El Presidente quería un acuerdo electoral, pero el salteño lo negó. La bronca del PJ y el acercamiento a Sáenz.
La estrategia de Juan Manuel Urtubey de mostrarse como la renovación del peronismo y al mismo tiempo como un aliado macrista para fortalecerse de cara a 2019, entró en crisis. El gobernador de Salta no pudo hacer equilibrio y el resultado fue que logró enojar a Macri y a los gobernadores peronistas, por lo que su proyecto presidencial se complicó seriamente.
Urtubey era visto por la mayoría de los gobernadores del PJ como un muy potable candidato presidencial para 2019. Consciente de que ese grupo busca darle vuelta a la página del kirchnerismo, el salteño rápidamente empezó a confrontar con Cristina Kirchner, de la que fue aliado durante los ocho años de su gobierno
Pero el problema del salteño fue que sobreactuó su relación con el gobierno de Macri y terminó incluso defendiendo cuestiones que afectan a los propios gobernadores, como las diferencias en el reparto de fondos para las provincias, que benefician a los aliados macristas. Incluso salió a retar a Florencio Randazzo, que también es bien considerado por los gobernadores, por criticar al Presidente.
Es que más allá del buen diálogo que tienen con Macri, los gobernadores mantienen una relación de tensión y se sienten perjudicados por el reparto de fondos y obras, además de estar molestos porque la Casa Rosada rechaza sistemáticamente el pacto de gobernabilidad que proponen, como reveló LPO.
En ese contexto, el macrismo sobreactuado de Urtubey empezó a molestar a sus pares, entre los que ya predomina la idea de no apostar a él para 2019. "Urtubey hace ultramacrismo en Buenos Aires y lo destroza a Macri en Salta", dijeron desde el peronismo a LPO.
La otra parte del problema para Urtubey es que también entró en crisis su relación con Macri. Es que el Presidente pretendió dar un paso más en la buena relación entre ambos y le ofreció al salteño hacer un acuerdo para las elecciones y que el PRO meta a un diputado nacional con chances de entrar, pero el gobernador lo rechazó.
Ese cruce fue el que dio lugar a la foto de esta semana de Macri con el massista Gustavo Sáenz, que en las últimas horas tuvo que salir a aclarar que no se pasó a Cambiemos y lo que acordó fue reeditar el frente electoral del 2015 con el PRO. Más allá de la intención del intendente de Salta, la del Presidente fue clara: mandarle el mensaje a Urtubey de que el acuerdo entre ellos ya no es tal.
Pero el problema de Macri es que la tiene complicada para lograr colar un diputado por Salta en las elecciones. La provincia elige a tres legisladores este año, y el PRO debe renovar la banca de Guillermo Durand Cornejo, que ve amenazada su exclusividad como candidato macrista por la irrupción del periodista Martín Grande.
Pero además de la pelea interna, el PRO deberá ganarse la candidatura en una primaria del frente que armó con Sáenz y con el ex gobernador Juan Carlos Romero. Fuentes que conocen el escenario aseguran que la mejor posicionada para ganar la interna es Bettina Romero, hija del senador. En tanto, el intendente de la Ciudad de Salta optaría por buscar ganar espacio en las cámaras provinciales.
Si el PRO no logra quedarse con el primer lugar de la lista del frente la tendrá difícil para conseguir un lugar en el Congreso, ya que en la elección habrá un tercer espacio fuerte que impulsa el excéntrico diputado Alfredo Olmedo (el candidato será el diputado provincial Carlos Zapata).
Con ese escenario, podría haber una banca para cada sector, como ocurrió en 2013, aunque en esa oportunidad la tercera banca no fue para Olmedo sino para el Partido Obrero, que este año sueña con volver a dar el golpe y renovar la banca de Pablo López.
En el oficialismo (que renueva la banca de Evita Isa, hija del vicegobernador), Urtubey podría apostar a la candidatura de la ex senadora Sonia Escudero, que pulsea con el diputado provincial Matías Posadas y con el senador provincial y ex vicegobernador Andrés Zottos.
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