La cantante fue el número principal de la novena velada de la edición 50ª del Festival Nacional de Doma y Folklore de Jesús María. Cómo fue el espectáculo, mirá.
La novena noche de Jesús María comenzó con la noticia de que ya se habían superado las 100 mil entradas vendidas y, con el termómetro clavado cerca de los 30 grados y una leve brisa, el pronóstico de edición récord parece estar más cerca de alcanzarse. En ese contexto, la presencia de Soledad Pastorutti sirvió para potenciar el ingreso de público del segundo viernes festivalero.
La Sole sigue teniendo la mayor taquilla de la historia de esta fiesta, 33 mil entradas cortadas en la edición de 1998, y no se vislumbra que vaya a aparecer otro artista que logre semejante convocatoria. Pero aquella Soledad, la de los saltos alocados, el revoleo de poncho, y una banda que parecía en 78 cuando el disco era de 45 rpm, dio paso a una mujer, bellísima mujer por cierto, que en esa femeneidad ganó mucho más de lo que dejó en el camino.
Toda la programación de Jesús María 2015
Desde el atuendo, una especie de enterito blanco con delicada puntilla en la parte superior y un corte que simulaba una bombacha de gaucho en la inferior, separado por un grueso cinto marrón bien campero, y zapatos de taco alto, pasando por el maquillaje hasta el delicado peinado con unos definidos bucles. Puede parecer un detalle, pero en ese cambio de vestuario hay mucho más que una elección casual.
Y esta Soledad no olvida que este anfiteatro José Hernández le abrió las puertas hace 19 años y le dejó seguir viniendo en cuanta oportunidad quiso y pudo. Por eso, casi sobre el final decidió hacer entrega de un presente a la comisión organizadora. Pero volviendo a la actuación del viernes, vale señalar que cumplió con las expectativas del público que se retiró feliz tras las casi dos horas de espectáculo.
Su repertorio fue del litoral, a Santiago del Estero, y a la región del NOA en segmentos bien definidos. Desde los chamamés que entregó con Por las costas entrerrianas, y Lucerito Alba, o la zamba Lo que es estar de vuelta de Horacio Guarany, y el ramillete de chacareras que fue alternando, entre ellas, Entre a mi pago sin golpear, Digo la Telesita, La simple, Añoranzas.
“Me gusta ir con el pulso de ustedes porque si no los veo felices, a mí me pasa lo mismo”, señaló la Sole mientras explicaba que la selección del repertorio para estar en los 50 de Jesús María fue difícil y que en esa noche, pese al aplomo que se le notó arriba del escenario, sentía los mismos nervios que en las primeras presentaciones.
Después, vendrían las canciones carperas con La serenateña, De Alberdi, y De Simoca, antes de dar paso al segmento de los clásicos con Dejame que me vaya y A Don Ata a la cabeza. Antes de los bises, un popurrí de carnavalitos sirvió para dejar los corazones listos para el aplauso rotundo y agradecido de un público que reconoce en Pastorutti a aquella niña/adolescente que le dio un vigor que el folklore no tenía a fines de los ‘90. A ella, el folklore le tendría que agradecer haberle renovado y abrirle las puertas a cientos de expresiones jóvenes.
Los virtuosos, antes
Era difícil pensar que dos instrumentos tan disímiles entre sí, como la armónica y el violín, sirvieran para generar momentos musicales que el público jesusmariense valore y ovacione. Pues, la apertura de Fabricio Rodríguez y la actuación de Lele (Leandro) Lovato después de la medianoche, ratificaron que se puede ser virtuoso y llegar a un público popular al mismo tiempo. Rodríguez lo hizo a caballo de un repertorio lleno de clásicos como Alfonsina y el mar, el tango 9 de julio, o La Atamisqueña. Y también mostrando algunas gemas propias como Nashville y tomándose el atrevimiento de blusear Quién se ha tomado todo el vino de La Mona Jiménez.
Lovato fue más atrevido todavía ya que presentó cuatro temas de un disco que todavía no está a la venta, todos de su autoría, y otros de sus discos anteriores. Fue tan contundente la actuación del nacido en Granadero Baigorria, Santa Fe, (aunque su cepaje nos sepa a Santiago del Estero) que se terminó robando un bis del público que lo ovacionó de pie y al que le devolvió un valsecito conmovedor. Pa’ Don Sixto, Tan lleno el corazón, y La Tamara destacaron entre los temas que puso a juicio de la platea.
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