El juez Penal Juvenil José González del Solar realizó ayer una inspección ocular del Complejo Esperanza, donde se alojan los adolescentes en conflicto con la ley penal. Lo hizo como medida probatoria en el marco del hábeas corpus presentado el miércoles 16 de abril por legisladores del Frente Cívico.

“Si bien ha habido un esmero en las últimas horas para mejorar el lugar, como sacar yuyos y limpiar los pisos, el lugar es deplorable”, manifestó Roberto Birri, uno de los cuatro legisladores que presentaron la acción judicial. El funcionario difundió ayer nuevas fotos del lugar, donde se ve el mal estado generalizado de los institutos.

El juez se hizo presente con personal técnico del Poder Judicial. Además de Birri, estuvieron los legisladores Liliana Montero y Santiago Clavijo. También, funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social, del cual depende el Complejo Esperanza. La comitiva visitó tres de los cinco correccionales que integran el predio ubicado en Bouwer, a pocos kilómetros al sur de la ciudad de Córdoba.

Según trascendió, el juez resolverá el hábeas corpus en el transcurso de la semana que viene.

Los legisladores solicitaron en el hábeas corpus “el cese de condiciones indignas de alojamiento y que se ordenen obras de infraestructura”. Denuncian problemas de infraestructura, hacinamiento, insuficiencia de recursos humanos y materiales, y mala alimentación.

Insuficiente

Este diario publicó ayer que los jóvenes internados en el complejo no van a la escuela –que está en el predio, separada de los institutos– porque los guardias no los llevan. Los agentes aseguraron ayer que no lo hacen porque no hay personal suficiente ya que la planta se habría reducido un 50 por ciento.

“Hasta hace cuatro años, en cada institutos había un promedio de 30 agentes por turno. Ahora hay 15”, dijo Julio Juárez, delegado gremial.

Juárez aseguró que en los últimos dos años presentaron alrededor de 20 notas a Desarrollo Social para plantear los problemas de infraestructura y otros reclamos gremiales. “Denunciamos la falta de personal, las condiciones edilicias, capacitación, la necesidad de asistencia en salud mental para el personal”, manifestó el delegado. También admitió que los jóvenes no van a los talleres de oficios porque no hay guardias que los acompañen.

En particular, reclaman que los recategoricen en el escalafón, que se les pague mejor salario y un adicional por tarea insalubre.