Del Sel, Lifchitz y Perotti empiezan a diseñar sus estrategias a la luz del resultado de las PASO y con el escrutinio definitivo que se conocerá hoy oficialmente. Ninguno puede repetir fórmulas y tendrán que encontrar las variantes para ponerse en ventaja.
El viernes ante la Asamblea Legislativa, el gobernador Antonio Bonfatti retomó la iniciativa con un discurso en el que trazó una raya entre el progresismo y el neoliberalismo, como así también defendió la "honorabilidad del gobierno" y "la calidad democrática" al asumir la responsabilidad política del fallido escrutinio provisorio. Reivindicó además la transparencia del definitivo que tal como lo anunció "no ofreció variantes significativas". Eso seguramente en relación a los tres candidatos con mayor intención de voto, Miguel Del Sel, Miguel Lifschitz y Omar Perotti, porque para ser precisos en la información habrá que seguir esperando la publicación de los datos que entre otras variaciones en relación a los de la noche del 19 de abril podría ofrecer no ya 4 sino 5 candidatos a la gobernación (el referente de la izquierda Octavio Crivaro asegura haber superado el piso del 1,5% del padrón) lo mismo que Celeste Lepratti cuya lista participaría de la elección de concejales y Carlos Cossia para aspirar una banca en la Cámara de Diputados.
Pero más allá de esto, el gobernador con su último discurso ante el parlamento provincial, dió el puntapie inicial para la campaña con vistas a los comicios del 14 de junio que se advierte completamente diferente en cuanto a estrategias y actitudes en relación a las PASO de hace dos semanas. Este lapso, estuvo dominado por las denuncias de fraude que fueron desintegradas por el conteo final, dando lugar de ahora en más a estrategias y posicionamientos que estuvieron ausentes hasta este momento.
Tal vez entusiasmado por el buen resultado y también porque se acercan horas decisivas, Miguel Del Sel dejó de lado los chistes y los gestos cariñosos de gran rendimiento para imponerse en las primarias y pronunció una serie de definiciones que ayudan a armar un mosaico de lo que sería su eventual gobierno. En menos de 48 horas presentó a Juan Carlos Mercier el ex ministro de la dictadura y de Carlos Reutemann como una "figura admirable". Y criticó a los empleados públicos en un tono que ni el propio "Juanchi" que les descontó el 13 por ciento de los salarios allá por los `90 se hubiera atrevido a formular: "Los santafesinos tienen que tener más aspiraciones que ser empleados públicos" dijo el cómico y nadie se rió. Sus socios políticos de la conducción UPCN se guardaron bajo tierra. No conforme con eso, al día siguiente el referente de los equipos de Educación, Miguel Sedoff, emparentó la capacitación del docente con su remuneración haciendo además una serie de consideraciones que obligaron al candidato a vicegobernador Jorge Boasso a desautorizarlo públicamente e inclusive ir más allá con definiciones que difícilmente comparta quien fuera el abogado de los dueños de las escuelas privadas más redituables de Rosario. Obviamente Amsafe salió al cruce y dificilmente Sedoff vuelva a salir en los diarios. Después de eso, Del Sel se llamó a silencio y fue Boasso el que salió a "aclarar los tantos" desde su rol de compañero de ruta del cómico, dando cuenta de su carrera en la administración pública y su defensa de la educación en manos del Estado, a pesar de haberse formado desde la primaria y hasta su título de Abogado en instituciones privadas.
Miguel Lifschitz intentó dar vuelta la página de la mala elección primaria y del fallido escrutinio provisorio. El ex intendente de Rosario "se cargó" a Javier Echaniz al que sin nombrarlo lo llamó estúpido e imbécil. Tres días después, Bonfatti le aceptó la renuncia por lo que llamó en su discurso del 1º de mayo "errores instrumentales". Pasado el mal trago, el candidato oficialista sabe que perdió la elección en Rosario y que de ganar la general será más por una recuperación de ese electorado que lo votó masivamente durante una década que por lo que pueda retener de su socio Mario Barletta que se paseaba por la Asamblea Legislativa como una quinceañera, sonriente y afable, al punto de confundirse en un abrazo con el gobernador en un paso de comedia digno de Hollywood.
Para eso, Lifschitz cambiará su dicurso de "ganador" que caracterizó su línea para las PASO, para contrastar ideas y gestión con su adversario del PRO. También se lo verá en recorridas diferenciadas de las de Mónica Fein, que no comparte esa estrategia, y que si bien hizo un mala elección primaria, ganó la interna del Frente Progesista que le sacó una buena ventaja a la candidata del PRO, Anita Martínez que individualmente fue la más votada.
Ayer hubo un encuentro de la dirigencia y militantes del Frente y se juramentaron "dejar todo" para conseguir el triunfo. Más allá de hacerse cargo del peso de las decisiones el propio candidato, intentará contar con el apoyo de toda la estructura que para la primarias, un poco por diferencias de criterio y otro poco por exceso de confianza, no apareció en toda su dimensión.
Da toda la sensacion, que sin entrar en el fango, lo que se viene es un mes de fricciones y "pierna fuerte". La amabilidad de las primarias quedará en el recuerdo.
Omar Perotti por su parte pasó más tiempo en la ciudad de Buenos Aires que en Rosario o cualquier otra cuidad de la provincia. Al día siguiente del comicio fueron sus fiscales los que denunciaron la falta de 240 mil votos en el escrutinio y eso lo llevó a recorrer medios capitalinos, hacer una conferencia de prensa en el Congreso y seguramente transitar los pasillos de la Casa Rosada. Según sus principales operadores allí fue muy bien recibido y lo que espera el rafaelino es más que una palmada y buenos augurios. Concretamente, la meta autoimpuesta de obtener 20 puntos en la primaria fue alcanzada y por tanto el escenario de polarización pronsticado inclusive por algunos funcionarios cercanos a la presidenta, se ha modificado. Habrá que ver qué lectura hace CFK de los comicios de Santa Fe, que serán una semana antes del cierre de listas para las primarias nacionales. Hasta el momento y pasadas dos semanas, Perotti no se ha movido demasiado ni definido su estrategia. Sigue, fiel a su estilo, cauto en las definiciones, si bien cuestionó la actitud de Del Sel en relación a los empleados públicos, fue medido y no rozó siquiera a Carlos Reutemann, jefe político de Mercier y socio de Mauricio Macri. Hasta el momento, tal vez por la situación derivada del escrutinio provisorio, Perotti se "ocupó" más de los socialistas que del PRO, nutrido de cuadros y estructura peronistas.
Con mayo comienza la cuenta regresiva. Difícilmente los candidatos puedan mantenerse en los roles que tuvieron para las primarias. A Lifschitz porque le dio malos resultados, Perotti porque tiene que salir a la caza de votantes más allá del kirchnerismo, y Del Sel porque no lo van a dejar. Ni sus dotes actorales le permtirán sortear las exigencias del electorado que más allá del disgusto hacia los políticos tradicionales, querrá saber qué quiere hacer, cómo piensa que podrá hacerlo, y con quiénes. Si así no fuera, echará por tierra aquella sentencia que dice que "se puede engañar a todos, un tiempo y a unos pocos, todo el tiempo. Lo que no se puede es engañar a todos, todo el tiempo".
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