebastián Vinagre, que es hoy el vice segundo del cuerpo.

Según pudo averiguar este medio por fuentes del radicalismo y del mismo peronismo, Cacho Álvarez, cual Papá Noel, sigue prometiendo puestos provinciales y repartiendo sueños y esperanzas para armar la tropa de Gladys González. De acuerdo a lo sostenido por estados dos fuentes, uno de los concejales que se abstuvo en la preparatoria fiscal quedó encantado con la posibilidad de estar a cargo de la delegación del Ministerio de Trabajo bonaerense Lanús-Avellaneda.

De esta manera, el neocachismo avanza sobre la tropa Pro que conduce García para abrir las aguas del mar amarillo como Moisés, y armar la estructura de la diputada nacional para ir contra Ferraresi.

El Frente Renovador en el medio de la rosca

En la sesión, hubo una discusión entre García y el concejal Armando Bertolotto, que se abstuvo, aun reconociendo que el aumento estaba bien y que podría haber sido más, para de esta manera saltar a la yugular del macrismo y su inflación, y desde el PRO, García le contestó que “parecía más K” que los del Frente para la Victoria.

En rigor, en medio de la ruta del voto PRO, se interpuso el Frente Renovador que había decidido acompañar (antes de la sesión) el aumento del 12%, ya que quedó constatado que firmó positivamente el despacho de mayoría de la ordenanza preparatoria.

Tal vez, el massismo esperaba que el PRO en su conjunto, hiciera oposición explícita y votara en contra, para que el Frente Renovador quedara como los salvadores del intendente y así negociar “intereses” políticos con el Ejecutivo, pero García se adelantó a dar su voto positivo y quizás esa jugada dejó knockout al massismo. Al no ser necesario el voto del FR para el FPV, quizás por esa razón decidieron abstenerse a último momento. ¿Falta de reflejos?

El hecho es desde la oposición, muchos discuten quienes son los socios del oficialismo para solventar las decisiones deliberativas más importantes, pero si se lee la interna del PRO, se podría pensar que hay cierta razonabilidad en el acompañamiento de García más a tono con el mensaje de Vidal en torno a las gobernabilidades y a no discriminar ningún municipio con sus políticas. Más ahora, en que la gobernadora empieza a crecer en la consideración de la gente, según algunas consultoras, incluso en medio de un parate de Macri en los puntos de aprobación a su gestión.

Los camiones y la basura

Cuesta creer, que más allá de la posición de Ferraresi respecto del macrismo en la Tercera, donde otros intendentes han adoptado una política de más consenso, el PRO no siga los lineamientos de Vidal y no le entregue los camiones que el gobierno nacional debería darle a Ferraresi.

García, en consonancia con esa línea de gobernabilidad de Vidal, habría decidido acompañar un aumento, que por la inflación y la devaluación será simbólico, para que el Municipio pueda comprar esos camiones porque ningún vecino merece quedar como rehén de una interna política, sea quien sea el espacio que la dispute.