La dirigente de la Coalición Cívica ya había apuntado hacia la exSIDE y la Policía Federal --de Patricia Bullrich-- como quienes ejercieron la persecución en su contra durante el gobierno de Mauricio Macri. La exinterventora de la AFI Cristina Caamaño reveló que se halló una fotografía y un informe de seguimiento a Carrió durante un viaje en 2017.
Por Luciana Bertoia
El carretel del espionaje del macrismo sobre los propios parece seguir teniendo hilo. Después de que Elisa Carrió denunció que fue víctima de los servicios de Cambiemos, la exinterventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Cristina Caamaño confirmó que en la exSIDE había una foto de la líder de la Coalición Cívica tomada en 2017, durante un viaje a Paraguay. En ese entonces, Carrió había desatado un escándalo al interior del gobierno de Mauricio Macri al decir que la vigilaban ilegalmente pero después pareció contentarse con las explicaciones que le había dado Gustavo Arribas, entonces director general de la AFI.
En el programa de Mirtha Legrand del sábado pasado, el periodista de La Nación Hugo Alconada Mon recordó que había sido seguido y fotografiado por los espías del macrismo –información que surge de la causa de los agentes conocidos como Súper Mario Bros–. Carrió, que también estaba invitada a la cena, no quiso quedarse atrás y terminó generando un verdadero vendaval. “Sufrí mucha persecución, pero nunca tanta como de parte de sectores de mi propio gobierno”, dijo y acusó a Cambiemos de haberle hecho a su familia un daño irreparable. En ese armado involucró al excanciller Jorge Faurie.
En una entrevista con la AM750, Caamaño confirmó haber visto en la AFI una foto y un parte de inteligencia que se habría confeccionado cuando Carrió viajó a Paraguay en 2017. “Yo creo que la deben haber seguido”, dijo la exinterventora. “Eso estaba en la Agencia”, agregó.
Después de las declaraciones de Caamaño, en la AFI empezaron a intentar rastrear la imagen en cuestión que sería la que salió publicada en distintos medios en 2017. Por el momento, no se había encontrado.
En abril de 2017, Carrió viajó a Paraguay. En una imagen que trascendió se la veía en una mesa al aire libre con Alejandro Camino, un mayor retirado de inteligencia del Ejército argentino. Camino, según publicó en este diario Raúl Kollmann, habría sido quien le proveyó cobertura al exsecretario de ejército Eduardo Alfonso mientras estuvo prófugo en Paraguay. Alfonso fue después condenado a prisión perpetua por el homicidio de Antonio Domingo García, el secuestro de su compañera Beatriz Recchia y de su hijita Juliana, ocurridos en enero de 1977.
En ese momento trascendió que Carrió habría sido espiada en su viaje a Paraguay. Ella mantuvo una reunión con Arribas y el 29 de mayo de ese año tuiteó: “La AFI no hizo un seguimiento de mi viaje a Paraguay, Gustavo Arribas me presentó un informe satisfactorio”. Sin embargo, en una entrevista posterior con el diario Clarín, denunció que la seguían y escuchaban sus conversaciones.
En agosto pasado, Carrió había dicho que, durante el gobierno de Macri, ella sufrió amenazas y que le habían reforzado la seguridad con la Policía Federal Argentina (PFA). Sin embargo, dijo Carrió, los efectivos de la PFA la escuchaban. Esa misma denuncia –que apuntaba hacia Patricia Bullrich, entonces a cargo del Ministerio de Seguridad– ya había sido hecha por Carrió en 2019.
El entorno de Carrió salió a bajarle el tono a los dichos de la líder de la Coalición Cívica y Bullrich aprovechó para llevar agua para su molino y decir que, en realidad, la exdiputada tenía custodia de la Policía de la Ciudad en una devolución de gentilezas a su rival interno en el PRO, Horacio Rodríguez Larreta.
Fue el radical Facundo Manes quien volvió a poner sobre la mesa el tema del espionaje del macrismo hacia los propios, que ya había salido a la luz en la causa de los Súper Mario Bros. En ese expediente surgió que la AFI siguió a Rodríguez Larreta, Diego Santilli, Emilio Monzó, Nicolás Massot y a Florencia Macri, la hermana menor del expresidente. Los hechos no fueron controvertidos, solo que, cuando la causa pasó de Lomas de Zamora a los tribunales de Comodoro Py, la Cámara Federal dijo que todo era obra y gracia de espías cuentapropistas y no parte de un plan digitado desde las estructuras más altas del macrismo.
A raíz de las heridas que reabrió Manes, Macri pidió en los tribunales de Comodoro Py que Casación termine de darle cierre a la causa del espionaje sobre las familias del ARA San Juan en la que él fue procesado por el juez federal Martín Bava y después sobreseído por la Cámara Federal porteña. Es improbable que haya una resolución rápida porque hay una serie de recusaciones cruzadas para revisar antes.
Comentá la nota