El comediante y administrador de empresas, holgado ganador de la segunda vuelta electoral, asumirá hoy con el desafío de hacer frente a la creciente pobreza y desigualdad que afectan al país.
Morales ganó en octubre la segunda vuelta electoral, un mes después de la renuncia del mandatario Otto Pérez Molina (2012-2015), involucrado en un escándalo de corrupción, sin un plan de gobierno definido, con dudas sobre su verdadera extracción política y sospechas de lazos con militares involucrados en casos de represión en tiempos de dictadura, pero impulsado por un indudable carisma y poder de seducción que atrapó a un electorado ávido de cambios rotundos y estructurales.
De 46 años y de creencia evangélica, Morales estará acompañado en su gestión por Jafeth Cabrera, para un período de cuatro años (2016-2020). La fórmula ganó en nombre del Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación).
El Ministerio Público (MP-Fiscalía) pidió el 6 de enero pasado quitar la inmunidad y enjuiciar a Edgar Justino Ovalle Maldonado, teniente coronel retirado, diputado y principal asesor del presidente electo, por una desaparición forzada y delitos de lesa humanidad durante la guerra civil (1969-1996), en el mismo caso en que fueron detenidos 14 militares por los restos hallados de al menos 558 desaparecidos.
Ovalle Maldonado es miembro de la Asociación de Veteranos Militares de Guatemala (Avemilgua) y fue uno de los estrategas del partido que llevó a la presidencia a Morales, incluso fue él quien incorporó al presidente electo al FCN en septiembre de 2012.
El militar fue designado subjefe de bancada y será el próximo secretario general de FCN cuando Morales tome posesión hoy de su cargo como presidente y renuncie a la dirigir el partido.
En los actos de hoy estarán el rey emérito de España, don Juan Carlos; los presidentes de Ecuador, Rafael Correa; México, Enrique Peña Nieto; Honduras, Juan Orlando Hernández; Costa Rica, Luis Guillermo Solís; y república Dominicana, Danilo Medina; junto a los vices de Estados Unidos, Joe Biden; y de Nicaragua, Moisés Halleslevens.
En el Teatro Miguel Ángel Asturias estarán, además, representantes de organismos internacionales, entre ellos el jefe de gabinete de la ONU, Edmun Mulet; el director de la Cepal (Comisión Económica para América Latina) de México, Hugo Beteta; y la gerente general del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Gina Montiel.
Morales recibirá el poder de manos del presidente transitorio, Alejandro Maldonado, un ex magistrado de la Corte de Constitucionalidad (CC), en quien Pérez Molina depositó su confianza al nombrarlo vicepresidente en mayo, tras la dimisión de Roxana Baldetti, también procesada por corrupción.
Con la asunción de Morales, la democracia guatemalteca cumplirá 30 años desde su reinstauración, el 14 de enero de 1986, luego de sucesivos regímenes militares autoritarios y fraudulentos. El comediante será el octavo presidente democráticamente electo y el décimo que tiene el país desde 1986.
El futuro mandatario guardó un especial secreto sobre los integrantes de su futuro gabinete que, anunció, recién dará a conocer en el momento de su jura.
"Los guatemaltecos van a estar atentos a su desempeño con una enorme lupa", advirtió el ex vicepresidente Eduardo Stein, mientras que importantes analistas coinciden en que el abrumador triunfo de Morales, con poca experiencia en política, significó un "rechazo total a la clase política" tradicional, caracterizada por el tráfico de influencias y el financiamiento ilícito.
Morales deberá enfrentar problemáticas complejas, entre ellas en las áreas de seguridad, salud, educación, pobreza, ruralidad, generación de empleo y competitividad, y todo con un presupuesto deficitario.
Helmer Velásquez, director ejecutivo de la Coordinadora Nacional de Cooperativas y ONG (Congcoop) y analista político, estimó fundamental que el nuevo gobierno mantenga canales de comunicación con las organizaciones de la sociedad, pero que además "efectivamente lleve al cumplimiento los compromisos".
Velásquez dijo que su mayor exigencia a la nueva administración es "enfrentar la desigualdad y la pobreza con políticas que dinamicen la economía rural".
"La pobreza, y particularmente la pobreza rural, es uno de los primeros compromisos que debe encarar este gobierno, pero no vista como un campo para ofrecer programas de asistencia social, sino apostarle a dinamizar la economía campesina, revisando la inversión pública masiva en el campo, particularmente en áreas que pueden promover el empleo, una de ellas es la infraestructura", evaluó.
Guatemala, según cifras oficiales, cerró 2015 con un crecimiento económico de 4,1 por ciento, pero el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), reconoce que el país retrocede en su lucha contra la pobreza, especialmente en el campo.
La pobreza pasó de 56,4 por ciento en 2000 a 59,3 por ciento en 2014, y la pobreza extrema de 15,7 por ciento a 23,4 por ciento en el mismo período, afectando a un total de 9,4 millones de personas.
Comentá la nota