El edil del Frente Renovador está acusado de varios casos de violencia.
El concejal oficialista Ricardo Pera aseguró ayer que irá a la Justicia si el Concejo Deliberante lo destituye y dio a conocer que presentó una consulta ante la Asesoría General de Gobierno de la provincia de Buenos Aires para que se expida sobre el accionar de la comisión investigadora que analiza su conducta.
Ese órgano es el encargado de expedirse en todo asunto sobre la aplicación e interpretación de las normas jurídicas que rigen la administración pública provincial.
“La comisión (formada por un miembro de cada bloque del Concejo) actúa con animosidad hacia mi persona y no se ha limitado a investigar los hechos de los que se me acusa, sino que también me prejuzgaron y han formado opinión”, le dijo a "La Nueva.".
Pera afirmó que en caso de que prospere una destitución, acudirá a la Justicia buscando un recurso de no innovar que lo mantenga en el legislativo, cargo que asumió en diciembre de 2013. Para expulsarlo, se necesitan los votos positivos de 16 de los 24 ediles.
“Si el accionar de la comisión hubiese sido el correcto aceptaría lo que me diga la mayoría, pero como veo que no es así, no puedo permitirlo, si no el día de mañana se van a juntar dos tipos en la plaza y van a decidir echar al que se les ocurra”, sostuvo.
Más allá de la situación política y legal que atraviesa, Pera dijo que se arrepiente de algunas cosas. “Me quedé callado cuando Manuel Mendoza (FAP) me acusó de golpearlo en la esquina del Concejo y también lo hice cuando Elisa Quartucci (IC) dijo que la maltraté.
“Lo llamativo es que Mendoza no hizo la denuncia por ese supuesto golpe y Quartucci, que se había robado un expediente, pasó de ser victimario a víctima”, disparó.
Los ediles Sergio Massarella y Gustavo Mandará lo denunciaron penalmente asegurando que les pegó un cabezazo y una patada. “Sus propios testigos se contradicen. Debí haber hablado con ellos en aquel momento”.
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