Patricia Bullrich asegura que la mayoría de los dirigentes del PRO se alinearán con el libertario. La UCR insiste en que Mauricio Macri está rompiendo la unidad y Miguel Ángel Pichetto se sumó al grupo de los neutrales.
Por María Cafferata
El colapso de Juntos por el Cambio es un proceso por etapas. Arrancó con una detonación espectacular - es decir, el acuerdo unilateral de Mauricio Macri y Patricia Bullrich con Javier Mieli - y ahora comenzaron las réplicas del terremoto. Luego de algunas objeciones de su ala más moderada, el PRO comenzó a mostrar la hilacha y anticipar que la gran mayoría de sus dirigentes se alinearán con el libertario en el balotaje. Bullrich, incluso, subió la apuesta del martes y salió a cruzar a los radicales que la habían cuestionado: "Nosotros le ganamos las PASO a Lousteau, a Morales, nos da cierta legitimidad", provocó. El radicalismo, mientras tanto, está convencido de que Mauricio Macri apuesta a romper JxC y salió con los tapones de punta a responderles. Miguel Ángel Pichetto, a su vez, se sumó al grupo de neutrales - con la Coalición Cívica y la UCR - y rechazó el pacto con Milei. Así, entre pases de factura y acusaciones despiadadas, el mapa de posiciones de la demolición de JxC comienza a esclarecerse. No será hasta el 19-N, sin embargo, que se conozca la forma final de la otrora coalición opositora.
El día después de las 24 horas de furia opositora empezó temprano. A la salida de su casa, Patricia Bullrich arrancó la mañana saliendo a responder la batería de acusaciones que le habían llovido el día anterior por haber negociado, junto a Mauricio Macri, con Javier Milei su apoyo de cara al balotaje." Nosotros conformamos un equipo hace tiempo con Mauricio, estamos legitimados por la sociedad porque nosotros ganamos las PASO”, introdujo, y remató: "Acá pueden hablar Lousteau, Morales, Larreta y todos los que quieran, pero nosotros les ganamos". Solo la noche anterior, Gerardo Morales y Martín Lousteau habían dicho sentir "vergüenza" de su actitud y que ellos - Bullrich y Macri - habían movido para romper JxC. "Ellos dieron libertad de acción a su gente, tomaron una decisión. Nosotros tomamos otra. ¿Por qué la de ellos puede ser respetada y la de nosotros no?", se victimizó Bullrich.
Tras el encuentro secreto con Milei el lunes a la noche, en el PRO intentaron instalar que el respaldo de Bullrich al candidato libertario había sido a cuenta personal. Pero era una ficción: Macri era el fundador del PRO y había decidido en su nombre. Sin vueltas y sin fantasía de debate interno. "El dueño del PRO es Macri. El 90 por ciento de los que votan amarillo son macristas, sino fijate lo que le pasó a Horacio. El PRO es macrista y Macri tomó una decisión. Los que no estén de acuerdo podrán armar otro partido", zanjó, más resignado que convencido, un macrista duro.
En efecto, tras la resistencia de algunas "palomas" del PRO - como Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal o Silvia Lospennato -, los dirigentes macristas salieron en catarata a manifestar su apoyo a Milei. El ex candidato a gobernador bonaerense, Néstor Grindetti, fue uno de los primeros: "Acompaño la decisión que han tomado Mauricio y Patricia de estar siempre del lado del cambio", anticipó. Lo mismo el senador misionero (y hombre muy cercano a Macri) Humberto Schiavoni, quien afirmó que "la neutralidad no es una opción para esta Argentina destruida por el populismo". En el caso de Schiavoni su mensaje valía doble, ya que unas horas antes había encabezado una cumbre de senadores de JxC en el Congreso que, a modo de postal de institucionalidad, había comunicado que se mantendrían prescindentes. Se había buscado enviar un mensaje de unidad en el mismo tono que los gobernadores cambiemitas la noche anterior, pero al poco tiempo salió el titular del bloque PRO a decir que la neutralidad no era una opción.
Salieron también a alinearse con Macri los diputados Cristian Ritondo y Alejandro Finocchiaro, el senador Alfredo De Angeli, el ex presidente del Banco Central, Guido Sandleris, y el ex ministro de Energía, Javier Iguacel. "Nuestro adversario es el populismo kirchnerista que tanto daño le hizo al país", sostuvo Ritondo, quien podría convertirse en el presidente de la Cámara de Diputados si Milei gana las elecciones. Se esperaba, a su vez, que el "Colo" Santilli, otrora espada larretista, también saliera a apoyar a Milei, pero lo terminó aplazando.
El álbum de figuritas libertario se fue, así, llenando con la plana mayor del PRO (integrada por muchos dirigentes que, en el pasado, habían dicho barbaridades del libertario). Especulación política para algunos, disciplina partidaria para otros. El PRO se acerca así a una inevitable ruptura entre el ala macrista que se alineó con Milei, por un lado, y el ala blanda minoritaria que no quiso sentar posición, por el otro. "Los segundos se van a ir del PRO", adelantó un dirigente cambiemita. No son pocos los larretistas que, hace un tiempo, analizan la posibilidad de conformar una nueva alternativa opositora junto a UCR, la Coalición Cívica, el GEN de Margarita Stolbizer y el socialismo: todos los partidos que, frente a la carrera al 19-N, optaron por adoptar una postura de neutralidad y no apoyar ninguno de los dos bandos.
Habría que sumar a este último grupo al auditor General de la Nación, y cofundador de Juntos por el Cambio, Miguel Ángel Pichetto, quien ayer se desentendió de apoyar públicamente a un candidato: "No subestimo a la sociedad ni soy quién para indicarle a la ciudadanía lo que debe votar. Como diputado electo en el rol de opositor, fortaleceré el espacio del centro democrático con la finalidad de asegurar la gobernabilidad", afirmó en sus redes.
El lanzallamas radical
Mientras el PRO debate internamente el futuro de su partido, el radicalismo continuó disparando dardos contra el macrismo por su decisión de apoyar interesadamente la candidatura de Milei. "Es sorprendente que todos lo que decían que había muchos que teníamos acuerdos para formar parte del gobierno de Sergio Massa, en lugar que pase lo que ellos decían, ahora hicieron un acuerdo entre gallos y medianoche para ver si pueden ocupar un cargo en un gobierno de Milei", lanzó el radical Emiliano Yacobitti. En una línea similar, Martín Lousteau, integrante también de Evolución, declaró que la postura adoptada por Bullrich era una "estafa": "Me dio vergüenza ajena la conferencia por estar dentro del espacio, porque la vi desdecirse de todo lo que sostuvimos en campaña", aseguró, en diálogo con Radio Con Vos.
A diferencia del PRO, la UCR se encuentra más cómoda frente a la coyuntura electoral. Rápida - y furiosamente - salió a desmarcarse de Milei y ya se prepara para tomar la posta como oposición. En la Cámara de Diputados tienen 35 diputados - 25 de la UCR y 10 de Evolución, dos bloques que se volverán a juntar a partir del 11 de diciembre - y en el Senado tienen 12 legisladores: el objetivo es hacer pie desde allí y las provincias que gobiernan para enfrentar - y negociar - a quien sea que sea el próximo presidente de la Argentina.
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