“La vacuna es absolutamente efectiva hasta en un 98% de creación de anticuerpos”, aseguró la doctora Ester Sirotinsky quien valoró la intensa campaña de vacunación contra la hepatitis B que se realiza en la ciudad. Por ello, incentivo a que los mayores de 20 años cumplan con el esquema de vacunación y así evitar patologías crónicas.
Comodoro Rivadavia se posicionó como una de las ciudades donde mayor cantidad de dosis aplicadas durante los últimos meses debido a las campañas que incluyen la vacunación contra la hepatitis que es obligatoria para la realización del carnet sanitario y carnet de conducir.
Al respecto, la doctora remarcó que “la incidencia de hepatitis B está bajando por la concientización en la vacunación. La misma fue perfeccionándose y bajando los costos, posibilitando que se brinden de forma gratuita. En todos lados hay una voluntariedad para vacunarse, pero es ley que los chicos al nacer se vacunan en edad escolar. De manera que los menores de 20 años están vacunados, mientras que los mayores de esa edad tienen que hacerlo de manera voluntaria”.
Además, en 18 meses se logró colocar 52 mil dosis de vacunas en adultos mayores de 20 años que integran la población de Comodoro Rivadavia. La cantidad no implica que las personas tengan el esquema de vacunación completo contra la hepatitis, “pero cada vez más estamos dando la tercera dosis”, aseguró Sirotinsky.
La vacunación es una de las mejores formas de prevenir y sin riesgo alguno. “La vacunación es inocua, está hecha por ingeniería genética, no puede transmitir ninguna enfermedad y es absolutamente efectiva hasta en un 98% de creación de anticuerpos. No hay ninguna contraindicación, al contrario, los enfermos se tienen que vacunar para no tener el riesgo de tener una hepatitis B”, afirmó Sirotinsky quien destacó que es importante completar el esquema de vacunación para su total efectividad, “con una sola vacuna no alcanza, con dos tenés un 80% de posibilidad pero con las tres vacunas tenés el 98% de efectividad y prevención”.
Las enfermedades por virus como la hepática tienen como aspecto negativo, que “es asintomática, la mayoría pasa como una gripe o ni se entera que tuvo el virus. Y si nadie hace la detección en sangre, la persona no se entera que tiene una hepatitis C, y a lo largo de los años se desarrolla”. A pesar de no presentar síntomas, “lo que tiene de bueno es que la enfermedad nunca es hiperaguda sino que se desarrolla a lo largo de los años”, si bien existen tratamientos y medicamentos específicos para la hepatitis C, aún no están disponibles en el país.
En el mundo hay entre 130 y 150 millones de personas infectadas por hepatitis mientras que hay 35 millones por sida. Además, se estima que alrededor de un 2% de la población argentina pudo haber estado en contacto con el virus de la hepatitis B o C. Por ello, se recomendó completar el esquema de vacunación dado que en algunos casos la enfermedad puede producir otras de mayor gravedad como la hepatitis crónica, cirrosis o cáncer de hígado.
¿Cómo se transmite?
La hepatitis A se transmite por el contacto con agua, alimentos u objetos contaminados con materia fecal.
La hepatitis B se transmite por el contacto con fluidos genitales a través de relaciones sexuales sin uso de preservativos (orales, vaginales y anales) o por el contacto con sangre al compartir agujas, jeringas o elementos cortopunzantes. Una mujer embarazada que esté infectada puede transmitirle hepatitis B a su bebé durante el parto. Con mucha menor frecuencia se puede transmitir por contacto con otros líquidos corporales.
La hepatitis C se transmite por el contacto con sangre al compartir agujas, jeringas o elementos cortopunzantes. Aunque es muy poco frecuente, también se puede transmitir por vía sexual.
La hepatitis B y C pueden evolucionar a formas crónicas y pueden causar enfermedades en el hígado como la cirrosis, la insuficiencia hepática o el cáncer de hígado.
¿Cómo se previenen?
Tanto hepatitis A como la hepatitis B tienen vacuna: todos los niños deben vacunarse según el Calendario Nacional de Vacunación. Los adultos deben vacunarse contra la hepatitis B.
No existe aún una vacuna contra la hepatitis C pero se puede prevenir si no se comparte agujas, jeringas o elementos cortopunzantes con otras personas. Otra de las formas, es usando preservativo en todas las relaciones sexuales.
Existen tratamientos disponibles para las hepatitis B y C crónicas. La detección temprana permite el tratamiento y control.
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