Por Yanina Otero

Detrás de las papas fritas de paquete o la avena instantánea hay una aceitada cadena de producción agropecuaria en donde la tecnología y la sustentabilidad cumplen un rol fundamental. Este es el caso de la división agro del gigante PepsiCo, que en Argentina trabaja en articulación directa con productores agropecuarios locales para asegurarse la mejor materia prima, pero sin descuidar el medio ambiente.

“En Argentina nos abastecemos de papa, maíz y avena que luego son utilizados para la elaboración de snacks y avena instantánea entre otros productos. En papa trabajamos desde muchos años con ocho productores y luego con otros seis para el maíz y la avena. Buscamos siempre seguir de cerca el trabajo en el campo e incentivar al productor en la aplicación de tecnología, ese es uno de nuestros pilares. Por otro lado, otro pilar son las buenas prácticas agrícolas aplicadas al campo, pero también en la organización, es decir, buscamos que los agricultores que trabajan con nosotros a su vez tengo un buen trato con sus empleados y con la comunidad”, detalló en diálogo con Ámbito Guillermo Cascardo, Gerente de Agronegocios de PepsiCo.

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Para este año, la empresa proyecta abastecerse de alrededor de 50.000 toneladas de papa, 7.000 de avena y 3.500 de maíz. Todas las papas fritas que comercializa la compañía bajo las marca Lays y Pehuamar son de producción nacional, lo mismo que los Doritos y la avena para desayuno.

Además, Pepsico exporta, en el caso de las papas fritas, el producto elaborado en su planta ubicada en la localidad bonaerense de Mar del Plata, a Uruguay y Paraguay. En tanto, ha concretado exportaciones de papa cruda a Brasil y de maíz a Chile. Según indican desde la empresa el objetivo es seguir creciendo en envíos en el mediano plazo y siempre que los mercados lo permitan.

“Para nosotros es muy importante la sustentabilidad y constantemente estamos mejorando los procesos con este objetivo. Ahora estamos avanzando en la medición de CO2, con un mapeo establecemos donde tenemos que reducir las emisiones. Por su puesto trabajamos con campos donde no se hagan deforestaciones, se prioriza la biodiversidad, todos los productores dejan un pedacito del campo para biodiversidad y eso es muy importante. En la misma línea fomentamos la aplicación de tecnología y acompañamos a los agricultores en todo el proceso, desde la instalación de equipos de riego, pasando por la utilización de drones para la detección de plagas y enfermedades en los cultivos, hasta la utilización de agroinsumos biológicos”, explicó Cascardo.

En esta línea, un dato clave es que los agricultores proveedores de papa en Argentina, son los únicos en el mundo PepsiCo que están 100% certificados con normas Global-GAP de buenas prácticas agrícolas, que aseguran la inocuidad del producto y reflejan su trazabilidad, el cuidado del medioambiente y de la salud, la seguridad y el bienestar de los trabajadores. A su vez, los productores también están certificados por la norma SFP (Sustainable Farming Program), una norma propia de PepsiCo, que incluye pruebas adicionales sobre el cuidado del medioambiente y la mejora de las condiciones de los trabajadores del campo.

“Afortunadamente el productor argentino está cada vez más tecnificado y lo que estamos viendo es que también está invirtiendo en la digitalización de los procesos. Incluso hay agricultores que se adelantan a muchas cuestiones y por ejemplo en papa se ha probado la siembra variable con herramientas de agricultura de precisión. También tuvimos experiencias de riego por goteo con energía solar, es realmente muy grato el trabajo diario con el campo y más con los productores de punta que tenemos en Argentina que hoy abastecen a PepsiCo”, cerró.