Como si fuera una fiestita de cumpleaños, próximamente invitarán a las autoridades del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén y a la empresa responsable del emprendimiento.

La construcción de Pierdoce SA dio sus primeros pasos durante el reinado de José Luis de Gregorio. El CGPQ entregó al empresario Ramiro Fernández Candia los predios 11 y 12 ubicados en la margen Necochea de Puerto Quequén mediante un acta rubricada por el entonces ministro de Producción, Ciencia y Tecnología de la Provincia de Buenos Aires, Cristian Breitenstein.

Dicho acuerdo garantizaba la construcción de una planta de fertilizantes líquidos y sólidos, con una capacidad final de 100 mil y 20 mil toneladas, respectivamente.

La letra chica del acuerdo, redondo para los empresarios, establecía que el CGPQ extendería el dragado portuario hasta los giros 11 y 12, sin costas para el privado, además de cederle el beneficio de cobro de la "Tasa portuaria" (Tasa por uso de puerto) en el caso del muelle.

Teniendo en cuenta la facilidad del CGPQ para permitir la operatoria de empresas flojas de papeles, (la muerte de Melisa Núñez es un caso emblemático), los vecinos autoconvocados exigen que se presenten las autorizaciones del RENAR, la Prefectura Naval Argentina, Secretaría de Energía, Administración Nacional de Aduanas.

También de la Secretaria de Ingresos Públicos para movimientos de productos químicos y demás organismos municipales, provinciales y nacionales competentes, además de los estudios de impacto ambiental con todas las modificaciones exigidas por la OPDS,  que autorizan la construcción de la planta de acopio de fertilizantes.

Además advirtieron a los concejales el riesgo que implica el almacenamiento de Nitrato de Amonio sobre las cañerías que trasportan fuel oil para el funcionamiento de los generadores de Centrales de la Costa SA. Ambos componentes dan como resultado un potente explosivo denominado Anfo, utilizado en minería.