Luego de la cumbre de Merlo y contracumbre de Olivos, en la previa de lo que será el armado de la mesa política del oficialismo, los jefes comunales reorientan sus liderazgos.
Por Bruno Lazzaro
El Frente de Todos atraviesa por estas horas un panorama poco esclarecedor en torno de cómo será la decisión interna a la hora de posicionar los candidatos para dar la pelea en los distintos estamentos. La cumbre de un sector del oficialismo acaecida la semana pasada en Merlo fue el detonante para terminar de agitar el avispero hacia dentro de una estructura que hoy se muestra sin un liderazgo claro tras el “renunciamiento” al que la propia Cristina Fernández de Kirchner tildó de “proscripción”.
Lo cierto es que tras el cónclave en el oeste, el presidente Alberto Fernández armó su contracumbre este martes en Olivos y consiguió anotarse algunos jefes comunales a favor. Más por la necesidad de enfrentar al enemigo interno en común que por una ligazón genuina.
Sucede que hoy, como parte de la puja previa a lo que será la mesa electoral del próximo 16 de febrero, los jefes comunales no quieren ceder en la necesidad de ocupar una silla y poder tener una voz en la toma de decisiones como representantes de la pata territorial más fuerte con la que cuenta el movimiento.
Es por esto que el Presidente celebró con puño cerrado la convocatoria de 14 representantes de los 19 municipios que gobierna hoy el Frente de Todos. Cinco de ellos que no se habían dado cita en el encuentro de Merlo: Alberto Descalzo (Ituzaingó), Juan José Mussi (Berazategui), Andrés Watson (Florencio Varela), Juanchi Zabaleta (Hurlingham) y Mario Ishii (José C. Paz).
Se trata de todos dirigentes enfrentados con la idea de que el kirchnerismo duro siga ganando espacio. Sin embargo, lo cierto es que hoy solo Ishii se muestra como un aliado directo del Presidente. Descalzo, Mussi (enfrentado con Martín Insaurralde) y Watson, a través de su líder político el diputado nacional Julio César Pereyra, buscan volver a las fuentes pejotistas. Algo que Zabaleta vive en carne propia por el avance de La Cámpora en su distrito. Quienes no se hicieron presente a ambas cumbres fueron el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, y el de Esteban Echeverría, Fernando Gray, enfrentados puntualmente con el presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner.
Claro, también hay jefes comunales que apuestan al equilibrio. Por el lado del grupo de Insaurralde, varios intendentes dijeron presente. Entre ellos, el diputado provincial de licencia en Almirante Brown, Mariano Cascallares.
Sin embargo, el jefe de Gabinete bonaerense no se hizo presente y envió a su interina Marina Lesci. El lomense es uno de los interesados en ocupar un lugar en la mesa nacional por el poder de representación que tiene en la Provincia y su rol como armador de la tercera sección electoral.
Por su parte, como era de esperar, Mayra Mendoza (Quilmes), la única intendenta de La Cámpora en el Conurbano, no se presentó. Tampoco lo hizo Jorge Ferraresi (mandó a su exinterino, Alejo Chornobroff), otro de los que busca sentarse en la mesa por su llegada en la primera sección.
La puja interna hoy sucede por qué tipo de proyecto se va a encarar. “¿Para qué es la convocatoria? ¿Qué es lo que se pretende? No se puede llamar sin saber qué es lo que se busca. La foto de unidad solo sirve si es para ir en un mismo camino. Con diferencias, pero con la misma decisión”, le dijo a Ámbito un dirigente bonaerense del kirchnerismo.
Desde el pejotismo buscan abrir el juego a las internas. Como pretende Alberto poner en las PASO a quienes se quieran presentar. Sin embargo, desde el kirchnerismo duro la intención es resolver puertas adentro. Con la autoridad de la presidencia del PJ bonaerense como garantía.
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