Rosana Morrone, candidata a concejal de Baragiola en el 2011, tendría que haber asumido su banca por el pedido de licencia de radicales. ¿Existió un procedimiento con irregularidades para reemplazarla?
El 26 de marzo se cumplieron 23 años de la aprobación legislativa de la privatización de Gas del Estado durante el menemismo usando un “diputado trucho” que se sentó en una banca para dar quórum y luego desapareció. Se trató de un recuerdo lamentable para algunos, jocoso para otros, indicador del nivel a que llegó la política argentina para casi todos, que todavía no parece el final ni definitivo.
Este lunes, Rosana Morrone presentó una nota en el Concejo Deliberante. En el texto, al cual 0223 tuvo acceso, la martillera pidió explicaciones sobre el procedimiento reglamentario con relación al pedido de licencia de un concejal a fin de sustituir al mismo.
En el 2011, Morrone integró la boleta de la Alianza Unión para el Desarrollo Social, el espacio político que conformaron fugazmente la UCR y Francisco De Narváez. Ocupó el tercer lugar en la lista de concejales titulares. En esa contienda electoral, los radicales Mario Rodríguez y Maximiliano Abad accedieron a una banca en el Concejo Deliberante.
Por el macro resultado de la lista que encabezaba Vilma Baragiola, Morrone quedó a la expectativa de asumir aunque sea momentáneamente la concejalía por algún pedido de licencia de Rodríguez o Abad. En ese sentido, solicitó también este lunes que el cuerpo legislativo brinde detalles sobre si se ha producido desde el 10 de diciembre de 2011, algún pedido de licencia que la involucre. “Nunca he tomado conocimiento del mismo”, indicó Morrone.
Según se refleja en las actas del HCD de los últimos seis meses, Abad se asuentó en dos sesiones. Su lugar no fue ocupado por Morrone. Gonzalo Quevedo, dirigente radical y uno de los hombres de confianza de Baragiola, fue el que ocupó esa banca. También reemplazó a Mario Rodríguez el 30 de diciembre del año anterior. En ese lapso, además de votar en el recinto también presentó algunos expedientes. La polémica está abierta.
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